Un afortunado se llevó el bote histórico de 200 millones de euros del Euromillones. El año pasado la suerte sonreía a una pareja que reside en el noreste de Inglaterra. Frances Connolly y su esposo Patrick, de 54 y 56 años de edad, respectivamente, ganaron uno de los mayores premios del sorteo del Euromillones en 2019 el día de Año Nuevo: 114,9 millones de libras -casi 126 millones de euros-.

La pareja ganadora ha regalado la mitad de las ganancias de este premio para ayudar a las personas más necesitadas. "He tenido más alegría cambiando vidas que comprando joyas", explica Frances Connolly en una entrevista en el diario británico Daily Mail. "Sabía desde el principio que nunca me convertiría en parte de la jet set", añade. 

Lo primero que hizo tras conocer su victoria fue crear una lista con los nombres de 50 amigos y familiares a los que querían ayudar con el premio obtenido en el sorteo. "No me propuse regalar la mitad, eso es lo que sucedió. Nos sentamos y miramos la lista y averiguamos qué pensamos que marcaría la diferencia en la vida de las personas", detalla al periódico.

Gracias al premio, la pareja estableció dos organizaciones benéficas y ayudó a las personas en situación de vulnerabilidad de su área de residencia. Concretamente, establecieron dos fideicomisos caritativos, uno en el Kathleen Graham Trust en el condado de Tyrone, lugar donde creció Frances, y otro en el PFC Trust en Hartlepool, donde residen. 

Hasta el momento, han destinado cerca de 60 millones de libras -66 millones de euros- de su premio de la lotería a amigos, familiares y obras benéficas. "Nos habían dado un regalo con el dinero de la lotería y queríamos compartir nuestra buena suerte con los demás", añade Frances. 

Además, han querido aportar su grano de arena ante la crisis sanitaria y el impacto económico y social provocado por la pandemia del coronavirus. Entre otras acciones, han proporcionado tablets en residencias de personas mayores, ordenadores para aquellos niños y niñas sin posibilidad de acceder a la educación online y han contribuido a producir equipos de protección individual para profesionales sanitarios que trabajan en primera línea.