Gran Canaria, la isla que acumula el mayor número de casos activos de SARS-CoV-2, ha logrado mejorar sus datos epidemiológicos después de la entrada en el nivel 3 de alerta por covid el pasado 18 de enero, un grado en el que se mantendrá al menos hasta el próximo jueves, cuando se estudiará modificar las restricciones en el conjunto del Archipiélago durante la celebración de la reunión del Consejo de Gobierno. Lo cierto es que el presidente del Ejecutivo autonómico, Ángel Víctor Torres, manifestó ayer su confianza en que pueda producirse una “actualización” de las medidas de contención en la comunidad autónoma, teniendo en cuenta la buena evolución de las cifras. Pero, ¿sería conveniente tomar esta decisión antes de que se celebre el puente de Carnaval en Las Palmas de Gran Canaria? A juicio de algunos expertos, no.

“La evolución es favorable, pero, en mi opinión, habría que esperar a que pasen los días de Carnaval. Aunque las fiestas estén suspendidas, hay una tradición muy fuerte en las Islas y pueden producirse comportamientos irresponsables y preocupantes que pasarán factura”, advierte el catedrático Antonio Sierra, integrante del Comité Científico que asesora al Gobierno canario en el manejo de esta crisis sanitaria.

Una opinión que secunda el jefe de sección del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública, Amós García Rojas, quien considera que la experiencia con las Navidades debe servir para no bajar la guardia. “Hay que tener muchísima cautela porque estamos en una tercera onda que está golpeando muy fuerte. Las fiestas, en general, van de la mano de una relajación de las medidas de seguridad y toda precaución que se tome es poca”, señala el facultativo.

“Estamos en una tercera onda que está golpeando muy fuerte”, indica el epidemiólogo

Por el contrario, el catedrático Luis Serra Majem, portavoz del citado Comité, cree que si el próximo jueves se confirma la tendencia a la baja tanto en Gran Canaria como en Lanzarote, “no sería preocupante” descender los niveles de alerta en estas islas. “Los niveles 2 y 3 son muy restrictivos y no deberían representar un problema. Me preocupa más el paso de Tenerife al nivel 1 por lo que podría representar para la celebración de alguna fiesta de Carnaval, al ser una fase en la que se abre un poco más la mano”, apostilla el experto.

Asimismo, según detalla, la evolución de la curva de contagios en Canarias es favorable y ya es posible hablar de un “control” de la tercera oleada. “Es mucho más fácil aumentar la incidencia del virus que reducirla, por lo que nos ha costado muchísimo llegar hasta donde nos encontramos. No obstante, las decisiones que se tomarán este jueves estarán basadas en el análisis de indicadores, que son los que determinarán si es posible que se produzca un cambio a un nivel más favorable en alguna isla”, subraya Serra Majem.

Por esta razón, estos días serán decisivos para establecer determinaciones. “La gente tiene que entender que de lo que se trata es de salvar vidas y no los Carnavales o la Semana Santa. Por tanto, es fundamental respetar las medidas y no celebrar fiestas hasta que la mayor parte de la población haya recibido la vacuna contra el Covid-19”, sentencia el catedrático.

Peticiones para celebrar fiestas

El consejero de Sanidad del Gobierno autonómico, Blas Trujillo, aseguró ayer en la Cadena Cope que el departamento que dirige ha recibido “decenas de peticiones” para celebrar fiestas de Carnaval. Todo esto en un contexto en el que aún se siguen observando las repercusiones de la celebración de las fiestas navideñas. “Es evidente que el Gobierno es el que toma las decisiones, pero el hecho de cambiar a un nivel más favorable a Gran Canaria o a Tenerife con los Carnavales tan cerca, me preocupa muchísimo. Son muchas las personas que pueden organizar fiestas privadas y la policía tendría dificultades para detectarlas, por lo que creo que es mejor ser prudentes y esperar a que pasen estos días”, valora el catedrático de Microbiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULL, Antonio Sierra. | Y.M.