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Derechos sociales

Canarias mejora el modelo de cuidado a mayores con 200 millones europeos

Envejecer con amigos, vivir junto a estudiantes o disfrutar de la soledad en una casa tecnológica son algunas de las alternativas del Ejecutivo regional a las residencias

Una persona mayor, de paseo. | Andrés Gutiérrez

Envejecer con amigos, hacerlo en una casa tecnológica con la que tus familiares puedan saber si estás bien en todo momento o incluso compartir piso con un estudiante para poder eludir las peores consecuencias de la soledad son algunas de las alternativas que Canarias plantea para el cuidado futuro de sus mayores. El Archipiélago aspira a cambiar radicalmente la forma de relacionarse con la senectud, después de que la crisis sanitaria haya mostrado la peor cara de este modelo basado fundamentalmente en relegar a los mayores a residencias de ancianos masivas. Un recurso que, además en las Islas, es mayoritariamente de titularidad privada, lo que dificulta el acceso a ellos a gran parte de la población.

Canarias, bajo el paraguas de un país que desea mejorar la atención a sus mayores, quiere romper con este modelo únicamente basado en la atención en macro residencias al concebirlo “obsoleto”. La consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias hará uso de unos 200 millones de euros –que llegarán al Archipiélago a través los fondos que la Unión Europea ha otorgado a España para recuperarse de la crisis del coronavirus– para dar un vuelco al modelo de cuidados imperante desde hace décadas en nuestro país.

El objetivo de este plan, que tendrá que ejecutarse en los próximos tres años, según la consejera del área, Noemí Santana, es el de crear un modelo que empodere a la persona durante su envejecimiento y que, en última instancia, le permita “decidir cómo desarrollar su vida”. Para lograrlo, la Administración pública debe recuperar la batuta del cuidado de los ancianos que hasta ahora ha estado bien en manos privadas o en la buena voluntad de familiares que han tenido que enfrentarse a una auténtica maraña burocrática para ser reconocidos como cuidadores.

“Este plan quiere poner los cimientos de un cambio de modelo que se profundizará con los años”, señaló Santana, quien hizo hincapié en que los fondos europeos se tendrán que ejecutar en un plazo corto, de tan solo tres años. La residencia tradicional no se abandonará, pero sí se potenciarán las camas públicas y se les hará un lavado de cara. Así, Canarias destinará 72 millones de euros a ampliar el Plan de Infraestructuras Sociosanitarias –que se ha tenido que prorrogar durante dos años más– tanto para ampliar el número de camas contempladas inicialmente (1.500) como para impulsar la creación de un nuevo modelo de residencias, más pequeñas y cercanas a la comunidad.

Y es que actualmente se estima que unas 3.000 personas en Canarias están esperando por algún recurso público de este tipo. “Por el momento la mayoría está esperando por una plaza residencial, pero creemos que si les ofrecemos otra alternativa quizás la vean más atractiva y adecuada a su situación”, indicó la consejera .

La Consejería considera que podrá habilitar al menos tres edificios intergeneracionales

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Entre las alternativas se encuentra un proyecto de edificios intergeneracionales, en el que las personas mayores con alto grado de autonomía puedan compartir espacios con estudiantes. “Se generan redes para interactuar con los mayores en soledad, y a la vez ayudar a los estudiantes que carecen de una gran solvencia económica”, afirmó Santana. “En este caso, por ejemplo, el estudiante podría hacerle la compra a la persona mayor, mientras que se podría beneficiar de hacer actividades con ellos”, concretó. Con los fondos europeos, se cree que se podrán comprar unos tres o cuatro edificios para destinarlos a este fin en las Islas.

Envejecer junto a amigos

La clave está en la capacidad de decisión de las personas mayores, y en ese sentido, la consejería de Derechos Sociales también apuesta por impulsar el cohousing, una forma de convivencia mucho más desarrollada en estados como California o en países nórdicos. “Esto permitiría que las personas pudieran retirarse en pisitos individuales junto a sus amigos o familiares, en una especie de residencial abierto que tuviera servicios comunitarios, como enfermería, fisioterapia y otras zonas comunes”, explicó.

Pero también cabe la posibilidad de que la persona prefiera quedarse en su casa de toda la vida y para eso, la Consejería también ha configurado alternativas. Una de ellas es dotar de tecnología inteligente de todo tipo a estas viviendas, permitiendo así mantener una vigilancia constante de la persona que se encuentre viviendo sola. “Es un proyecto de atención domiciliaria diferente a la que tenemos ahora; basado en la teleasistencia”, señaló Santana. Y es que, como recordó la responsable del área, la atención domiciliaria que ofrecen los ayuntamientos hoy en día puede ser insuficiente para las familias, dado que sus visitas suelen estar limitadas a una o dos veces por semana. Por esta razón “se apuesta por incluir tecnologías novedosas en los hogares para realizar un seguimiento continuo”, indicó la consejera.

El plan incluye 15 programas distintos y también busca modificar el cuidado a los menores

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Algunas de las bondades de esta tecnología es la posibilidad de apagar automáticamente la cocina cuando no se esté utilizando, tomar periódicamente las constantes vitales o incluso ser capaz de llevar un control sobre si la persona comido o no. “Esto podría complementarse con el seguimiento presencial que realizan los ayuntamientos”, alegó la consejera. Para este proyecto se destinarán unos 18 millones de euros, según destacó Santana, quien insistió en que se instalará solo en aquellas personas que así lo soliciten, dado que si no hay consentimiento, se podría estar vulnerando su intimidad.

Otros 30 millones se destinarán a una prestación “similar” al Ingreso Canario de Emergencia. “Aún no la tenemos definida, pero queremos que sean ayudas directas a la vulnerabilidad”, insistió la consejera. En este plan, que incluye un total de 15 programas distintos, también busca cambiar el cuidado a los menores y establece una mejora de la accesibilidad en las personas con discapacidad a edificios públicos. Canarias sueña con un futuro donde sus mayores sean cuidados por el resto de la comunidad, pero esta vez empujados por la Administración pública tras años de estar mirando de lejos la cronicidad y el envejecimiento.

Un nuevo modelo de cuidados

Residencias: Públicas y pequeñas

  • El nuevo modelo aspira a innovar en las residencias de ancianos, haciéndolas más pequeñas y cercanas a la comunidad. Además, plantea abrir más de 1.500 camas públicas para dar respuesta a estas personas. 

Edificios: Compartir piso

  • Los edificios intergeneracionales serán una alternativa a las residencias, en ellos, estudiantes y personas mayores podrán compartir piso y suplir sus necesidades básicas.

Cohousing: Comunidad envejecida

  • El cohousing es una forma de convivencia en comunidad muy extendida en los países nórdicos. Con esta fórmula, las personas mayores pueden vivir con sus amigos en un residencial pero en casas individuales.

Tecnología: En un hogar inteligente

  • Para aquellos que no quieren dejar su hogar, la Consejería también tiene una alternativa. Se trata de implantar tecnologías novedosas en la casa para poder realizar un seguimiento a tiempo real de la persona y su estado anímico.

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