La familia de Estefanía Quevedo, una vecina de la capital grancanaria de 93 años, recordará el 24 de febrero como una fecha muy especial. Y es que ayer la nonagenaria, que pertenece al quinto grupo de la estrategia de inmunización, recibió el suero desarrollado por Pfizer y BioNTech en su domicilio, un acontecimiento que llenó de felicidad a sus allegados. “Gracias a dios estoy bien y no me duele nada”, aseguró la anciana, poco después de haber sido vacunada.

La paciente tiene problemas de movilidad y además se encuentra aquejada de demencia senil desde 2017, por lo que su hija, María del Carmen Quevedo, que además se encarga de sus cuidados, tuvo que autorizar al Servicio Canario de la Salud (SCS) la administración del producto. “Me llamó nuestra médico de cabecera, que conoce el historial de mi madre, y decidió que era mejor que le pusieran la vacuna en casa. Cuando vinieron las enfermeras solo tuve que firmar un documento e inmediatamente la vacunaron”, detalló, para después añadir que el trato fue “exquisito” y que no sufrió ningún tipo de reacción adversa.

A su juicio, a su madre “le ha tocado la lotería”, pues ya ha tenido la oportunidad de recibir el único instrumento que puede ayudar a combatir esta pandemia global. No obstante, hay que señalar que para lograr la inmunidad contra el SARS-CoV-2 es necesario que transcurran siete días desde la administración de la segunda dosis. “Ya hemos dado un paso muy importante y, dentro de tres semanas, completará la pauta. Estaba deseando que llegara este día porque mi madre es una persona muy mayor y tengo mucho miedo de que enferme”, expresó emocionada María del Carmen.

De hecho, la familia tiene también una propiedad en Madrid, donde pasó el período de confinamiento, pero decidió trasladarse a la Isla desde el 30 de agosto, ante la fuerza con la que golpeaba la segunda oleada a la capital estatal. “Mi marido y yo estábamos preocupados y decidimos regresar a Gran Canaria. Mi madre, por sus circunstancias, no es consciente de la gravedad de la situación, pero queremos protegerla y aquí nos sentimos mucho más seguros”, confesó.

A pesar de todo, extreman las precauciones y solo salen a la calle para realizar las tareas imprescindibles. Ahora, solo esperan que el ritmo de vacunación avance para poder poner punto y final a esta crisis sanitaria. “La gente es libre para decidir, pero es importante que todos estemos vacunados para lograr parar esto”, sentenció con firmeza.