El ministro de Consumo, Alberto Garzón, firmó ayer la Orden Ministerial por la que se regulariza el uso de las mascarillas transparentes que permiten la lectura de labios a las personas sordas. La medida, que se publicará hoy en el Boletín Oficial del Estado (BOE), fue promovida por Marcos Lechet, un joven teldense con falta de audición desde los cinco años que presentó ante el Ministerio de Sanidad hace cinco meses 70.000 firmas recogidas a través de una campaña iniciada el pasado verano en change.org.

La noticia fue celebrada por Lechet quien informó en la misma plataforma que el Gobierno estatal ha respaldado su iniciativa. “¡Hoy tengo buenísimas noticias! Me acaba de llamar el equipo del ministro de Consumo, Alberto Garzón, para decirme que mañana –por hoy– va a publicarse en el BOE una nueva orden sobre mascarillas y que, por fin y por primera vez, se incluirá una regulación referente a las mascarillas transparentes. ¡Lo hemos conseguido! Eso es lo que llevamos reclamando en esta petición desde el principio de la pandemia”, señaló el grancanario que fue recibido en septiembre por el exministro de Sanidad, Salvador Illa, así como mantuvo conversaciones con Garzón para lograr su objetivo.

En este sentido, el joven manifestó estar “muy contento y emocionado” ante el resultado de una campaña que arrancó en agosto y que a día de hoy cuenta con más de 100.000 apoyos que Lechet también agradeció en change.org. Un trabajo que asegura “ha merecido la pena” y que servirá para que “las empresas sepan lo que deben hacer para conseguir proteger a la ciudadanía y, en especial, a este colectivo vulnerable ante la situación que ha sobrevenido. Y, sobre todo, que los consumidores sepan que lo que usan, sea transparente o no, les protege o no. Porque, ante todo, hay que evitar fraudes y desprotección”.

El texto firmado por Garzón recoge que en las mascarillas que tengan partes destinadas a permitir la lectura labial y que no facilite el paso del aire inhalado o exhalado, se permitirá que la eficacia de filtración de partículas indicada no se refiera a esas zonas, siempre que se indique en la propia etiqueta.

“No obstante, estas mascarillas deberán cumplir con otros requisitos adicionales como permitir una visión nítida y sin empañamiento, que aseguren que el producto no obstruye la respiración y deberá indicarse en la etiqueta si hay efecto distorsionador del habla”, indica el escrito.

“Esta regulación nos va a ayudar a salir del aislamiento a muchas personas sordas y a otras muchas personas que lo necesitan. Porque no todo vale, estas mascarillas también tenían que estar reguladas para que no se pudiera comercializar cualquier cosa que permitiera la lectura labial”, señaló también el impulsor de la iniciativa. Y es que, según reconoció al inicio de la campaña, “hace tiempo” que no puede entender a su médico, su cajero del supermercado, su familia o sus amigos, al llevar cubierta la boca con la mascarilla.