La doctora Mónica Argüeso tiene 40 años y trabaja en la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria. Esta facultativa es una apasionada de su profesión y ha vivido en primera línea la pandemia de Covid-19 desde su irrupción en el Archipiélago. La especialista se siente orgullosa de que cada vez haya más mujeres ejerciendo la Medicina, pero lamenta que exista la tendencia a confiar más en los hombres.
¿Qué ha sido lo más complicado de su labor durante esta pandemia?
Ha sido un trabajo muy duro, pero no solo para los intensivistas, sino para toda la plantilla. Cuando comenzó la pandemia teníamos mucho miedo porque nos estábamos enfrentando a una situación desconocida, pero poco a poco nos hemos ido familiarizando y esta sensación ha disminuido. Lo más importante ha sido el trabajo en equipo. Sin embargo, una de las cosas más complicadas ha sido el hecho de tener que estar tantas horas con los EPI, las batas, los guantes y las mascarillas para evitar el contagio.
¿A lo largo de su recorrido profesional ha tenido que enfrentarse a situaciones machistas?
Hay diferencias inevitables. En Medicina siempre ha existido la tendencia a confiar más en el médico hombre, pero si las mujeres marcamos nuestro papel, pienso que podemos dar la misma confianza.
A la hora de acceder a altos cargos en Medicina, ¿cree que se ha conseguido romper el techo de cristal?
Creo que hoy en día hay bastante equidad y, por suerte, ya hay más mujeres ocupando altos cargos. Hace unos años la situación era totalmente diferente. Además, cada vez son más las mujeres que estudian Medicina y eso ya lo observé desde que estaba en la universidad.
¿Hay alguna especialidad médica en la que se aprecie mayor presencia masculina que femenina?
Puede haber especialidades en las que haya más hombres, pero no creo que existan diferencias significativas. Hace años, en las especialidades quirúrgicas, por ejemplo, había más hombres, pero pienso que en la actualidad ya está todo más igualado, e incluso, con mayor inclinación a la presencia femenina.
En el trabajo diario con sus compañeros y compañeras, ¿ha observado algún tipo de diferencia en el trato en algún momento de su carrera?
Sí, pero solo en casos muy puntuales y no se puede generalizar. Es verdad que puede haber algún hombre que tienda más al machismo, pero es un caso entre muchos, por lo que no he observado muchas diferencias. En mi caso, soy una persona que defiende mucho sus conocimientos y pienso que puedo aportar exactamente lo mismo que un hombre.
¿Qué representa para usted, como profesional y como mujer, el hecho de desempeñar un trabajo tan importante en plena crisis sanitaria?
Para mí es el día a día. Lo que estamos haciendo forma parte de nuestras funciones y es lo que hemos elegido hacer. A mí, personalmente, me apasiona. Sin duda, es un reto, pero no nos planteamos que sea una función muy importante, sino un trabajo mucho más duro de lo que puede llegar a ser habitualmente y que corresponde a nuestra práctica.
¿Ha tenido más obstáculos para compaginar su vida profesional con la familiar por ser mujer?
Como mujer y como madre tengo que atender mi vida personal y hacer turnos de trabajo que exigen muchas horas. Es algo complicado, pero a la hora de contratar no creo que se nos pongan mayores obstáculos. Lo difícil es organizar la vida.
