Los municipios de Agulo -en La Gomera- y Garachico -Tenerife- , se convertirán a partir de 2021 en nuevos miembros de la Asociación de los pueblos más bonitos de España.Otros pueblos que les acompañarán serán Beget (Girona), Molinaseca (León), Baños de la Encina (Jaén), Genalguacil (Málaga), Nuevo Baztán (Madrid), Valverde de la Vera (Cáceres), Agulo (La Gomera), Roncal (Navarra), Bulnes y Cudillero, en Asturias, se convertirán a partir de 2021 en nuevos miembros de la Asociación de los pueblos más bonitos de España.

Estos dos enclaves canarios se unen así a Tejeda -Gran Canaria e incluida en 2015-, Betancuria -Fuerteventura- y Teguise -Lanzarote- (ambas en 2019) en la lista de los pueblos de España con más encanto.

De este modo, a partir del 1 de enero de 2021, la red pasará a tener 104 localidades. Estos nuevos once pueblos han superado una auditoría durante este año, con más de 40 criterios para poder forma parte de esta red, en aspectos como cuidado del patrimonio, la armonía del municipio, limpieza, conservación de las fachadas, circulación de vehículos, cuidado de flores y zonas verdes, actividad cultural programada o la atención a las tradiciones.

Los once nuevos pueblos serán presentados oficialmente como miembros de la asociación en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (FITUR), que este año se desarrollará más tarde por el coronavirus, y además durante la primavera se celebrará un importante acto de proclamación en estas localidades.

Agulo

Le llaman el bombón de La Gomera, lo que da idea de lo bonito que es este pueblo que parece un mirador sobre el océano Atlántico y que ofrece unas vistas impresionantes de la isla de Tenerife y de El Teide. Rodeado de verdes cultivos, sus calles empedradas, sus casas blancas con tejas rojizas que contrastan con las blancas cúpulas de la iglesia de San Marcos componen un entorno de postal. Esta iglesia fue una primitiva ermita de 1607, año de fundación de el pueblo, pero a comienzos del siglo XX se derribó para construirse el actual templo de estilo neogótico. El Centro de Visitantes de Juego de Bolas, con información del Parque Nacional de Garajonay , o la Casa del Pintor José Aguiar, natural de Agulo y un referente de la pintura canaria, son dos lugares de interés a tener en cuenta en la visita.

Agulo

Con apenas 1.000 habitantes, su casco antiguo es uno de los mejores conservados de todo el archipiélago canario, y sus estrechas y empedradas calles parecen haber permanecido al margen del paso de los años. Desde esta localidad se puede acceder a rutas de senderismo que conducen a parajes únicos en la isla, como el Monumento Natural de Roque Blanco. De su oferta culinaria destacan platos típicos como el potaje de berros, o potaje de ñames, la carne de cabra o de cochino, acompañados de papas con mojo picó, y el Almogrote, una pasta para untar elaborada con queso de cabra curado y aderezado.

Garachico

Situado en el noreste Tenerife, es uno de los pueblos más bonitos y tranquilos de la isla tinerfeña además de que posee un rico patrimonio arquitectónico por lo que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Su casco histórico, muy bien conservado, data de los siglos XVI y XVII. En 1706 la ciudad tuvo que renacer de sus cenizas después de que una erupción del volcán Trevejo la devastara casi por completo. Pasear por sus calles adoquinadas permite descubrir algunos edificios históricos que se salvaron, como el convento de San Francisco, que data de 1526, o la fachada de cantería de la Casa de los Condes de la Gomera, de estilo renacentista. En la costa, junto al casco histórico destaca el Castillo de San Miguel, de 1575.

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Garachico

La erupción de 1706 dio origen a uno de los principales atractivos naturales del municipio: las charcas de El Caletón. Son fruto de la solidificación caprichosa de la lava que dio origen a unas piscinas naturales que miran al Monumento Natural del Roque de Garachico, símbolo de la localidad. Las aguas eso sí, están fresquitas, tenga en cuenta que es Atlántico pero merece mucho la pena. El espigón de El Infierno, una escultura del artista japonés Kan Yasuda que algunos intrépidosutilizan a modo de trampolín, es otro de los atractivos del pueblo, como también los son las fachadas en tonos pastel de algunas edificaciones, como La Casa de la Quinta Roja, muy apreciadas por instagramers. Además, conviene detenerse en las más de 20 iglesias que hay en Garachico, y probar la repostería tradicional que elaboran las monjas concepcionistas franciscanas.