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La investigación se concentra en la triangulación de las comunicaciones

El registro del lunes en la casa de Tomás Gimeno, el tercero desde el inicio de la investigación, se centró en ese capítulo

La investigación se concentra en la triangulación de las comunicaciones | M.P.

Asociar la sangre que apareció en la lancha con la rotura de uno de los cristales traseros del coche de Tomás Gimeno está descartado desde instante en el que se conoció que fue la Guardia Civil la que rompió el ventanilla –usando una pata de cabra– para acceder al interior del vehículo, después de obtener el consentimiento de un familiar directo del fugado. |

El registro del pasado lunes en la casa que ocupaba Tomás Gimeno en Igueste de Candelaria, el tercero desde el inicio de la investigación, se centró en fijar los puntos exactos de las conversaciones telefónicas que el padre de Olivia y Anna hizo desde la finca a la que acudió Beatriz Zimmermann, madre de las niñas que permanecen desaparecidas, sobre las nueve de la noche del 27 de abril a recoger a las pequeñas sin obtener una respuesta visual del secuestrador: las primeras conversaciones fijan su móvil en los exteriores del domicilio ubicado en el número 23 del camino Cruz Colorada.

En esa primera llamada el prófugo argumenta que está cenando con sus hijas y que se las acercaría en cuanto terminaran. Poder triangular esa conversación es clave (saber si él hablaba desde muelle de atraque de la lancha o desde alta mar) para determinar los márgenes de maniobra de Tomás Gimeno durante las últimas horas de la noche del martes de la pasada semana.

Las conversaciones en tierra entre Tomás y Beatriz ya están perimetradas: el triángulo que se origina entre los dos móviles y el repetidor que permite el enlace dan forma a un dibujo imaginario que en el caso del mar no es nada fácil de trazar por la ausencia de uno de esos tres puntos. El seguimiento por parte de los ingenieros del Grupo de Apoyo en Tecnologías de la Información de la Guardia Civil (GATI) se han encontrado con el inconveniente de que la lancha que usó Tomás Gimeno no disponía de GPS ni AIS (sistema de identificación de barcos), pero sí que han logrado avances a partir de la duplicación de la tarjeta del teléfono del padre, que ahora es el sustento de una investigación que en estos instantes es más tecnológica que pericial.

Datos del móvil


La posición, el tiempo de uso y el lugar en el que estaba Tomás Gimeno en el instante en el que apagó el móvil principal, e incluso los movimientos que pudo hacer con un segundo teléfono, se pueden determinar a partir de la clonación de una tarjeta por autorización judicial. Una vez los miembros del GATI restablecen el código de acceso a la unidad principal del sospechoso se puede leer el historial de los mensajes recibidos y enviados (correos electrónicos y WhatsApp) de los últimos 30 días. Los borrados en ocasiones dejan una huella «invisible» que puede ser clave. | J.D.

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