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Subdirector de vuelo de la misión Perseverance en el planeta Marte

Fernando Abilleira: “El futuro de la humanidad puede depender de Marte”

Fernando Abilleira, junto al rover ‘Perseverance’ enviado a Marte. | | NASA

Fernando Abilleira es nieto de gallegos nacido en Madrid. En 2001, recibió del Parks College of Saint Louis University, Missouri, el título de Ingeniero Aerospacial Superior. Empezó su carrera profesional en el NASA Goddard Space Flight Center situado en Greenbelt, Maryland, donde dio soporte de análisis y diseño de misión al James Webb Space Telescope, Hubble Space Telescope, Solar Dynamics Observatory y ST5 entre otros. Desde 2004 trabaja en el NASA Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena, California, como Analista de Trayectoria / Ingeniero de Diseño de Misión para la Oficina del Programa de Exploración de Marte.  

Usted ha participado ya en varias misiones a Marte, entre ellas la del aterrizaje del rover ‘Curiosity’ en 2012, todo un hito, pero ¿por qué la propia NASA considera la del ‘Perseverance’ como la más importante realizada hasta ahora?

Pues porque el objetivo científico de la misión del Perseverance es el de investigar si la zona de aterrizaje reúne algunas de las condiciones básicas para que hubiese existido allí algún tipo de vida microbiana, y eso es algo fundamental. En misiones anteriores, lo que se investigó fue si había existido agua en Marte, tras lo cual, una vez que ya estuvo totalmente confirmado, dio paso a otra fase: la de descubrir si en la superficie se dan las condiciones necesarias para que exista vida. Con el Curiosity se comprobó que el cráter donde “aterrizó” reunía las condiciones para que se pudiera desarrollar vida microbiana, lo cual también está confirmado que fue así hace 3.000 millones de años. De manera que el paso siguiente, este que queremos dar con Perseverance, es el de la búsqueda de vida en sí misma. El rover Perseverance, a diferencia del Curiosity, lleva un instrumental que puede detectar estos tipos de vida, de hecho es el más potente que hemos enviado al Planeta Rojo. Por eso creo que a partir de ahora, si detectásemos esos indicios de vida podríamos llegar a confirmarlos en su totalidad con evidencias irrefutables. Para ello, necesitaríamos contar con análisis hechos en la Tierra, en nuestros laboratorios de la NASA que nos permitan obtener más información, un objetivo en el que también se está trabajando.

Con el ‘Perseverance’ en Marte, ¿a partir de ahora recibiremos con mayor regularidad noticias sobre el Planeta Rojo?

Este vehículo va a actuar experimentalmente en varios frentes y va a poner a prueba la capacidad tecnológica que tenemos para que, además de en la Tierra, los instrumentos utilizados funcionen también en Marte. Esta experimentación está planeada para las próximas semanas, así que si todo sale bien recibiremos más información y, además sabremos si se podrá utilizar esa tecnología para futuras misiones. Vehículos como éste, nos darían acceso a zonas de Marte que, hasta ahora, nos eran inaccesibles. Por otra parte, como en cualquier otra misión científica, antes de publicar un resultado se va a tratar de confirmarlo de todas las maneras posibles. Y hay un aspecto que no quiero dejar pasar por alto: es importante que la gente sepa que esta misión no es solo de la NASA, sino de la humanidad, y por lo tanto los avances conseguidos serán de todos: de nuestros socios internacionales primero y de la gente en general.

¿Qué diferencia hay en enviar una nave a Marte o a la Luna?

Hoy en día, el diseño de cada vehículo se realiza en base a la misión que va a cumplir, Así, se puede investigar si hay vida pasada, pero también la atmósfera (decisiva para las cuestiones de clima) o la existencia de fuentes energéticas que pudiera servirnos a los humanos en la Tierra. El de la Luna es un caso muy distinto a Marte. En cuanto al agua o rastros de vida, Marte es mucho más interesante que la Luna porque es uno de los planetas más similares a la Tierra y de él ya sabemos que sabemos hace entre 3.000 y 10.000 millones de años allí había ríos, lagos y océanos; de hecho, en la actualidad tenemos evidencia de ello. No soy científico, sino ingeniero, pero entiendo perfectamente por qué los científicos están entusiasmados con Perseverance. Y una cosa más: en Marte existen grandes cantidades de agua bajo la superficie, agua congelada, y también mezclada con bióxido de carbono congelado. Esto es muy interesante porque, en la Tierra, el agua es la fuente de la vida.

“Para mi futuro profesional, quiero centrarme en enviar una nave tripulada al Planeta Rojo”

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¿Sería factible que habitara Marte una colonia de humanos?

Eso lo veo un tanto complicado, aunque lo que sí es cierto es que Marte tiene el campo magnético más parecido al de la Tierra. Para que pudiesen vivir humanos, tendríamos que construir módulos e invernaderos y algún tipo de escudo para protegernos de la radiación. Pero el tema del agua y el de poder obtener oxígeno te abre una nueva dimensión en la que, a lo mejor, una misión tripulada al Planeta Rojo sí que es perfectamente factible en un futuro.

La prioridad ahora no es instalarse en Marte.

Exactamente. Averiguar si Marte es habitable o no es una cuestión lateral. Lo verdaderamente interesante es lo que atañe al oxígeno y al agua que, además de fuente vida, también puede servir de combustible. Creo que, en ese sentido, el futuro de la Tierra, de la humanidad, o al menos parte de él, pudiera depender de Marte.

Usted es autor de una tesis en la que preveía que en 2018 se podría enviar una nave tripulada. ¿Tendría inconveniente en formar parte de esa tripulación?

En primer lugar tengo que decir que la NASA no enviaría una misión tripulada a Marte si no tuviese una gran seguridad de que iba a tener éxito. Pero yo siempre he sentido que mi función es estar aquí, y que conste que me encantaría ver en persona el Planeta Rojo, pero no: creo que no iría porque no soy astronauta y mi trabajo es el que hay que realizar desde la Tierra.

¿Qué le queda por hacer?

Para mi futuro profesional, me gustaría centrarme en el desafío de enviar una nave tripulada a Marte, pero para eso queda un camino por recorrer.

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