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Asuntos sociales

Cáritas duplica durante la pandemia la demanda de atención en Las Palmas

El perfil más frecuente es el de mujer de nacionalidad española, con hijos a cargo v Cuatro de cada diez personas acudieron por primera vez a la ONG en 2020

Colas en la sede de Cáritas en Las Palmas de Gran Canaria.

Cáritas duplicó el pasado año, a consecuencia de la pandemia por coronavirus, la demanda de atención en la provincia de Las Palmas, que creció en un 83% respecto a 2019. Así lo recoge la Memoria Institucional 2020 de Cáritas Diocesana de Canarias, presentada ayer por el Obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, junto con el director y la secretaria de la organización, Gonzalo Marrero y Caya Suárez, respectivamente. En total se dio respuesta a 14.623 hogares -frente a los 7.995 en 2019-, lo que se traduce en más de 45.000 personas atendidas, la mayor cifra del último quinquenio, y la particularidad de que cuatro de cada diez usuarios acudieron por primera vez a la ONG. «Las consecuencias de esta pandemia han hecho estragos entre la población más vulnerable de la provincia, especialmente en las familias monoparentales, las personas migrantes, las personas en situación de sin hogar, las personas mayores que viven solas y las mujeres en contexto de prostitución».

De las familias con menores, un 21,7% son monoparentales y están encabezadas por mujeres. La pandemia elevó sus dificultades para conciliar y cubrir sus necesidades más básicas

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El perfil más frecuente del demandante de ayuda es el de mujer (63%), de nacionalidad española (60%), con hijos a su cargo (47%)._La media de edad se sitúa entre los 40 y 49 años; y el 42,6% señalan haber estudiado solo hasta la educación primaria y encontrarse sin empleo (72,7%).

Casi la mitad, el 48,2%, de las personas que acuden a los servicios tienen entre 40 y 59 años, aunque desde Cáritas destacan un amplio grupo de usuarios -33%-, con edades comprendidas entre 20 y 39 años, «lo que pone en evidencia la elevada tasa de paro que existe entre la población más joven en Canarias».

El 43,5% de familias atendidas no tiene ingresos, el 37,5% recibe alguna prestación pública, y el 10% tiene ingresos de trabajos precarios que no garantizan un nivel de vida adecuado.

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De cada cinco hogares atendidos, uno es monoparental, encabezados en más del 80% por mujeres. «Muchas tuvieron que hacer malabares para compaginar el trabajo con los cuidados, sobre todo, en los meses de confinamiento». Con toda esta situación de crisis, las madres manifestaron ansiedad por la incertidumbre ante el empleo, por las situaciones de cuidado de los menores y preocupación por el futuro de su familia, según recoge el informe.

Atendieron a 5.800 personas migrantes -Venezuela, Colombia, Cuba y Marruecos-. El 31% en situación administrativa irregular, que dificulta el acceso a un empleo o a ayudas sociales.

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La brecha digital, causa y consecuencia de la exclusión social, también se ha agravado por la pandemia. Las limitaciones para acceder a internet, la falta de dispositivos electrónicos o de habilidades para manejarse en un entorno digital, ha supuesto un grave problema para las familias, que se han encontrado con muchas barreras para acceder al sistema público de servicios sociales. «La brecha digital ha tenido un impacto excepcional en esta crisis. Ha supuesto un grave problema para las familias, que se han encontrado con muchas dificultades a la hora de realizar trámites de forma telemática con las administraciones públicas y otras instituciones para la solicitud de ayudas, prestaciones, búsqueda de empleo...».

Mayores

El 26% de las personas atendidas vive sola, con las graves consecuencias que supone no contar con una red de apoyo en situaciones de exclusión social. De estos hogares, el 15% está conformado por personas mayores de 65 años, que en los inicios de la pandemia, se vieron sometidos a grandes periodos de aislamiento que repercutieron en la pérdida de la autonomía personal, debido a las restricciones de movilidad y la desorientación. Además, las dificultades en el manejo de las nuevas tecnologías han incidido en esta sensación de aislamiento.

Respecto a la nacionalidad, el 59,7% de las personas atendidas en 2020 por Cáritas son españolas, y un 40,3% migrantes -5.853-, la mayoría procedentes de Colombia, Cuba, Venezuela y_Marruecos.

La organización dio respuesta a 14.623 hogares el año pasado, frente a los 7.995 en 2019

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En cuanto a la situación laboral, el 43,5% de familias atendidas no percibe ningún ingreso, el 37,5% recibe alguna prestación pública que se torna insuficiente y un 10,1% recibe ingresos de trabajos precarios que no les garantiza un nivel de vida adecuado.

Asimismo, el 78% no cuenta con vivienda propia y, en muchos de los casos, ni siquiera tienen una casa en condiciones mínimas de habitabilidad. Cáritas pone el acento en que, a raíz de la pandemia, han surgido situaciones de exclusión residencial sobrevenidas a las familias. El caso más extremo de esta vulneración es el de las 2.595 personas sin hogar atendidas desde la ONG.

En cuanto a las demandas de las familias a la organización, el 82% ha solicitado alimentos; seguido de acogida y escucha en el 80,9%, orientación laboral en el 41,4%, así como asesoramiento para acceder a ayudas al pago de vivienda (11,8%) y gastos médicos (11,7%).

Economía sumergida

La demanda de atención en Cáritas se disparó en Canarias, aunque de una forma muy desigual entre las dos provincias. Se asistieron a 65.000 personas en el Archipiélago, 45.000 en Las Palmas y 20.000 en Santa Cruz de Tenerife, de forma que los hogares atendidos en la provincia oriental subieron un 83 % y en la occidental, un 20%. El director de Cáritas Diocesana de Canarias, Gonzalo Marrero, lo achaca al mayor peso que tiene la economía sumergida en la provincia oriental, al volumen de personas que han visto empeorar sus condiciones de vida hasta llegar a perderlo todo y verse en la calle por el cero turístico, y a las trabas administrativas sufridas por las personas sin recursos y sin acceso a la tecnología para solicitar ayudas públicas por la vía telemática, la única ofrecida por la Administración. | Efe

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