La madrugada de hoy sábado a mañana domingo los ciudadanos de la Unión Europea (UE) adelantarán sus relojes una hora, un cambio regulado en la legislación comunitaria cuya supresión se debate desde hace tres años. Los canarios dormirán una hora menos, como el resto de ciudadanos del continente, ya que los relojes se adelantarán una hora, de modo que a las 01.00 serán las 02.00.

Este cambio de horario se produce dos veces al año, habitualmente el último domingo de marzo y el último de octubre, y se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.

Mientras que dos Estados miembros (Irlanda y Portugal) se colocarán a una hora de diferencia del horario GMT este domingo, en los casos de España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Croacia y Holanda, situarán sus relojes a GMT+2.

Por su parte, Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía adelantarán la hora a GMT+3.

En septiembre de 2018, la Comisión Europea propuso acabar con el cambio de hora en 2019 tras una encuesta pública que recabó un número récord de respuestas (4,6 millones) y que reveló que mayoritariamente (un 84 %) los ciudadanos europeos quieren terminar con esa práctica.

Aun así, la abolición del cambio de hora debe ser debatida y pactada por los dos colegisladores de la UE, la Eurocámara y el Consejo (los Estados miembros), para que pueda entrar en vigor.

En su propuesta legislativa, la Comisión ofrecía a los Estados miembros la libertad de decidir si se regirán de manera permanente por la hora de verano o la de invierno, pero instaba a que lo acuerden “de manera coordinada entre países vecinos”.

Protestas

Por su parte, la comisión de Transportes del Parlamento Europeo (PE) instó ayer a los Estados miembros a poner fin al cambio de hora.

Esta petición se remonta a 2018, cuando el Parlamento pidió a la Comisión que evaluara la directiva sobre las disposiciones de la hora de verano y, en caso necesario, presentara una propuesta de revisión de la directiva.

Tras la evaluación, que recibió 4,6 millones de respuestas por parte de los ciudadanos europeos, de las cuales el 84 % era favorable a poner fin a los cambios del reloj, la Comisión presentó la propuesta, que fue revisada por el PE en 2019.

La Eurocámara votó a favor de eliminar esta práctica de ajustar los relojes en una hora de primavera y otoño a partir de 2021, pero el Consejo de la UE aún no se ha posicionado al respecto.

El eurodiputado socialdemócrata Johan Danielsson dijo en un comunicado que “es importante atender las demandas ciudadanas de dejar de cambiar la hora” para demostrarles que el bloque comunitario toma nota de sus inquietudes.

Según estimó el legislador, un 20 % de la población sufre problemas físicos o mentales relacionados con el cambio de hora y, en su mayor parte, se trata de grupos vulnerables de la sociedad, como los niños, los ancianos o los enfermos crónicos.

“Espero que los países de la UE dejen de dar largas y acudan a la mesa de negociación para acordar el fin del cambio de hora sin más demora”, manifestó el político sueco.

La presidenta de la comisión de Transportes, Karima Delli (Los Verdes) puso de relieve que los Veintisiete “deben coordinarse entre sí para elegir la mejor hora para su región” y acusó que, según numerosos estudios, el cambio de hora “tiene un efecto negativo para la salud humana”.

Para que las nuevas normas se conviertan en legislación deben ser acordadas por el Parlamento y los ministros de la UE