Beatriz Zimmermann, madre de Anna y Olivia, las dos niñas tinerfeñas presuntamente secuestradas y asesinadas por su padre, Tomás Gimeno, en la expresión más atroz de la denominada «violencia vicaria» que busca infligir un «dolor inhumano» a su expareja, ha dirigido una carta abierta de agradecimiento a la opinión pública por el apoyo masivo recibido en las últimas semanas. Sobre todo, desde que el pasado jueves se confirmase el peor de los pronósticos posibles en las labores de búsqueda de las dos niñas con el hallazgo del cuerpo de Olivia, de 6 años, en el interior de una de las dos bolsas detectadas, atada al ancla, a 1.000 metros de profundidad en el fondo del mar.

La autopsia ha revelado que la causa de la muerte de Olivia ha sido un edema pulmonar agudo, toda vez que el auto de instrucción del caso sostiene que Gimeno «les dio muerte de forma planificada para provocar un inhumano dolor a su ex pareja, más del que nunca pudo imaginar». Por esta razón, este presunto asesinato será tramitado como un caso de violencia machista, «por corresponder, de acuerdo a los delitos presuntamente cometidos de los que ya se cuenta con indicios objetivos». Además, la jueza instructora del caso ha pedido una orden internacional de detención contra Gimeno por dos delitos de homicidio agravado y otro en el ámbito de la violencia de género.

Por otra parte, el buque Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía, que se incorporó a la búsqueda de las dos niñas y del padre el pasado 30 de mayo, permaneció atracado durante el fin de semana en el puerto de Santa Cruz de Tenerife después de que en la mañana del sábado sufriese una avería, que el equipo espera poder solventar para reanudar cuanto antes la búsqueda de Gimeno y de su hija Anna, de un año de edad, a lo largo de esta semana.

Además del dolor y la impotencia, la carta remitida por Zimmermann, que se reproduce bajo estas líneas, se muestra tajante contra cualquier forma de violencia machista y, además, pide un endurecimiento de la legislación contra la violencia ejercida sobre la infancia, toda vez que reitera su amor infinito por Anna y Olivia, «dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida».

Texto íntegro de la misiva de Beatriz Zimmermann:

Con todo el dolor de mi alma, les quiero escribir una carta de agradecimiento.

A todos ustedes que han estado en corazones y rezos con ellas y conmigo acompañando todos los días desde que desaparecieron, ofreciendo todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz.

Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos. 

Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto.

Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo… Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía… 

Gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria. Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen porque cargar con esa mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos.  

Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. 

Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad... 

Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida... Y yo… siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños. 

Anna y Olivia estaban llenas de amor, todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo... 

A Olivia le decía; Olí tengo un problema, ella me respondía; si mami, ya lo sé…Que me quieres demasiado. Y ella sonreía. 

Los niños son nuestra responsabilidad y yo como madre me duele en el alma no poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas… Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida.  

Esa fue la razón por la que dejarme a mi con vida ... Y por supuesto, el no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz.  

Gracias a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador, gracias a todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia. Y que la verdad se conociera. 

Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima, y por muy duro que sea por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto... 

Debería de existir el día nacional del NIÑO. Todos los 27 de abril, para recordar que ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en nuestro amor hacia ellos. Tenemos una responsabilidad…

Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran.

Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor a sus hijos, dedicación, respeto, y que se les inculquen valores para un mundo mejor.  

Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor.  

 Gracias de todo corazón;

Beatriz; mamá de Olivia y Anna. Los angelitos.