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Universidad

Ingenieras de Hierro

Cuatro alumnas de la ULPGC visitan las obras civiles en la isla del Meridiano y ponen rostro al aumento de mujeres en las carreras técnicas

Ingenieras de Hierro | ULPGC

Las ingenierías experimentan desde hace unos años un repunte en las matriculaciones, especialmente entre las mujeres. Nicol Ortiz, Ana Isabel Peña, Marta Pérez y Clara Reyes, alumnas de Ingeniería Civil de la ULPGC son un claro ejemplo del empuje que están teniendo las carreras tecnológicas en las nuevas generaciones, sin distinción de género. Este fin de semana comparten, junto a cuatro compañeros, la visita a importantes obras civiles en El Hierro. 

Las ingenierías, una profesión tradicionalmente acaparada por hombres, están dando importantes pasos para romper las barreras de género. Ingeniería Civil en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) es un claro ejemplo de esfuerzo por la incorporación femenina a carreras técnicas, de la mano del profesor Jorge Yepes que lidera desde hace cuatro años con la colaboración de la Consejería de Educación un proyecto de innovación educativa dirigido a impulsar las vocaciones en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) entre las nuevas generaciones, con especial hincapié entre las mujeres. En este contexto se enmarca la visita de cuatro alumnas de segundo curso del grado de Ingeniería Civil, junto a otros cuatro compañeros, organizada por el profesor Yepes a El Hierro para acudir a las principales obras civiles de la Isla y comprobar in situ las artes de la profesión.

Aseguran que en cualquier profesión lo que importa no es el género sino la cualificación

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Nicol Ortiz Alarcón, Ana Isabel Peña Casal, Marta Pérez López y Clara Reyes Santos coinciden en su habilidad con las ciencias y el cálculo, y en tener muy claro que su futuro profesional pasa por dirigir e innovar “a pie de obra” futuras infraestructuras civiles. Por ello han vivido con especial ilusión la visita que desde el viernes y hasta ayer realizaron a la isla del Meridiano, al túnel de Los Roquillos, las instalaciones en Gorona del Viento de la central hidroeléctrica de Tijeretas con los sistemas de impulsión hidráulica, la balsa de almacenamiento de agua en la cumbre de la isla y los molinos eólicos situados en las inmediaciones de Valverde.

“Los estereotipos de género en las profesiones han cambiado muchísimo, y no sólo en las ingenierías, las mujeres demostramos cada vez más nuestro potencial, y tenemos una mayor presencia en todos los ámbitos. Cada vez somos más libres de estudiar y trabajar en lo que nos gusta, no necesitamos una profesión o una ocupación igual que los hombres para sentirnos desarrolladas, tenemos una diversidad de actividades para elegir, y un mundo entero para comérnoslo”, señala Nicol Ortiz, nacida en Perú hace 20 años, y que reside en Las Palmas de Gran Canaria desde hace dos, donde estudia el grado de Ingeniería Civil.

Ingenieras de Hierro

Nicol reconoce que siempre se le ha dado bien las asignaturas de ciencia y eso la ayudó a decidirse por una ingeniería, en particular, por la Civil por la “diversidad” de posibilidades profesionales que tiene. “Al iniciar la carrera siempre hay un interés, pero al ir avanzando veo que me motiva muchísimo a cuestionarme, a investigar, y siempre quiero caminar y ver una construcción ya no como algo simple o cotidiano, me paro a ver qué están haciendo los operarios, cómo y por qué, e incluso hasta pienso como podríamos mejorarlo. A mi esta carrera me da una sensación de superación y empoderamiento impresionante, disfruto mucho con ella. Y no lo digo sólo por mi, lo veo también en mis compañeras, con toda la creatividad que manejamos, el potencial y las ganas que le echamos, vamos a construir todos los proyectos que queramos”.

Nicol, Ana Isabel, Marta y Clara coinciden en sus habilidades con las ciencias y el cálculo

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Ana Isabel Peña también tuvo claro que lo suyo eran los “números antes que las letras” y a la hora de elegir carrera, la que más le llamó la atención fue la Ingeniería Civil. “Me gustaría poder llegar a realizar distintos proyectos, pero sobre todo los que más me llaman la atención son las obras de edificación”. La joven no hace distinciones a la hora plantearse qué puede aportar un mujer a la ingeniería, tiene claro que “lo mismo que un hombre” ya que no diferencia entre un profesional por ser hombre o mujer, sino por sus características personales, “si es responsable, atento, trabajador... ya que la diferencia no está en el género si no en cómo es cada persona”.

Se acercarán a la investigación con ensayos sobre la resistencia de materiales

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No obstante, está de acuerdo en que aún queda mucho camino por andar para dar una mayor visibilidad a las mujeres en el ámbito de las ciencias y las tecnologías “debido a que siempre han sido silenciadas y apartadas”. Rechaza que siempre se diga que no ha habido mujeres en la ciencia. “A muchas mujeres no se les dio importancia en sus estudios o descubrimientos, como por ejemplo a Rosalind Franklin, que descubrió la estructura del ADN, y sus trabajos fueron aprovechados por Maurice Wilkins, James Watson y Francis Crick sin contar con ella, para construir un modelo de ADN por el que ganaron el premio Nobel. Con esto quiero señalar que, aunque la mujer siempre estuvo en la ciencia no siempre se le dio la visibilidad que se merecía. Por suerte, cada vez más se le está dando visibilidad a estas mujeres trabajadoras. Y también, por suerte, las mujeres tenemos igualdad de oportunidades para acceder a la educación y poder cursar este tipo de carreras”.

Marta Pérez es otra crack de las cifras, siempre se le dio bien las matemáticas y las asignaturas de ciencias, y cuando llegó la hora de elegir una carrera se decantó por la ingeniería, para poder aplicar los números a cosas prácticas en la vida. “Lo que más me gusta de la carrera es que poco a poco vas comprendiendo como está hecha la ciudad, al final, todo está hecho por obras civiles, es muy interesante”. Ella no cree que hoy en día haya discriminación laboral, tampoco ve machismo en la Escuela, ni entre sus compañeros ni entre el profesorado, y se crió teniendo claro que “una mujer puede jugar el mismo papel que un hombre siempre que esté igual de cualificada, al final si algo te gusta tienes que ir a por ello, nadie te puede decir que no puedes hacerlo, y menos por motivos de género”, dice la joven grancanaria de 19 años.

Estudiarán ‘in situ’ la central hidroeléctrica de Tijeretas y el túnel de Los Roquillos

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Clara Reyes es de Málaga, tiene 24 años y la convicción de que nació para dirigir proyectos. Tras cursar un ciclo formativo de Delineación, se puso a trabajar en el mundo de la ingeniería donde tomó la decisión de que quería ser ingeniera. “Eso de hacer el trabajo de los ingenieros y cobrar menos no era plan, así que empecé Ingeniería Civil, sobre todo por la cantidad de salidas profesionales que tiene, el hecho de planificar una ciudad, las estructuras de saneamiento... está guay”. La joven es de la opinión de que, aunque las cosas están cambiando, aún hay rescoldos machistas en la profesión. “Es verdad que cada vez te encuentras más mujeres dirigiendo la obra, pero cuando trabajas dentro del mundillo ves que aún hay ciertas cosillas, pero cada vez somos más mujeres y a los rezagados no les queda otra que aceptarlo”, apuntó.

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Clara, al igual que el resto de sus compañeras, valoran muy positivamente el viaje a El Hierro, salir del aula y ver de cerca las oras de ingeniería. “Debería hacerse siempre, yo vengo de la FP y en los ciclos formativos estamos siempre en la calle, se hacen actividades de la vida real, y las universidades con eso se tienen que renovar”.

Jorge Yepes, profesor del Departamento de Ingeniería Civil de la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles (EIIC) de la ULPGC, señala que esta actividad, patrocinada por el Gobierno de Canarias, permite a los ocho alumnos que participan conocer tareas propias del ejercicio profesional de un ingeniero civil, además de iniciarse en la investigación, “porque aprovecharemos para hacer algunos ensayos de campo relacionados con la resistencia de los materiales, trabajaremos en el entorno de un gran túnel, el de Los Roquillos, y analizaremos algunas cuestiones relacionadas con la estabilidad de los taludes, de la bóveda del túnel y de algunos riesgos asociados a inundaciones”.

El viaje forma parte de un proyecto de innovación educativa para captar vocaciones

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Aunque el objetivo de esta visita en concreto está centrada en los alumnos de segundo curso del grado de Ingeniería Civil, se enmarca en un gran proyecto de difusión de las ingenierías en particular y de las carreras científico-técnicas en general entre los jóvenes no universitarios de Canarias. “Es un programa muy dirigido a las mujeres, porque se percibe que ha habido cierto rechazo a las carreras de matemáticas, física, química, y las ingenierías. Eso ha conllevado a unas carencias en la sociedad muy fuertes, faltan técnicos y técnicas que sean capaces de analizar problemas y darles solución para que las infraestructuras, los servicios y la industria progrese adecuadamente al ritmo que necesita el país”. Afortunadamente, ya se empieza a ver los frutos de este programa que empezó hace cuatro años.

La visita al Hierro, es la primera de las actividades programadas por Ingeniería Civil para sus alumnos, con la colaboración del Gobierno de Canarias. Arriba, Marta, Ana, Nicol y Clara; y abajo con los compañeros Airam, David, Alberto y Richard y el profesor Yepes en el túnel de Los Roquillos. |

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