El 42% de los canarios tuvo problemas para acceder a los servicios sanitarios durante el año pasado, la cifra se eleva hasta el 58% cuando solo se tiene en cuenta aquellos que intentaron acceder. De ellos, el 26% se quedó sin poder hacerlo, bien porque le cancelaron o le retrasaron la cita, no pudo conseguirla o directamente, tuvo que esperar demasiado. Lo que reflejan estos datos, proporcionados por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) en su último informe, en una es una realidad que esconde la mejoría de las listas de espera en este diciembre, donde tan solo estaban incluidas 24.495 personas, una de las cifras más bajas de toda la serie histórica –que comienza en 2003– y que supone, como admitió el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, ayer en una Comisión de Sanidad, una caída de la actividad debido a la Covid-19 “colosal”.

“En el balance, si no nos entran los pacientes normales, por poca actividad que hagamos el resultante da esa bajada”, afirmó Trujillo para contestar a una pregunta del popular Miguel Ángel Ponce. El parlamentario no dudó en recriminar la posición de la Consejería de Sanidad a la hora de hablar de las listas de espera, dado que “es imposible pensar que se han mejorado”. Para él, la principal “incongruencia” en los datos se encuentra en que los pacientes en lista de espera quirúrgica, de consultas y de pruebas bajan, mientras que se incrementa “el tiempo de espera”. Y es que, mientras se ha reducido la lista de espera quirúrgica un 5,3% respecto al año anterior (1.400 pacientes), el tiempo de espera se ha incrementado un 13% incluso, después de que la Consejería de Sanidad, haya realizado un importante trabajo para impulsar la actividad.

Ponce recordó que una de las principales fallas de la sanidad canaria es el sistema de recogida de datos, que a día de hoy continúa sin ser homogéneo en todo el Servicio Canario de la Salud (SCS). Esta advertencia, realizada previamente por la auditoría que se llevó a cabo por la Universidad de La Laguna y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria durante la anterior legislatura, aún no ha sido subsanada. “Por poner un ejemplo, el tiempo que pasa desde que el médico pide la prueba diagnóstica hasta que el sistema receptor lo recoge, el paciente no cuenta en lista de espera”, señaló Ponce, que remarcó que es el momento de “revisar ese tema” y criticó que “las listas no son fiables”.

La cifra de pacientes en lista de espera quirúrgica es la más baja de toda la historia de Canarias

El consejero admitió que la actividad ha caído considerablemente en consultas externas (un 9%) y en la primera consulta (30%). Sin embargo, insistió en que este fenómeno es extensible a toda España: “Si cogemos todas lao comunidades que han publicado sus listas de espera, vemos que tienen indicadores de caída similares, porque la metodología es la misma y los efectos de la Covid han sido parecidas”. Tras el confinamiento la actividad en quirófano de los hospitales recuperó su ritmo de trabajo, pero la actividad Atención Primaria y centros de especialidades, con sus nuevas funciones de rastreo y las restricciones de atención a los pacientes, no lograron dar cabida a la ingente cantidad de demanda producida tras el parón abrupto y total de la actividad durante los primeros meses de pandemia. De esta manera, la actividad quirúrgica se centró especialmente en los pacientes que llevaban más de 6 meses en lista de espera, cifra que se logró reducir casi un 20% con respecto a junio de 2020.

El parlamentario nacionalista, José Alberto Díaz Estébanez, también criticó los datos, e insistió en que “no han desaparecido enfermedades, en absoluto, los problemas se agrandan y se agrandarán en el futuro”. En este sentido, criticó a la consejería de Sanidad por resaltar los datos de las listas de espera como favorables, cuando detrás esconden otra realidad: “no se están incorporando nuevos pacientes”. “Estamos tan preocupados por eso como cualquiera”, aseveró el consejero de Sanidad, que insistió en que, por esta razón, se van a destinar en los próximos dos años 200 millones al Plan Aborda, con el que se pretende mejorar la situación general de las listas de espera. En este sentido, 98 millones están incluidos en el presupuesto de este año y los otros 102 se inyectarán durante el año 2022. No obstante, Trujillo afirmó que “se hará el esfuerzo presupuestario que sea necesario”.