“En una escarpada isla del archipiélago canario en España, un lenguaje silbado conocido como silbo gomero sigue vigente gracias a las clases obligatorias para los niños en la escuela”. Así comienza Raphael Minder, corresponsal en España del periódico norteamericano The New York Times, su reportaje sobre la tradición del lenguaje del silbo en La Gomera.

Titulado La poesía de mi isla: los guardianes del lenguaje silbado en las Islas Canarias, Minder relata esta ancestral forma de comunicación entre los gomeros y pone como protagonista a Antonio Márquez Navarro, un lugareño que invita a unos excursionistas -explica el periodista- a acercarse adonde están para que vean la matanza de un cerdo.

“Vengan p’acá, vamos a matar el cerdo”- sin decir una palabra: la silbó, explica a sus lectores. Minder narra que Márquez, de 71 años, dijo “que en su juventud, cuando los pastores locales, y no los turistas, recorrían los escarpados senderos de su isla, sus noticias habrían sido recibidas de inmediato por un silbido de respuesta, alto y claro”. Los excursionitas siguieron su camino.