Alcohólicos Anónimos lleva 86 años ayudando a personas de todo el mundo, a recuperarse de la devastadora enfermedad que es la adicción al alcohol. La Opinión de Murcia cuenta con el testimonio de Fernando, uno de los miembros de la asociación, que también ejerce como vocal de Información Pública de Murcia 2000, uno de los 16 grupos de Alcohólicos Anónimos que hay en la comunidad.

¿Cómo está la situación en Alcohólicos Anónimos en la Región a raíz de la covid?

Todos los días hay reuniones en las que participamos los que nos reconocemos como alcohólicos. Aquí en la Región hay 16 grupos abiertos y, con el tema de la covid, las reuniones presenciales se sustituyeron por las reuniones por Zoom. Ahora hablamos con gente de España y de todo el mundo, a cualquier hora del día y de la noche. Hablamos con gente de Argentina, de Estados Unidos, de Europa...

¿Cómo son estas reuniones, qué se puede contar de ellas?

En nuestras reuniones no tenemos terapeutas. Nos declaramos como enfermos, porque tenemos la enfermedad del alcoholismo. Cada uno comparte su experiencia y su esperanza. Yo he estado con psicólogos, con terapias, y me ha ido muy bien, pero en ningún sitio me he sentido más protegido que en Alcohólicos Anónimos. Porque son gente como yo, nos une la enfermedad del alcoholismo. Hemos sufrido, lo hemos pasado mal, hemos tenido pérdidas...

¿Une la pérdida?

Muchos hemos perdido familia, otros han perdido trabajo... el alcoholismo es una enfermedad muy grave, muy mala, y está muy estigmatizada. Mucha gente no es consciente de que es una enfermedad adictiva, de que no somos culpables. En todo caso, sí somos responsables. Pero en la misma medida que un señor que tiene cáncer de pulmón, ¿sería culpable por fumar? Es una enfermedad y hay que verlo así.

¿El confinamiento agravó la enfermedad?

La soledad es muy mala para nosotros. Pero nos comunicamos entre todos. Yo llevaré en el teléfono a cerca de 200 compañeros y compañeras que sé que, si llamo, me van a contestar.

¿Cuántas personas enfermas de alcoholismo se calcula que hay en la Región?

Si son 16 grupos con una media de veinte personas por grupo, pues calcula. Pero hay muchos más. ¿Quién no tiene en su familia a alguien sospechoso de no poder controlar el alcohol? El alcohol es malo si lo tomas en exceso, como muchas sustancias. Yo personalmente no estoy en contra de los que toman alcohol en su justa medida. En nuestra comunidad, lo que decimos es: "Si quieres seguir bebiendo, ahí en la esquina hay un bar".

¿Cómo es la estadística de alcohólicos por sexos?

Cincuenta por ciento hombres, cincuenta por ciento mujeres. Antes se pensaba que era una enfermedad solamente masculina, pero hay muchas amas de casa enfermas alcohólicas en la soledad de sus hogares. Pero de esto se puede salir, queremos transmitir un mensaje de esperanza. Fácil no es, pero se puede salir. Yo tengo 73 años y llevo más de catorce años sin beber.

¿Tiene cura la enfermedad del alcoholismo?

No tiene cura. La medicina es la abstinencia, nada más. El alcohol era para mí como la tirita que te pones encima de un grano: la pus, la enfermedad, está debajo. Es una enfermedad física, psíquica y emocional. Yo estoy aprendiendo a controlar mis emociones. Problemas sigo teniendo, pero tengo otra actitud.

¿Les está llegando a la asociación mucha gente joven?

Sí está llegando gente joven. A veces vamos institutos, aunque no es teóricamente nuestra labor, que es correctiva, no preventiva, pero ya vamos viendo gente joven que se aficiona mucho al alcohol. Aquí puede haber un 10% de los que vienen que son menos de treinta años. Antes el ser alcohólico se asociaba a un hombre que estaba durmiendo en un cajero y no es así.

¿Hay gente a la que le da vergüenza reconocer que tiene esta enfermedad?

Sí, y es el primer paso: reconocerlo, soy alcohólico. Ese es el paso más importante. Es duro reconocerlo. Yo alcohólico voy a ser toda la vida, lo que soy es un exborracho. Y abstemio. Sobrio es cuando tienes el equilibrio emocional, y a mí me falta.