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CRISIS DEL CORONAVIRUS

La Navidad desde primera línea

Once expertos en Salud Pública y sanitarios que trabajan en su día a día con pacientes enfermos de Covid relatan cómo se plantean la celebración de estas fiestas

La Navidad desde primera línea

Quienes llevan nueve meses luchando en primera línea contra el coronavirus también celebrarán la Navidad, aunque no será de la misma forma que otros años. Los expertos que cada día explican a la ciudadanía cómo funciona el virus, así como las medidas de protección que hay que tomar, y los sanitarios que atienden a los enfermos con la Covid-19 en los hospitales de Canarias son los que más saben sobre la pandemia. Once especialistas de referencia, que han vivido muy de cerca la crisis sanitaria, relatan cómo serán sus reuniones familiares en estas fiestas y qué medidas de seguridad tomarán para minimizar el riesgo de contagio. Todos se plantean la Navidad como un último esfuerzo colectivo ante un problema para el que ya hay una solución cada vez más cercana: la vacuna.

La temporada navideña llega después de que el virus se propagara por todo el país debido a la relajación en el cumplimiento de las restricciones durante el verano. Los once profesionales comparten la idea de que ahora hay que reforzar la responsabilidad social y cumplir estrictamente con las medidas de seguridad, para evitar así un nuevo repunte de contagios en enero. Grupos muy reducidos, reuniones en espacios al aire libre o muy ventilados, guardar la distancia interpersonal de 1,5 metros con los no convivientes, conservar la mascarilla puesta hasta el momento en el que se vaya a comer y reforzar la higiene de manos son las recomendaciones básicas para que la celebración de la Nochebuena y la Nochevieja sea lo más seguras posible.

Es evidente que estas navidades –sin cabalgatas, concurridos encuentros familiares, besos y abrazos– serán unas fiestas atípicas. Sin embargo, ese sacrificio tendrá como recompensa salvar vidas.

“Vamos a pasar la Navidad igual de siempre, pero de manera absolutamente diferente, con tranquilidad y alegría”, asegura el jefe de Sección de Epidemiología y Prevención del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas. El epidemiólogo, del que ya es conocida su afición al rock, confiesa que pasará la Navidad con su núcleo de convivientes, escuchando rock y villancicos versionados por Bob Dylan. Eso sí, lo harán “sin cantar”, para no exhalar más de lo debido y reducir el riesgo de contagio. “Mis dos hijos estudian fuera, pero vendrán a las Islas a pasar estas fiestas, aunque vendrán con una prueba PCR hecha”, detalla.

García Rojas defiende que “hay que salvar la Navidad, pero es más importante salvar vidas”. En ese sentido, anima a la población a “trabajar para que en las fiestas de 2021 no falte nadie porque hayamos metido la pata”. Aunque, le gustaría estar en las fechas señaladas junto a toda su familia, este año “habrá que tirar del teléfono y aprovechar las nuevas tecnologías para sentir más cerca a nuestros seres queridos”.

“Hay que mantener la burbuja”. Esa es la principal recomendación del portavoz del comité científico que asesora al Gobierno de Canarias en la lucha contra la Covid-19, Lluís Serra Majem. “Es importante no cenar el 24 con una parte de la familia, comer el 25 con otra y cenar el 31 con otra, ya que de esta forma, al final de las fiestas, habremos estado expuestos a muchas personas”, apunta el catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). “Esto no significa que no podamos vernos, ni que los niños no puedan recoger los regalos de Reyes en casa de los abuelos, pero no hace falta hacerlo alrededor de una mesa y sin mascarilla”, puntualiza. Este año Serra compartirá la Nochebuena y la Nochevieja con su núcleo de convivientes. “Habitualmente el día 25 comía con mis hermanos en Cataluña y nos reuníamos unas 20 personas, pero eso este año no toca. Hay que celebrar dentro de nuestro círculo más íntimo”, explica el experto. Quien recomienda que si la cena es “un picoteo”, la comida debe repartirse previamente en los platos de los invitados para evitar que los comensales toque alimentos que no van a ingerir con las manos o con sus cubiertos. Además, insiste en recalcar la importancia de intensificar la higiene de manos durante la celebraciones.

“Da mucha pena, pero ya lo celebraremos más adelante. No hay que tener la sensación de que perdemos un año”, afirma Beatriz González López-Varcarcel, miembro del comité científico de la Covid-19 en Canarias. Tradicionalmente, la catedrática en Economía de la Salud de la ULPGC pasa la Navidad en una casa familiar en Galicia, donde se reúne con 22 personas. “Es una fiesta importante para nosotros, pero este año pasaré el día con mis hijos y seremos un grupo de seis”, apunta González. En esta ocasión, viajará a Madrid para celebrar la Navidad y asegura que se realizará una prueba PCR antes de regresar a Gran Canaria porque, “el riesgo de transmisión aquí es muy bajo y el peligro está en contagiarse allí”.

González invita a los canarios a aprovechar el buen clima de las Islas para mantener las ventanas abiertas y que las casas estén bien ventiladas. “No hay que olvidar que dentro de las casas también hay que mantener las distancias con las personas no convivientes”, recuerda la catedrática y concluye que “este no es año de darse besos y abrazos, aunque nos apetezca”.

El director médico del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, Juan José Díaz, explica que lo ideal es celebrar las reuniones familiares en un sitio abierto o bien ventilado, mantener la distancia de seguridad y que sirva la comida una sola persona. “Así toca la bandeja y los cubiertos siempre la misma persona, que antes se ha tenido que higienizar bien las manos y servir con la mascarilla puesta”, detalla Díaz. Además, destaca la importancia de mantener la mascarilla puesta cuando no se esté comiendo o bebiendo, porque “tener una bebida delante no es una bula para poder estar sin mascarilla”.

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Almuerzo seguro en tiempos de coronavirus Juan Carlos Castro

Guillermo Pérez, médico de Urgencias del Complejo Hospitalario Universitario Insular – Materno Infantil, pasará esta Navidad atendiendo a pacientes con la Covid-19. El resto de celebraciones estará solo con sus tres personas más allegadas y lamenta no poder repetir los grandes encuentros con su amplia familia. “Tenemos que ser conscientes de que son unas navidades distintas y por eso hay que estar alerta”, advierte el facultativo. Quien concluye que “el mejor regalo de Navidad para todos sería no tener una tercera ola de contagios”.

“Desgraciadamente no puedo hacer lo mismo que otras Navidades”, lamenta Antonio Sierra, miembro del comité científico que asesora al Ejecutivo regional sobre la Covid-19. “Normalmente nos reunimos en una casa en el campo en Salamanca, con mis hermanos, porque mi padre era allí, y nos juntábamos hasta 30 personas”, recuerda el catedrático en Salud Pública y Medicna Preventiva de la Universidad de La Laguna (ULL). Quien apunta que este año se queda en su casa en Santa Cruz de Tenerife con su mujer y su hija. “Las navidades son fechas para reunirse, pero en muy pocas viviendas se puede mantener la distancia de seguridad entre 10 personas, porque no habrá mascarillas”, advierte el experto y recomienda que sólo se reúna el núcleo de convivientes habitual. Sierra sostiene que “nos jugamos mucho estas navidades”, porque está costando mucho esfuerzo controlar la segunda ola y, si nos relajamos, “será inevitable ver un repunte después de las fiestas”. “Enero puede ser un mes muy duro”, concluye el catedrático.

Desde marzo está atendiendo pacientes con covid y conoce de primera mano cómo sufren los enfermos y sus familias. Ruth Gandía, enfermera de la planta sexta par del Hospital Universitario de Canarias (HUC), defiende que “lo más importante es la salud, para después no tener que lamentar” y añade que el control de la pandemia “es una cosa de todos, no solo de los sanitarios”. Por esto, pasará la Navidad exclusivamente con su reducido núcleo de convivientes y renuncia a las grandes celebraciones habituales en las que se reunía con su familia procedente de Suiza y Valencia.

“Este año hay que ser muy conscientes de que la Navidad tiene que ser diferente para que las próximas sean muy especiales”, apunta Ricardo Pelazas, médico infectólogo del Hospital Universitario de Canarias (HUC) y presidente de la Sociedad Canaria de Infecciones. Quien afirma que “queda por hacer un último esfuerzo en estas fiestas, porque en unos meses tendremos la tan ansiada vacuna, que nos dará cierta normalidad y permitirá que la Semana Santa y el verano tengan algo de normalidad”. En este sentido, Pelazas destaca que si alguien siente algún síntoma “debe ser sincero, decirlo y no acudir a las reuniones familiares”.

Esta Navidad, Jorge García-Biosque, especialista en medicina intensiva del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, no podrá volver su casa en Salamanca y lamenta no poder ver a su abuela en estas fechas tan señaladas. “Negociamos que mis padres y mi hermano vinieran a pasar las fiestas aquí”, señala el facultativo y detalla que, una semana antes de viajar, sus familiares harán una pequeña cuarentena voluntaria para evitar tener contacto con mucha gente. García Biosque, que prácticamente desde marzo ha estado atendido a pacientes con la Covid-19, explica que “desconocemos muchas cosas de la enfermedad, pero se ha demostrado que cumpliendo las normas podemos sentirnos seguros”.

“Este año ha sido difícil, con muchos miedos y muchas incertidumbres, pero también hemos vivido momentos muy bonitos”, reconoce María Pérez, médico de Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC). “Esto ha sido una lección a nivel humano, que nos invita a abrir los ojos y a ver la vida”, explica Pérez. Quien además lamenta que esta Navidad habrá muchas familias que no puedan celebrar las fiestas con todos sus seres queridos. “La Navidad para los que estamos bien tiene que ser un momento de agradecimiento”, señala la médico que vivirá las fiesas “a través de los ojos” de sus hijos. “El amor que se tiene una familia no desaparece por no poder celebrar juntos estas fechas”, concluye.

La subdirectora de enfermería del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), Verónica Expósito, fue una de las primeras sanitarias en enfrentarse al SARS-CoV-2 en Canarias, porque atendió a los turistas confinados en el hotel del sur de Tenerife a finales del mes de febrero. Esta profesional afirma que el Archipiélago vive ahora una etapa de “luna de miel” con respecto a la pandemia, gracias al esfuerzo que ha hecho la sociedad. Por esto, considera que “es una pena que ahora se tuerza el buen camino” y apela a la responsabilidad y al sacrificio colectivo. “Las navidades son un momento muy entrañable, pero toca plantearlas de una manera muy diferente”, señala Expósito, “siempre nos reuníamos todos en un hotel del norte de Tenerife y este año nos quedaremos en casa y lo celebramos con el núcleo de convivientes”. Sin embargo, esta profesional de la sanidad es consciente de que los planes que tiene previstos pueden cambiar en cualquier momento, ya que “toca estar pendiente a la demanda asistencial”.

Higiene de manos.

Recomendaciones para unas fiestas seguras


Distancia. Mantener la distancia en todo momento, incluido en la mesa, entre las personas no convivientes y sólo retirar la mascarilla en el momento de comer y beber. El mayor riesgo se produce cuando las personas se encuentran desprotegidas.


Distancia interpersonal. Mantener una correcta higiene de manos, guardar la distancia interpersonal de 1,5 metros, el uso de mascarillas y la ventilación de los espacios en ambientes cerrados.


Ni besos, ni abrazos. Saludarse sin mantener contacto físico, mantener la separación en la mesa entre no convivientes, realizar una adecuada higiene de manos, no compartir utensilios, ni picar del mismo plato, brindar sin chocar las copas para evitar el contacto y que las sobremesas sean lo más breve posible para reducir el riesgo de transmisión del coronavirus.

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