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CRISIS DEL CORONAVIRUS

La UCI deja secuelas de debilidad al 50% de los pacientes que ingresan por covid

La fisioterapia se consolida como un tratamiento esencial para mejorar la calidad de vida de los afectados v La duración de la actividad varía en función de cada caso

La fisioterapeuta Sonia Esther Galván atiende a un paciente covid en la UMI del Hospital Insular. | | LP/DLP

Al menos el 25% de los pacientes que ingresa en las áreas de críticos llega a desarrollar el síndrome de la Debilidad Adquirida en la Unidad de Cuidados Intensivos (Dauci), pero en el caso de los enfermos aquejados de Covid-19 el dato incrementa hasta el 50%. Así lo pone de manifiesto el doctor Luciano Santana, especialista en Medicina Intensiva en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria. “La estancia de estas personas suele prolongarse durante varias semanas, en las que requieren ventilación mecánica y sedación por mucho tiempo. Esto hace que salgan muy débiles y con complicaciones motoras”, explica el facultativo. Por esta razón, la intervención de los fisioterapeutas es fundamental, pues juegan un papel esencial en la recuperación de los afectados. “No se puede concebir la Unidad sin la figura de estos profesionales. Ya ha quedado demostrado que el trabajo que realizan es imprescindible para que los pacientes evolucionen de forma favorable”, enfatiza el sanitario.

Lo cierto es que la Dauci puede manifestarse con miopatías –debilidad en los grupos musculares– o mediante el desarrollo de la polineuropatía del paciente crítico, una dolencia más compleja que afecta a la conducción nerviosa. “La primera suele acontecer en personas que pasan menos tiempo sedadas, mientras que la segunda se asocia a estancias más dilatadas en el tiempo y se caracteriza por los daños que provoca en la conducción nerviosa de los axones motores y sensitivos. No obstante, en algunos casos, pueden producirse los dos trastornos”, detalla Sonia Esther Galván, fisioterapeuta de la UMI del citado centro capitalino y profesora asociada al Grado en Fisioterapia en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Según indica la profesional, el trabajo que realiza junto con su compañera Nieves Rodríguez en el Hospital Insular, donde ya suma 17 años de experiencia, es aún muy desconocido por la sociedad. Su labor implica una gran dedicación a los pacientes y, aunque el abordaje es similar en todos los grupos de enfermos, independientemente de la causa que les haya llevado a precisar ingreso en el área de críticos, en las personas que ocupan una cama por los efectos del coronavirus puede llegar a ser más intenso. “Nuestro trabajo consiste en conseguir la máxima autonomía de los pacientes, que sean capaces de respirar sin ventilación mecánica, mejorar su movilidad y recuperar el habla tras la traqueostomía. Esto puede ser un proceso muy largo y dependerá, en gran medida, de la prevención durante la sedación y de las condiciones en las que se encuentren cuando despiertan”, señala la experta.

Como todos los tratamientos, lo ideal es que se aplique de forma precoz. De hecho, ya hay estudios que avalan los grandes beneficios de la fisioterapia en pacientes que llevan entre 48 y 72 horas conectados a la ventilación mecánica, pues les permite recibir el alta en mejores condiciones y adelantar también la su salida del hospital. “Esto se traduce en grandes ventajas para las personas, pero también para el sistema sanitario, que logra reducir los gastos”, añade Galván.

No obstante, hay que resaltar que para que la fisioterapia pueda iniciarse de una forma tan temprana es necesario que los enfermos presenten unos parámetros respiratorios y hemodinámicos determinados, como puede ser una presión positiva al final de la espiración (PEEP) inferior a 12 o una presión intracraneal por debajo de los 20 milímetros de mercurio, entre otros. “Estos parámetros son los que están estandarizados y recogidos en diferentes estudios multicéntricos. Partiendo de esta base, en función del nivel de sedación y de colaboración, nuestro plan de tratamiento puede ir desde coaptaciones articulares e higiene articular para conseguir la activación muscular y evitar retracciones, hasta sentarlos o ponerlos de pie para lograr la contracción voluntaria asistida de mayores grupos musculares”, apunta la fisioterapeuta de la UMI del Insular.

Lo cierto es que Sonia Esther Galván ha apreciado diferencias significativas en el estado de salud de los pacientes que sufren la infección por SARS-CoV- 2 durante las tres oleadas. Y es que la mejora del abordaje médico ha hecho que el pronóstico de los afectados sea ahora más favorable, lo que ha facilitado las labores de fisioterapia. “Recientemente, hemos incorporado también un bipedestador y la electroestimulación. Todo esto, sumado al trabajo en equipo, ha enriquecido la asistencia a nuestros pacientes”, sentencia la fisioterapeuta.

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