El malestar por su peso irrumpió en Nina Navajas cuando tenía 10 años, tras recibir comentarios sobre su físico, y ahora refleja en un estudio científico toda esa experiencia vital, con el convencimiento de que la "gordofobia" está tan extendida en la sociedad como el racismo y el sexismo.

Navajas decidió, siendo adulta, abandonar la "dictadura de las dietas" detrás de las que, asegura, hay una "industria médica, estética y alimentaria muy potente", y empezó a investigar sobre el estigma de la gordura a raíz de cursar el Máster en Género y Políticas de Igualdad de la Universitat de Valencia.

'Deberías adelgazar, te lo digo porque te quiero' es el título de su trabajo, en el que refleja que la "gordofobia" llega a suponer un estigma que genera "una renuncia al bienestar físico y psicológico de la persona". "La sociedad es gordofóbica, incluso a veces sin saberlo", asegura esta profesora e investigadora del Departamento de Trabajo Social de la UV.

El estudio lo ha hecho mediante autoetnografía, un técnica que recoge sus propias experiencias desde la infancia hasta la edad adulta, "como mi temor a ser gorda y el maltrato corporal que me autoinfligí para ser delgada", explica.

En su trabajo manifiesta que todos los procesos vitales desde su infancia estuvieron marcados por su obsesión con las calorías, los kilos y las opiniones de su entorno. Busca "naturalizar la idea de que se puede vivir siendo gorda porque nuestras vidas también están entretejidas con el afecto, la belleza y la alegría".

A su juicio, en las interacciones sociales el estigma de la gordura se despliega de forma directa (insultos al cuerpo), indirecta (cuando en un restaurante nos sugieren lo que menos engorda del menú) o con el entorno (los asientos de un medio de transporte o un cine no son amplios o cómodos).

La "gordofobia" afecta más a las mujeres y "fomenta que sintamos que nuestro carácter, intelecto, valía y humanidad están comprometidos por la forma y el peso de nuestros cuerpos", afirma en su investigación.

Considera que el debate no es si se puede estar gorda y saludable, sino si es ético discriminar a las personas por el tamaño de su cuerpo, su identidad sexual, sus creencias o el color de su piel.