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Crisis del coronavirus

Un año desde que el virus pisó Canarias

El 31 de enero de 2020 se confirma el primer caso de Covid-19 de España en La Gomera, después de que un turista alemán diese positivo en una prueba PCR

Entrada al Hospital Nuestra Señora de Guadalupe, en La Gomera LP/DLP

Diciembre de 2019. Las autoridades chinas detectan los primeros casos de una neumonía hasta el momento desconocida que comenzaba a coger fuerza en el país. El origen, concretamente, se señalaba en Wuhan, una ciudad cuyo nombre pasaría a ser conocido por todo el planeta en cuestión de semanas. Y es que lo que parecía ser un problema sanitario del gigante asiático, algo que resultaba ajeno y, sobre todo, lejano, terminó por convertirse en una pandemia mundial que, por supuesto, también llegó a Canarias. Fue tal día como hoy, hace un año, cuando se confirmaba el primer contagio de coronavirus de España en La Gomera. Un hecho inesperado que marcó un antes y un después en la gestión sanitaria regional y nacional que comenzó a cerrar filas ante un enemigo que había llegado para quedarse.

Isidro Manuel Brito Hernández, gerente de los Servicios Sanitarios de La Gomera, recuerda a la perfección cómo fueron aquellas jornadas. “La noche del 29 de enero me llamaron de Salud Pública para decirme que la embajada alemana había contactado con la española para comunicarle que seis ciudadanos alemanes habían viajado a la isla y que uno de ellos había estado en contacto con una persona que había dado positivo en su país”, recuerda. Nada se pudo hacer en ese momento para dar con el grupo, si bien al día siguiente se les localizó en un apartamento turístico en el municipio de Hermigua.

Hasta allí se trasladó un equipo formado por un médico y por una enfermera de origen alemán, Adela Schmid, quien contribuiría también a facilitar la comunicación. “Lo que hicimos fue aplicar la sapiencia profesional y también todo lo que habíamos aprendido en los simulacros para el ébola”, cuenta Brito Hernández. De este modo, los sanitarios, ataviados con monos y EPIs, procedieron a realizar el chequeo de los germanos. De los seis, tan solo uno carecía de síntomas por lo que se le permitió quedarse en la casa, aunque en cuarentena. El resto, sin embargo, fue trasladado al Hospital Nuestra Señora de Guadalupe ante la sospecha de que pudiesen haber contraído el virus, al presentar sintomatología leve.

Un año desde que el virus pisó Canarias

Fue en el centro sanitario cuando se procedió a aislar a los pacientes y a realizar las pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) que, en aquel momento, hubo que enviar al Instituto de Salud Carlos III de Madrid para que fueran analizadas. Veinticuatro horas después se daban a conocer los resultados: uno de los turistas alemanes había dado positivo en 2019-nCoV, como se había bautizado por entonces al virus.

“En esta situación yo tuve cuatro sentimientos: incredulidad, porque cuando me llamaron para decirme que había un caso en La Gomera no me lo creía, porque hablábamos de una enfermedad que en aquel momento estaba en China, Francia e Italia y era previsible que algún caso llegara a España, pero entendíamos que sería en Madrid o Barcelona. Luego experimenté sorpresa cuando confirmaron que había un caso positivo. Después llegó la preocupación, porque había muy poca evidencia sobre qué es lo que había que hacer en este tipo de situaciones, había muy poco conocimiento y, por último, mi reacción fue la de ponernos en marcha”. Quien revela este rebumbio de emociones es Amós García, jefe de Sección del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS), entidad que comenzó a coordinar los diferentes pasos que había que dar para cambiar el rumbo de la situación. “Lo que hicimos fue aplicar las medidas básicas de la Salud Pública en relación a las enfermedades transmisibles y dieron resultado, porque el primer caso de España no dio lugar a ningún otro caso”.

De entrada, el hospital procedió a separar a la persona contagiada del resto del grupo, si bien todos ellos continuaron aislados en el ala derecha de la planta de hospitalización, que fue dividida. “Todos ellos se encontraban bien y la verdad es que no se quejaron ante las decisiones que se estaban tomando porque entendían que en España se tomasen medidas diferentes a su país”, señala el gerente del Nuestra Señora de Guadalupe quien, como anécdota, recuerda que decidieron poner personal de seguridad en el acceso a esa parte del centro sanitario para evitar que alguien entrase con cámaras. “Ahora es algo que ni se me ocurre, pero es que en los 37 años que llevo ejerciendo como médico en la isla, nunca había visto tantas parabólicas frente al hospital”.

Un año desde que el virus pisó Canarias

Paralelamente a la asistencia médica de los afectados, las autoridades sanitarias procedieron a iniciar una investigación para localizar a todas aquellos que pudieran haber tenido un contacto estrecho con el enfermo durante su paso por la isla. Al respecto, se sabía que los seis turistas -uno de los cuales permanecía confinado en la vivienda vacacional- habían llegado a Tenerife en avión procedentes de Alemania. Desde allí habían tomado un ferri para trasladarse a La Gomera donde alquilaron un vehículo para desplazarse hasta Hermigua. El rastreo, que partió desde el propio viaje, se tradujo en una veintena de personas de la isla Colombina y la tinerfeña bajo vigilancia médica por haber tenido algún contacto de bajo riesgo, según lo anunciaban el 2 de febrero la por entonces consejera de Sanidad, Teresa Cruz, y el jefe de Epidemiología de Salud Pública, Domingo Núñez.

Tan solo dos días después, los cuatro germanos que no habían dado positivo recibieron el alta médica. Uno de ellos, Oliver Heinrich, protagonizaba esa jornada una rueda de prensa en la que agradecía el trato recibido por el personal médico y explicaba que había sido el Ministerio de Salud de su propio país el que les había informado de que corrían el riesgo de haber sido contagiados de coronavirus después de que uno de ellos hubiera acudido a una conferencia que ofreció una mujer china a los empleados de una empresa de la región de Baviera, donde cuatro de los trabajadores acabaron infectados. La ponente había viajado a Alemania desde Shanghai -China- sin saber que sus padres le habían contagiado el virus unos días antes, durante una visita que le realizaron procedentes de Wuhan.

Imagen del municipio de Hermigua.

Con esto finalizaba una odisea que, sin embargo, se prolongaría casi una semana y media más para el compañero que sí había dado positivo. “A los 14 días del ingreso había que repetirle la PCR y tenía que encadenar dos resultados negativos con 48 horas de diferencia. Cuando eso pasó, también se le dio el alta”, explica Isidro Manuel Brito Hernández. Concretamente, ocurrió el 14 de febrero, quedando así el Archipiélago ‘libre’ de Covid-19, aunque lamentablemente no sería por mucho tiempo.

Incertidumbre

El virus tan solo acababa de poner un pie en las Islas y en el país y tanto Amós García como el gerente del hospital se sienten orgullosos de cómo se encaró una situación que, verdaderamente, era nueva para todos. “Las cosas se hicieron bien y aprendimos que si te proteges y cumples con las medidas, no te contagias”, asevera Brito. De hecho, ninguno de los sanitarios resultaron contagiados, así como tampoco sucedió con ninguna de las personas a las que se hizo seguimiento. A pesar de ello, ambos recuerdan la incertidumbre de aquellos días en los que disminuyeron las urgencias y las consultas en el centro sanitario gomero porque la sociedad comenzó a tomar conciencia, ajena a lo que aún estaba por venir.

Un año desde que el virus pisó Canarias

Y es que como dice el título de una de las muchas canciones de AC/DC que García confiesa haber escuchado en bucle para activarse en esas duras jornadas de trabajo, esto era tan solo el inicio de una ‘autopista al infierno’.

La cerveza, lo más añorado

Isidro Manuel Brito Hernández recuerda la sensación de incertidumbre de los primeros días en los que supieron que había una persona contagiada de coronavirus en La Gomera, pero también rememora algunas anécdotas que le hacen sonreír. “Ellos nunca se quejaron, pero decían que querían cerveza y nosotros les dábamos agua con gas”, cuenta divertido. Tanto es así que cuando los cuatro que no estaban infectados recibieron el alta y Oliver Heinrich protagonizó una rueda de prensa como portavoz del grupo, su respuesta a la pregunta sobre lo que más había echado de menos fue: “una buena cerveza”. Una actitud que Brito comprende puesto que venían de vacaciones y, “realmente se encontraban bien” porque estaban asintomáticos. | A.R.M.

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