Impedir que se rompa ese vínculo frágil que une con la vida a los pacientes de la unidad de críticos es el objetivo primordial de los profesionales sanitarios intensivistas, que prestan cuidados las 24 horas a los más graves. La pandemia de COVID, con 295 víctimas en la provincia de Ourense desde marzo, ha demostrado nuestra vulnerabilidad como casi ninguna otra enfermedad había logrado desde hace un siglo. Esa dedicación salva vidas y queda impresa en la memoria de los pacientes. Un hombre de 50 años, que prefiere mantener el anonimato porque no quiere ser el protagonista, "ya que la gran mayoría de los que han pasado por esta situación están en la misma sintonía que yo", ideó sin haber salido del hospital cómo recompensar la labor de los sanitarios. Decidió compartir con ellos lotería de Navidad. "A ver hasta dónde llega mi suerte", dice ahora.

El hombre, que mejora de las secuelas pero aún no ha alcanzado su estado de salud anterior, transcurridos ya siete meses desde el alta, pasó 42 días en la UCI del hospital de Ourense -y otros 6 más en planta- después de sufrir dos neumonías: la primera, a consecuencia del virus; la segunda, por una infección de neumococo. Además necesitó una traqueotomía. Ha gastado 1.200 euros en comprar lotería para los sanitarios. La cifra elegida para el sorteo no es casual: su fecha de alta en la UCI, el 5 de mayo de 2020. Él es el depositario de seis series del número 05520, sesenta décimos, que adquirió por internet.

"¿Y por qué no va a tocar?"

"Dándole vueltas, solicité que se hiciese un listado con las personas que trabajaron en la UCI COVID". Un total de 283 sanitarios -muchos se mostraron dispuestos a reforzar el servicio en la primera ola de la pandemia- conforman dicha relación. "No aparezco en el listado, pero para que se crucen los caminos debo añadirme. Soy el 284. ¿Y por qué no va a tocar?", dice este ourensano en una carta, de fecha 5 de diciembre, en la que cuenta su iniciativa desde el anonimato.

Este paciente ingresó en el hospital público de la ciudad el 24 de marzo. "Pasado el tiempo supe lo grave que llegué a estar. En aquel momento no era consciente. La situación no pintaba bien, nada bien. Recuerdo que en la UCI me recibieron dos profesionales -todos los son, y no es peloteo- y que rápidamente se dispusieron a sedarme e intubarme. Quienes allí estaban saben muy bien cómo ingresé y cómo tuvieron que actuar".

En el estado de sedación que reciben los críticos para soportar la respiración mecánica, pueden aparecer experiencias sensoriales, sueños que no sucedieron aunque resulten vívidos incluso tras despertar. "Cuántos viajes realicé, cuántos hospitales visité, cuántas situaciones angustiosas viví... Y al final, todas ellas sin salir del hospital".

"Me guiasteis"

Cuando ya estaba consciente, un profesional sanitario le preguntó si sabía qué zona era la que se divisaba desde la ventana. "Le respondí: Es el monte de O Castro, en Vigo. ¡Hasta allí había viajado! Él me contestó: 'Casi, aquello que se ve es el barrio de A Cuña'. Oír aquello significó una enorme alegría y tranquilidad. ¡No había salido de Ourense! Llevaba varios días ingresado y hasta ese día no fui consciente de que había estado siempre aquí. Creo que ese día dormí como un niño pequeño. ¡Todo estaba más cerca!"

El paciente cita en su escrito a Pablo Neruda, a Federico Fellini y también una frase de José Mujica, expresidente de Uruguay: "Triunfar en la vida no es ganar, es levantarse y volver a empezar". Así se siente él. "Salí de una neumonía, me volvieron a intubar por otra, me hicieron una traqueotomía..., y no nos rendimos. No me rendí porque vosotros no dejasteis que me rindiera. En aquellos momentos de miedo, duda, temor, vosotros y vosotras, con vuestro trabajo, dedicación y tesón, me guiasteis. No puedo más que daros las gracias por lo que hacéis en vuestro día a día", alaba.

Padre el día que dejó la UCI

La carta narra, desde la experiencia de los meses transcurridos, todas las coincidencias que vivió en su proceso hospitalario, las caras conocidas que encontró entre el personal que lo atendía, las relaciones de algunos sanitarios con allegados, el hecho de que su hija pequeña naciera el mismo día que le dieron el alta en la UCI para su traslado a planta, el 5 de mayo. "Estas y otras vidas se fueron cruzando en la mía en los 42 días que pasé en la UCI y los 6 en planta".

Cuando se encontraba ingresado, este paciente oyó a un enfermero que le decía: "¡Con la suerte que has tenido, tienes que jugar a la lotería, a ver si te toca!" Aún en el hospital, el ourensano decidió que "todos íbamos a jugar a la lotería de Navidad de este para siempre recordado 2020". El número no obedece a una combinación de dígitos cualquiera: "El 05520. El día que salí de la UCI", dice este agradecido paciente. "Brilláis todos los días en vuestro trabajo. Lo de que hay luz al final del túnel y toda su mística, pues yo no lo viví. La única luz que veía era la de vuestros ojos, así como la sonrisa que adivinaba bajo la máscara que llevabais. No había más luz, solo la vuestra".

Él, que superó el COVID, puede dar fe y testimonio de la admiración que el personal sanitario infunde en aquellas cuyas vidas salvaron. El resto de la historia solo compete a la suerte. El 22 de diciembre, atentos al 05520.