La Provincia - Diario de Las Palmas

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CRISIS DEL CORONAVIRUS

El coronavirus baja la libido

El miedo al contagio y el estrés causado por

la pandemia disminuyen el deseo sexual

Una pareja pasea de la mano por Las Palmas de Gran Canaria. Juan Carlos Castro

La pandemia ha acabado con la estabilidad de todo un planeta que se ha visto arrastrado a la conocida como nueva normalidad en la que la situación sanitaria, la economía y las relaciones sociales han sufrido un giro de 180 grados. Tampoco el sexo ha escapado a los efectos negativos del coronavirus. Según un estudio publicado por la revista Sexuality Research and Social Policy, casi el 35% de los españoles ha experimentado durante la crisis sanitaria una disminución del deseo sexual, especialmente durante los meses de confinamiento. Una realidad que, según la psicóloga sanitaria de Vithas Las Palmas, Mayra Mayor, tiene como principales culpables “el estrés, la ansiedad y el miedo al contagio”.

A pesar de que el sexo no es el principal motivo por el que los pacientes acuden a la consulta de esta profesional formada en terapia sexual y de pareja, Mayor asegura que los problemas vinculados a este ámbito a raíz de la situación causada por el virus han proliferado, sobre todo, en lo que tiene que ver con una bajada de la libido. “Es algo que se da tanto en mujeres como en hombres”, si bien estos últimos son los que, a la larga, pueden salir peor parados. Y es que mientras que a ellas “no les asusta tanto” tener menos apetito sexual; para ellos, en muchos casos, se puede convertir en una problemática a largo plazo. El motivo es que “el estado de ánimo puede influir a la hora de tener erecciones en un momento determinado, lo que hace que se desarrolle un miedo anticipado en muchos hombres a que les vuelva a pasar”, señala al respecto.

Asimismo, la psicóloga explica que la diminución del deseo sexual se da tanto entre parejas como en solteros que quieren tener relaciones esporádicas. En el caso de las primeras, cuenta que la pandemia ha acentuado tanto lo positivo como lo negativo. Es decir, aquellas relaciones saludables se han fortalecido, del mismo modo que las que tenían carencias se han visto perjudicadas. “Después del confinamiento muchas relaciones se han roto y otras han entrado en crisis y en todas ellas la vida sexual es algo que se ha visto resentido”, comenta.

También ha sido así, aunque de otra manera, para aquellas personas solteras que tienen relaciones esporádicas o quieren conocer a alguien. En este caso, Mayra Mayor arguye que la principal causa, además de las citadas anteriormente, es el miedo al contagio. “Muchos pacientes en esta situación me dicen que están resignados a conocer a alguien más adelante. Esto sobre todo pasa entre personas que están muy concienciadas con el tema de la pandemia y tienen miedo a relacionarse con gente desconocida que podría tener coronavirus”. Es por eso que, desde su punto de vista, este grupo es el que “peor parado” sale en esta situación puesto que las opciones para comenzar una nueva relación, de la índole que sea, se han visto reducidas. No obstante, “hay otras personas a las que no les ha importado conocer y quedar otras personas para tener sexo estos meses, a pesar del virus”. De hecho, el estudio de Sexuality Research and Social Policy también revela que “un 4,1% de los españoles confiesa que se saltó el confinamiento para practicar sexo con otra persona”, a pesar de que según los expertos las relaciones no monógamas suponen un riesgo de contagio.

Del mismo modo, Mayor afirma que también hay quien utiliza el sexo “como ansiolítico” porque “tiene muchos efectos positivos: libera más endorfinas, aumenta la serotonina y disminuye los niveles de cortisol en sangre, que es la principal hormona del estrés”. Todo, apunta, “va a depender de la persona”, pero también de muchos factores. “Es algo que podemos incluso relacionar con la alimentación que, por ejemplo, empeoró durante los meses de confinamiento en los que también incrementó el sedentarismo. Esto hizo que muchos ciudadanos subiesen de peso, lo que ha generado problemas de autoestima. Y cuando una persona tiene una imagen negativa de sí misma también influye en la imagen corporal y eso repercute en el deseo sexual”, apostilla.

“Si uno no está bien, sí o sí, va a repercutir en la vida sexual porque en la sexualidad, podríamos decir, que aterrizan nuestros niveles cognitivos, emocionales, sociales y los hábitos de vida. Hay que entender el ser humano como un yo integral en el que todo está interrelacionado y la pandemia nos ha hecho tener cambios en muchas facetas de la vida y todo eso influye”, añade la psicóloga. De ahí que como profesional recomiende a su pacientes que trabajen en la búsqueda de su bienestar emocional individual. “Y los que tengan pareja, también tienen que cuidar la pareja, al igual que aquellos que tengan familia tienen que cuidar esta parcela”, señala.

De cara al futuro, la psicóloga asevera que “es muy posible que la pandemia sea determinante en la vida sexual, ya que la forma de relacionarse también ha cambiado”. En este sentido, cuenta que antes de la crisis sanitaria, “el fuerte para conocer a gente era la vida social y las aplicaciones móviles eran un complemento”, algo que cree que cambiará cuando todo pase. “Creo que las apps como búsqueda de vida de pareja han venido para quedarse y van a ser uno de los fuertes el día de mañana, aunque se recupere la vida social”.

Del mismo modo que considera que hay que aguardar a los estudios que se realizarán en los próximos años sobre cómo ha afectado psicológicamente la presencia del Covid-19 a la sociedad. “Si partimos de la base de que la sexualidad está influenciada por lo que pensamos, lo que sentimos o lo que hacemos, las conductas pospandemia estarán afectadas de alguna manera por todo esto y esos cambios repercutirán también a nivel sexual”.

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