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Una funcionaria invidente de Elda lleva 14 meses sin poder trabajar por falta de medios

Carolina Torres necesita una aplicación especial en su ordenador que Sanidad no le instala a pesar de sus reiteradas peticiones

La funcionaria lleva diez años trabajando de administrativa en la Inspección Médica de Elda

Acude puntual cada mañana a su puesto de trabajo como administrativa en el centro de especialidades médicas Padre Manjón de Elda para no hacer nada y cobrar a final de mes. La funcionaria Carolina Torres Larrañaga está cansada de esperar una solución de la Conselleria de Sanidad que nunca llega. Su discapacidad visual le impide realizar el trabajo administrativo que tiene encomendado porque cambiaron el programa informático pero no lo adaptaron a las aplicaciones que ella necesita. Y así lleva 14 meses.

"Estoy frustrada por esta situación, me siento completamente desmotivada y también agotada de tanto insistir para que arreglen esta situación y no conseguir nada", explica la afectada. A pesar de ello Carolina no falta un solo día al trabajo y cubre estrictamente la jornada laboral que tiene asignada: desde las 8.30 hasta pasadas las 14 horas. Es administrativa de carrera y desde hace diez años tiene plaza fija en la Inspección Médica del Departamento de Salud de Elda. Nunca había tenido problemas. Al ser invidente -solo logra distinguir algunos colores- su puesto de trabajo estaba adaptado y podía llevar a cabo las funciones asignadas. Básicamente registrar en la base de datos de Sanidad diversos documentos y los materiales ortoprotésicos, las propuestas de altas médicas así como resoluciones del equipo de valoración de incapacidades médicas y del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Es decir, las mismas funciones que realiza su compañera y su jefe de equipo. Sin embargo en febrero del año pasado la Conselleria decidió cambiar las aplicaciones del programa informático sin contar con el personal ni realizar previamente ninguna prueba y sabiendo, además, que Carolina sufre una incapacidad visual que requiere de unas aplicaciones específicas.

"Desde el primer momento advertí lo que estaba pasando pero entendí que era un mal momento porque a las pocas semanas comenzó la pandemia del coronavirus y la situación en el sistema sanitario era en esos momentos muy complicada y el personal estaba saturado. Pero ya ha pasado más de un año y aquellos momentos tan críticos del covid se han superado. Sin embargo aquí sigo yo, cruzada de brazos, sin poder hacer nada mientras mis compañeros tienen que realizar un sobreesfuerzo para asumir su trabajo y el mío", lamenta.

Hastiada por el desinterés de la Administración decidió acudir a la ONCE para que mediara en el asunto. "Me consta que lo han intentado pero tampoco les han hecho caso. La única explicación que he recibido hasta el momento es que la Conselleria no va a cambiar todo un sistema informático por una sola persona. Y que, en todo caso, tratarán de subsanar el problema en la próxima actualización del programa", explicaba ayer la afectada mientras Sanidad no se pronunciaba en ningún sentido tras la consulta de este diario. Lo cierto es que han pasado cuatro meses y la actualización "ni llega ni se espera". De hecho, nadie se ha puesto en contacto con Carolina durante todo este tiempo.

Lo único que puede hacer es coger el teléfono. Pero ni siquiera puede realizar una simple comprobación en el ordenador. Así que se pasa las horas escuchando series de televisión, bajando a la entrada del centro médico para llevarle el café a los compañeros o hablando por teléfono con las amigas. "Yo quiero trabajar y ganarme el sueldo que percibo a final de mes cumpliendo con mis obligaciones laborales. No he superado una oposición para seguir las series de Netflix en mi puesto de trabajo. Esto me está afectando mucho y se me están quitando hasta las ganas de venir. Me siento fatal por mis compañeros y esto no es para reír, es para llorar", dice por último, señalando a un ordenador que no puede utilizar.

Superar unas duras oposiciones para acabar de telefonista

Carolina Torres lleva 16 años en la Función Pública. Superó unas duras oposiciones en su primera convocatoria y empezó de becaria en el área de Bienestar Social de Alicante. Al finalizar sus prácticas se convirtió en administrativa interina en el Palacio de Justicia de Benalúa. Y desde hace 10 años tiene plaza fija en Inspección Médica del Departamento de Salud de Elda. "Y todo esto para acabar de telefonista porque es lo único que ahora puedo hacer", señala con resignación.

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