Integrantes del programa Daniela Oblatas de atención integral a la mujer, recibieron ayer la recaudación de las huchas con el dinero obtenido por la Asociación de Empresarios de Artenara (Edarte) y la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento del municipio, a través del Servicio de Prevención y Atención a las Mujeres y Menores Víctimas de Violencia de Género, por la entrega a la ciudadanía de 100 mascarillas reutilizables homologadas y fabricadas en España, de diseño único, en conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Las personas que participaron realizaron una donación en Autoservicio Tamadaba y Supermercado Udaco Artenara.

Asunción Bartolomé, directora del programa Daniela Oblatas, agradeció que se acordaran de las mujeres “con que trabajamos y hacemos un camino conjunto”. Agradeció también la ayuda, pero más que eso, “la sensibilidad y el compromiso con una realidad que no se ve, pero que existe”. Por su parte, Elena Díaz, técnica de violencia de género del Ayuntamiento de Artenara señaló que la Concejalía de Artenara y Edarte realizaron conjuntamente el proyecto “del diseño de mascarillas específicas para el 25 de noviembre que se compraron y distribuyeron en el supermercado del pueblo para que las personas que querían colaborar con la causa hicieran un donativo que luego destinaríamos a Oblatas. Creamos la campaña, le dimos publicidad y efectuamos el reparto de mascarillas que contienen en su bolsa mensajes con datos concretos sobre cómo funciona Daniela, sobre la explotación sexual y la trata”.

Miqueas Sánchez, presidente de la Asociación de Empresarios de Artenara, destacó que esta es la segunda acción por el Día Internacional para la erradicación de la Violencia contra la Mujer. “El año pasado asumimos el coste de crear unos lazos, bajo la misma dinámica, con un mensaje informativo y concienciador contra la violencia. Pretendimos que la gente colocara el lazo visible en su coche, bien en la antena o el retrovisor, y se mantuviera allí en el tiempo para destacar que no es una lucha puntual sino constante. Creemos que es una forma de que las empresas de Artenara, que somos una familia muy pequeña, demos visibilidad con estrategias óptimas. El hecho de este año ofrecer la mascarilla a cambio de un donativo genera un vínculo de tomar y dar algo a cambio diferente y más concienciador que la entrega gratuita”.

Se trata de acciones entre la ciudadanía del pueblo. Según Sánchez, “entendemos que en las zonas rurales se necesita un trabajo lento y concienzudo de mentalización de la población sobre la realidad y los distintos tipos de violencia de género, no solo física. Desde el Servicio de Prevención y Atención a las Mujeres y Menores Víctimas de Violencia se atiende a las personas de la zona para que tengan acceso a la información al respecto”. “Hay que apoyar este trabajo social porque sabemos que es de los pocos urgentes y por eso perseguimos que sea mejor valorado”.

Díaz enfatiza que “intentamos hacer ver a la gente que no hay que normalizar ciertas situaciones, que hay momentos en que aparece la violencia”. Begoña Vera, miembro de Oblata añade que “queremos abrir los ojos también a los hombres acerca de que la prostitución y la trata, en definitiva, la explotación sexual, entran en el campo de la violencia machista. Nos parece muy bien que desde Artenara nos hayan incluido en el proyecto de las mascarillas para destacar nuestra misión que persigue evitar dicho abuso y para dignificar y dar visibilidad a las mujeres con quienes trabajamos”. “En Artenara pretendemos que el hombre rural sepa que ir al prostíbulo no es una acción social sino una explotación de la mujer”.