La Expedición Malaspina ha descubierto que la biomasa de animales en el océano profundo es mucho mayor de la estimada hasta ahora. Este hallazgo implica un papel mucho más importante de la fauna marina en el transporte de carbono hacia el océano profundo, sugiriendo opciones para mejorar el secuestro de carbono oceánico para mitigar el cambio climático.

La Expedición de Circunnavegación Malaspina cuantifica por primera vez a escala global la biomasa de zooplancton desde la superficie hasta los 3.000/4.000 metros para estimar el flujo activo de carbono.