La tercera ola está adentrándose de lleno en la provincia oriental. Las navidades han pasado factura a las islas de Gran Canaria y Lanzarote, y en ambas la epidemia crece a un ritmo mayor que el que registró Tenerife tan solo unas semanas antes de que el Gobierno de Canarias decidiera imponer su semáforo rojo más restrictivo. Las medidas impuestas, no obstante, fueron eficaces, pues tras confinar a la isla y adelantar el toque de queda a las 22.00 horas, además de cerrar a cal y canto el interior de los bares, la situación en Tenerife ha mejorado considerablemente, aunque aún los datos no son del todo favorables.

Tenerife ha logrado reducir su curva incluso tras adentrarse en un periodo tan complicado como la Navidad, en el que la sociedad tinerfeña tuvo que realizar más concesiones que ninguna otra isla. Los tinerfeños no se lo han puesto fácil al virus, por lo que parece haber decidido emigrar a las Islas donde tenía más cancha para propagarse. Unas restricciones mucho más leves se impusieron en el resto del Archipiélago –a excepción de La Gomera– para pasar este periodo. Se permitió realizar encuentros de hasta diez personas en las fechas señaladas, no se impuso ningún tipo de restricción de movilidad, se permitían amplios aforos en interiores, los eventos multitudinarios se podían celebrar con una autorización previa y el toque de queda comenzaba a medianoche.

Pocos días después de la temporada con más movilidad del año, el virus ha cogido carrerilla y se está expandiendo sin freno por la provincia de Las Palmas. Además, lo está haciendo a una velocidad mucho mayor que la que se registró en Tenerife las semanas previas a que el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, anunciara las que han resultado ser las medidas definitivas para frenar el avance del virus en la isla, el pasado 17 de diciembre.

El coronavirus coge carrerilla en Gran Canaria y Lanzarote

En Tenerife, a razón de los indicadores constatados en semanas previas a ese día, los contagios habían crecido a un ritmo del 33% en una semana mientras que los ingresos hospitalarios se incrementaban a un ritmo del 47,6% en la isla los pasados 14 días. Esta circunstancia, unida a una muy mala situación de base –con indicadores de riesgo situados en el nivel medio durante al menos un mes antes– hizo que Tenerife alcanzara porcentajes de presión asistencial que ponían en riesgo la propia actividad hospitalaria.

Posteriormente, ese incremento de las hospitalizaciones se ha visto reflejado en un récord de fallecimientos. Diciembre fue, de esta manera, el mes en el que más muertes se han constatado desde que comenzó la pandemia, incluso más que en abril, que hasta el momento ostentaba el récord de defunciones debido a las consecuencias de la Covid-19, y la mayoría se han producido en Tenerife.

Diferente punto de partida

En Gran Canaria y Lanzarote no existe tal situación de base. Desde finales de septiembre la curva de contagios se ha estado encontrando totalmente estabilizada y aplanada en toda la provincia. Sin embargo, el repunte del coronavirus en estas islas está siendo mucho más rápido que lo que fue en diciembre en Tenerife. En Gran Canaria los casos han crecido un 42% en tan solo una semana, mientras que las hospitalizaciones ya se han incrementado un 55% en los últimos 14 días, pasando de tener 75 personas ingresadas a 115 en el día de ayer.

El coronavirus coge carrerilla en Gran Canaria y Lanzarote

Lanzarote, por su parte, está viviendo un repunte mucho mayor e incluso más acusado que el que vivió durante la segunda ola en agosto. Los nuevos casos constatados se han incrementado un 243% en una semana, es decir, se han triplicado. Con respecto a las hospitalizaciones, al haber constatado ayer un total de 17 ingresos, la presión hospitalaria por pacientes Covid-19 se ha incrementado un 1.400%.

Sin embargo, en ambos casos la situación de partida es distinta, lo que, por ejemplo, permite que Gran Canaria no esté viviendo una imagen tan desfavorable a pesar del rápido incremento. Cuando Tenerife decidió imponer las restricciones más duras, la incidencia llegaba 131,8 casos por 100.000 habitantes en siete días, la ocupación en UCI superaba el 18% y un 11% de pacientes Covid-19 ocupaban las camas de agudos de los centros hospitalarios. Hoy, la incidencia es un 54% menor, habiéndose reducido hasta 59,2 casos por 100.000 habitantes, cerca del umbral de 50 casos que el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Sanidad consideran riesgo bajo. No obstante, los hospitalizados siguen por encima de los umbrales óptimos y aún la ocupación de UCI se encuentra en riesgo alto, al tener un 19,5% de paciente Covid-19. Por esta razón, el Gobierno de Canarias está planteando mantener a Tenerife al menos una semana más en semáforo rojo, lo que permitiría mejorar mucho más los indicadores antes de retomar la normalidad en la isla.

Cabe recordar que para encuadrarse en uno de los niveles de riesgo impuestos por el Ministerio de Sanidad, la isla debe tener al menos 3 indicadores en el nivel que corresponda. Es decir, si cuenta con tres indicadores en riesgo alto, las medidas deberán ser de semáforo rojo o nivel 3, mientras que si coincide que tiene tres en riesgo medio, las medidas deben estar acotadas al nivel 2. Gran Canaria, por su parte, ha empeorado su situación especialmente en la última semana, a pesar de que en la isla ya había toque de queda a las 00.00 horas desde el 23 de diciembre y que las reuniones han estado limitadas a 6 personas. Esto ha provocado que la incidencia acumulada a siete días vista alcance los 81,6 casos por 100.000 habitantes, una cifra aún menor que la que se registró en Tenerife cuando se decidió imponer el cierre perimetral, pero que se asemeja a las cifras que se constataban a principios de diciembre, justo antes de que el virus irrumpiera en la macro residencia de mayores Hogar Santa Rita. Con esta incidencia, Gran Canaria se encuentra en riesgo alto de expansión del coronavirus y está cerca de superar también el riesgo alto en el indicador de incidencia a 14 días vista, que se encuentra en 144,7 casos por 100.000 habitantes. La positividad de las pruebas diagnósticas se encuentra en un 7,9%, con lo que también se supera el umbral de riesgo que pasa a ser medio. La ocupación de las UCIs, por su parte, es del 10,22% lo que se encuadra en riesgo alto. La isla, por tanto, solo cuenta con dos de los ocho indicadores por encima del nivel de riesgo alto. Razón por la cual el Gobierno de Canarias aún está estudiando al detalle la situación de la isla para evaluar si debe o no pasar de la fase 2 a la 3, es decir, de semáforo amarillo a semáforo rojo.

El coronavirus coge carrerilla en Gran Canaria y Lanzarote

Lanzarote tampoco contaba una mala situación de base, pero sus circunstancias han empeorado muy rápidamente, a una velocidad que no se ha descrito en el Archipiélago hasta el momento. Los cuatro indicadores de incidencia de la isla se encuentran en un nivel de riesgo muy alto en tan solo dos semanas y en estos momentos, su incidencia, tanto a siete días vista como a 14 días vista, es la mayor que ha tenido ninguna isla desde que empezó la pandemia. Lanzarote cuenta con 365,7 casos por 100.000 habitantes a 14 días vista y 279,7 casos por 100.000 habitantes a siete días vista. De hecho, la capital de la isla, Arrecife, es la quinta ciudad de toda España donde más han crecido los contagios. Por esta razón, el Gobierno de Canarias lo tiene claro, y hoy decretará que el paraíso de casitas blancas pase directamente a semáforo rojo, tan solo cuatro días después de comenzar a vivir bajo las restricciones del semáforo amarillo.

Los datos semanales 


  • Gran Canaria: Crece desde el puente. Las navidades resultaron ser un momento de inflexión para todo el Archipiélago, pero en Gran Canaria los casos han venido creciendo semanalmente desde el puente de diciembre. Antes de esa fecha, Gran Canaria tan solo registraba unos 200 casos a la semana, a partir de entonces, han ido creciendo paulatinamente y hoy ya son casi 700.
  • Lanzarote: Su pico máximo. Lanzarote ha experimentado un rebrote rápido e intenso que no se había visto en las Islas desde que empezó la pandemia. La isla ha pasado de tener una situación envidiable, con apenas 50 casos activos y uno o ningún hospitalizado, a tener ya casi una veintena de personas ingresadas. Su situación la coloca como el epicentro de la pandemia en las Islas y su capital, Arrecife, se encuentra entre los cinco municipios donde más han crecido los casos de coronavirus en tan solo una semana. 
  • Tenerife: Reducción sostenida. Tenerife ha ido rebajando sus nuevos casos diagnosticados cada semana. En esta última, tras casi un mes en semáforo rojo, la isla ha reducido un 12% sus contagios. En otras palabras, ha pasado de registrar 683 casos a 601 hasta el día de ayer. La bajada de casos viene ocurriendo desde la última semana de diciembre.