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Elecciones a rector de la ULPGC | Candidato a rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

Lluís Serra Majem: “Creo que los estudiantes no se sienten orgullosos de la ULPGC”

El candidato a rector, Lluís Serra, en el barrio de Vegueta. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Lluís Serra Majem (Barcelona, 1959) ha dedicado más de cuatro décadas a la investigación científica. Desde el año pasado, también forma parte del comité de expertos que asesora al Gobierno regional en materia de covid. Labor que no le ha impedido postularse como candidato a rector, cuyas elecciones serán el próximo 25 de febrero.

¿Por qué ha decidido presentarse a rector?

Sinceramente, mis prioridades nunca habían pasado por presentarme a rector. Nunca he tenido aspiraciones políticas ni de representación y, de hecho, a lo largo de mi carrera profesional me han ofrecido cargos al respecto, no de rector, pero sí en ciertas posiciones que siempre he rechazado. Por tanto, no lo veo como una iniciativa personal, ni una aspiración personal, sino que es la respuesta a una plataforma de docentes investigadores, que son gente muy comprometida con la institución desde sus inicios, en la que también hay gente joven y muy ilusionada y que, de alguna forma, me hicieron entender que ahora es un momento en el que se tienen que producir una serie de cambios para responder a las expectativas de la propia sociedad.

“En nuestra universidad hemos sido lentos en la incorporación de nuevos máster”

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Precisamente su eslogan es ‘Ahora es el momento’, ¿de qué cambios es el momento?

Pienso que nuestra universidad tiene una historia, es una universidad joven y cada etapa tiene su legado y ese legado enriquece a la propia institución. Lo que sí es cierto es que en los últimos tiempos hemos visto una pérdida en el número de alumnos, dificultad en adaptarnos a las nuevas demandas de la población, una burocratización excesiva dentro de la gestión, también una falta de liderazgo de nuestra universidad dentro de la sociedad y en el entorno internacional. De alguna forma, digamos, esta deriva no puede continuar así muchos años más. Porque entonces seguiremos perdiendo alumnos y, al final, la ULPGC perderá sentido como referente y como institución pública en Canarias y de, algún modo, este es un momento clave, nos ha pillado la pandemia y, por tanto, ha supuesto un reto muy importante y, por tanto, hace falta un revulsivo importante de cara a una serie de cambios que permitan que nuestra universidad vuelva a tener un prestigio y una posición.

“En la institución tiene que haber un diálogo muy abierto con la sociedad canaria, no podemos aislarnos”

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¿Qué es lo primero en lo que cree que hay que trabajar?

La disminución de la burocratización y el incremento de la gestión más eficiente y transparente. Pienso que serían cosas importantes porque esto resta tiempo a la investigación. Muchas veces, el cambio telemático que sigue la propia institución no ha servido para simplificar las cosas, sí que ha servido para reducir el papel, pero no para hacer más ágiles las cosas porque hay muchos documentos que tienen que seguir un proceso muy largo y, desde luego, los sistemas de gestión es evidente que tienen que apoyarse en la planificación, una buena coordinación, la simplificación, en todo lo que es un gestión administrativa y empoderamiento de los equipos administrativos. Porque al final, cuando tú tienes una gestión eficiente en una entidad, redunda en las mejoras a nivel exterior. La verdad es que va a ser difícil decidir por dónde empezar, pero tenemos muchas cosas. Los campus están, no abandonados, pero la gente no hace vida de campus y ya no solo por la pandemia, sino de antes. Hemos tenido durante cuatro años los espacios de convivencia de los estudiantes, como son las cafeterías, cerradas en muchos campus. Vemos unos estudiantes, que al fin y al cabo son el centro de nuestro trabajo, que no están satisfechos y no están orgullosos.

“Si se cumple con las medidas de seguridad, el riesgo es cero en los exámenes presenciales”

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¿Por qué piensa que es así?

Obviamente, son exigentes porque tiene que ser así, pero no se les ve implicados y participativos en los aspectos de la universidad, incluido la votación. Yo espero que los estudiantes acudan en masa a votar y si no es así es porque no hemos sido capaces, los hemos perdido, los hemos aburrido o los hemos desmotivado en el camino. A veces también le pasa a la plantilla. Ahí es evidente que existen grandes docentes y también tenemos que utilizar la energía e ilusión de los más jóvenes y que esta ilusión la podamos trasladar en la profesión, de nuestro entorno a las aulas, lo que pasa es que ya llegan quemados después de tantos intentos, de tantos contratos inadecuados, sin una carrera docente clara. Igual ocurre con la investigación. Desde la crisis pasada de 2007 hay mucha gente que ha dejado de investigar. Pues hay que hacer un diagnóstico de las personas y ayudarlas porque nadie se puede quedar en la cuneta sin investigar en la universidad. Debemos ser capaces de implicar a todo el mundo dentro de la investigación porque la universidad no es una academia, por supuesto que es un centro de referencia docente y esta es su principal prioridad, pero también es un espacio importante para la investigación y de alguna forma debemos ser capaces de unir la excelencia docente con la excelencia investigadora y esto es lo que luego repercute en el necesario motor de nuestra universidad en todo el territorio.

¿Qué fortalezas y debilidades le ve a la ULPGC?

La ULPGC estructuralmente es una universidad en la que hay deficiencias en algunos campus y en algunas facultades, pero es una universidad nueva, una universidad que se planificó como un campus en Tafira, otro en San Cristóbal, otro en el Obelisco y el de Bañaderos. Hay bastantes campus dispersos que esto también conviene tenerlo en cuenta y digamos que el espacio físico en sí es una fortaleza. Obviamente, las debilidades son el envejecimiento progresivo de la plantilla. Los profesores somos cada vez mayores. Esto no debería ser un obstáculo porque uno reúne la experiencia y la capacidad de transmitir a los más jóvenes, pero no sé por qué ha sucedido esto en los últimos años que, hace diez años, tú querías jubilar a una persona y la persona se resistía y en cambio, ahora, un profesor universitario, que ha elegido él su profesión, que se ha formado con una trayectoria, muchas veces quiere jubilarse, antes de tiempo incluso. Y esto no debería ser así. En las grandes universidades las personas mayores tienen un papel importante en la universidad y, por tanto, tenemos que entender que todo el mundo tiene que sentirse bien en esta universidad, en el momento en el que uno se siente desilusionado o poco motivado, está sucediendo algo y esto es una debilidad importante en nuestro entorno. Y otra debilidad, creo que muchas veces los estudiantes no se sienten orgullosos de estar aquí, no hemos sido tampoco capaces de ofrecerles la cantidad de máster que se necesitan en cada área y esto hace que muchas personas, para completar el grado, tienen que irse a otras universidades. Vemos cómo en el sector ha habido, a mi modo de ver, una excesiva agilidad para promover nuevos grados y combinaciones de grados, pero nosotros hemos sido muy lentos y los cambios requieren muchísimo tiempo. No podemos estar perdiendo tanto tiempo para introducir estos cambios porque al final el tiempo se nos va.

“Hay que ser capaces de implicar a todo el mundo dentro de la investigación porque no es una academia”

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Y usted, ¿cuáles diría que son sus fortalezas y debilidades de cara a ser rector?

La verdad es que tengo un carácter bastante afable con la gente y muy próximo, tengo una capacidad de comunicar y de coordinar a la gente, me parece que buena. He coordinado muchos equipos de investigación, muchos proyectos, soy una persona que casi nunca me enfado, creo que tengo un buen talante con la gente y un trato muy sincero. Siempre digo la verdad y esto es algo que, a veces, es complicado. Además, he trabajado más de 40 años ayudando a hacer investigación, es decir, he dado mucho en esta universidad y he investigado muchísimo, he trabajado muchísimo, pero no estoy cansado ni me quiero jubilar, quiero seguir trabajando pero ahora entendiendo que mi carrera científica, estoy, digamos, me estoy poniendo un punto y aparte para dedicar en los próximos años a mi puesto. Los inconvenientes, bueno, la responsabilidad que nunca he hecho de rector y espero que sepa hacerlo, pero tampoco hay ninguna garantía [se ríe]. Pero realmente, el equipo que me acompaña me da mucha seguridad, es un equipo extraordinario de hombres y mujeres con una capacidad y una especialización muy importante y, sobre todo, que hemos construido juntos con el apoyo de esta plataforma, pues un programa que creo que va a ser muy innovador y muy eficiente, con algunas ideas importantes que avanzaremos cuando presentemos el programa, pero que se verá que aportamos elementos para el cambio.

¿Qué puede adelantar de este programa?

La primera línea de trabajo que recoge el manifiesto es que la ULPGC tiene que ser abierta a la sociedad, tiene que ser transparente y participativa. Queremos que la gente participe, que haya una verdadera participación y que no estemos siempre mandando información y correos y más correos, sino que se usen las vías más adecuadas a cada perfil, utilizando las nuevas tecnologías en su total extensión. Dentro de la universidad, pero también fuera, tiene que haber muy buen diálogo con el ámbito laboral, la administración, los gestores, los acuerdos sociales, tejidos empresariales. Tiene que haber un diálogo muy abierto con la sociedad canaria porque nosotros no podemos ser un castillo aislado de nuestra sociedad. Otro punto importante es la burocracia. Te podría decir la cantidad de veces que he subido mi currículum vitae en la web de la universidad, con distintos programas, a lo mejor cuatro o cinco veces. Esto representa un esfuerzo ingente. Tenemos que ser capaces también de valorar mejor y reconocer mejor la docencia. En los últimos días se están dando una serie de premios a la docencia, pero hay que gobernar al 100% desde el primer día y a veces pues parece que en este mandato se han hecho muchas cosas en los últimos meses. La plantilla hay que renovarla, no puede ser que tengamos menos puestos docentes que la ULL, y no voy a insistir en comparaciones, porque me parece absurdo, pero es evidente que se podría haber hecho mejor y más rápido de lo que se ha hecho. Y de alguna forma, hay que intentar simplificar la excelencia. Es un compromiso para mí muy importante, estar al lado de la enseñanza superior pública como motor de cambio y progreso social en Canarias. Estamos viendo el nacimiento de muchas universidades privadas y esto es una señal de que no estamos haciendo las cosas bien.

“Si no saliera elegido, seguiría trabajando y ese mismo día me pondría a disposición del rector”

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Estos días anunciaron la incorporación de Roberto Moreno y Arturo Melián a su equipo, ¿está cerrada ya su plancha?

Bueno, está cerrada en lo que respecta a vicerrectores y la gerencia. Esta es la que se presentará al registro como tal, pero eso no significa que no estemos trabajando en buscar las mejores personas que puedan estar al frente en las direcciones que se incluyen en cada vicerrectorado o en las distintas vicegerencias.

A través de su página web y las redes sociales de su candidatura, los usuarios pueden trasladarle cuestiones o propuestas. ¿Ha recibido ya alguna a tener en cuenta?

Sí, estamos recibiendo muchas propuestas. De hecho, nosotros tenemos reuniones telemáticas todos los días y analizamos las propuestas y las mejoras. Hay muchas proposiciones que vamos incorporando poco a poco en el propio programa. De alguna forma esto nos está sirviendo a nosotros para mejorar el programa que estamos redactando actualmente porque tenemos que presentarlo el próximo lunes.

¿Hay alguna sugerencia o pregunta que se repita?

Por ahora solo hemos tenido a través de la web cuatro peticiones. También hemos recibido recomendaciones en relación a la Covid-19 y los exámenes, también sobre el tema del Sáhara y el papel de la ULPGC más activo. También nos han sugerido actualizar tablas salariales de investigadores, así como equiparación de investigadores.

“En el comité científico hay cuatro catedráticos, pero no se nos ha preguntado nada desde la entidad”

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Esta semana han comenzado los exámenes y la presencialidad que requiere alguno de ellos ha desatado las quejas de los estudiantes. Usted es precisamente el portavoz del comité científico que asesora al Gobierno canario sobre cuestiones relacionadas con la Covid-19, ¿considera que es adecuada esta decisión? ¿El miedo está justificado en este contexto?

Las cosas hay que hacerlas bien, si se hacen bien, respetando las normas sanitarias, no tiene por qué haber ningún riesgo. Hemos visto en Canarias como en los colegios, en la Educación Primaria y Secundaria ha habido algunos casos pero no se han producido contagios dentro de los grupos. Han sido contagios que han tenido lugar fuera y en el momento que se han hecho las PCR y han saltado como positivo y se han cerrado algunas de estas burbujas. Pero realmente, si analizamos la incidencia de positivos en las burbujas escolares es bajísima y, por tanto, en las burbujas universitarias podría pasar exactamente lo mismo. Lo que pasa es que a estas edades hay, sobre todo, mucha más interacción social. La gente acude a la facultad varios en un coche, y por tanto, no es tanto lo que sucede en las aulas sino lo que sucede en el camino de las aulas. Se están celebrando los exámenes y no hay ningún problema, hay distancias de seguridad, entradas adecuadas con mascarillas, control de geles, incluso nosotros tenemos control de temperatura en mi asignatura. Algo que sí me gustaría decir es que en este comité científico hay tres catedráticos de esta universidad y en ningún momento desde la institución se han dirigido a nosotros para preguntar o consultar algún tipo de medida. Y esto un poco indica lo que decíamos antes, que hay que ser abierto a la sociedad. Si tienes tres catedráticos que están en el comité tienes que comunicarte con ellos y pedirles consejo. Y, por supuesto, yo creo que los alumnos tienen que estar supertranquilos. Si se toman las medidas adecuadas el riesgo es cero.

El actual rector, Rafael Robaina, se presenta de nuevo como candidato a estas elecciones. ¿Qué opinión tiene sobre él y su gestión durante este mandato?

Creo que el rector es muy agradable y próximo. Hemos hablado y me cae bien y pienso que, podría haber hecho determinadas cosas, pero no cabe duda que su legado va a ser importante y va a ser respetado y considerado como el resto de legados de los rectores anteriores. Aquí estamos todos para sumar, somos compañeros y vamos a seguir todos estando aquí. Y, por tanto, lo primero es la cordialidad, el juego limpio y las buenas palabras. Y luego entender que esto es una constatación de proyectos para la universidad y nada más. No es ninguna batalla ni ninguna contienda, es intentar, cada uno desde su percepción, ofrecer una solución para nuestra ULPGC. Y por tanto no debemos interpretarlo como ningún tipo de confrontación. Esto es muy importante y lo comentaba el otro día con el propio rector por Whatsapp, tenemos que intentar que dar una imagen de cordialidad y, después, que no tiene ningún sentido enfrentar a las partes de esta universidad porque somos todos una y yo respeto a cada uno de los profesores, docentes, investigadores y PAS de esta universidad porque cada uno tiene un papel importante. Y se trata de estar discutiendo, contrastando programas e incentivando a la población para que vaya a votar. Y que gane el mejor y si yo no saliera elegido, en el mismo momento me pondré a disposición del rector, que en este caso es el actual, sin ningún tipo de problema o rencor.

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