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Las aguas canarias son fuente de CO2 en verano y sumidero el resto del año

Un estudio de la ULPGC analiza la variabilidad estacional en el intercambio de dióxido de carbono entre atmósfera y océano entre Gran Canaria y el Estrecho

De izquierda a derecha, Melchor González Dávila, Magdalena Santana Casiano y Aridane G. Gonzálezo. | | LP/DLP

Las aguas canarias se comportan como sumidero de dióxido de carbono (CO2) en invierno, primavera y otoño, mientras que es una fuente en verano. Así lo recogen los resultados del estudio realizado durante dos años por investigadores del grupo de investigación de Química Marina (QUIMA) del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, coordinado por Melchor González Dávila. Un proyecto que, por primera vez, aporta información en alta resolución, sobre la variabilidad estacional y espacial del intercambio de CO2 entre atmósfera y océano en una extensa región de observación que abarca desde Canarias hasta el Estrecho de Gibraltar.

«Haciendo uso de un barco portacontenedores, hemos estudiado, no un punto concreto del océano, sino toda una región, que va desde Canarias hasta el Estrecho de Gibraltar, pasando por toda el área Atlántica Este. Hemos caracterizado durante dos años de estudio y con una alta resolución, la variabilidad estacional, como cambia el sistema entre el verano y el invierno, y qué procesos controla este cambio», indicó el catedrático González Dávila.

En el estudio, en el que participan los investigadores de Química Marina, David Curbelo Hernández, Melchor González Dávila, Aridane G. González, David González Santana y Magdalena Santana Casiano, se ha podido medir la evolución estacional a lo largo de dos años. «Se ha visto que en invierno, con las aguas más frías, se disuelve más CO2, su contenido queda en el agua y la presión es más baja. Pero en el verano, con la subida de las temperaturas, se desprende más dióxido de carbono y en el sistema actúa como fuente de CO2 hacia el planeta».

Los resultados obtenidos hasta el momento confirman que, desde el punto de vista del sistema terrestre, el océano actúa en estas latitudes como un sumidero de CO2, a lo cual contribuye no sólo la temperatura del agua, sino también la actividad biológica que existe del afloramiento africano, la alta productividad de esta región que secuestra dióxido de carbono. Para ver la evolución real a lo largo de los próximos años, es preciso ampliar este proyecto, al menos un lustro más. «Con dos años de datos es imposible sacar una tendencia óptima, porque cada año el clima es distinto, y uno puede ser más cálido que otros. La tendencia general es aumentar la temperatura del océano como se ha observado y el contenido de CO2, pero lo que queremos saber es, a lo largo de los años, como este sistema está evolucionando, si mantiene las tendencias que son observadas en otras regiones, o esta región al estar en la zona próxima al afloramiento norteafricano, se comporta con más o menor intensidad. Esa evolución del sistema la podremos saber a lo largo de cuatro o cinco años», apuntó Melchor González Dávila.

La investigación, a bordo de un buque portacontenedores, abarca también el Mediterráneo

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Este trabajo, cuyos resultados han sido publicados en la revista internacional Science of The Total Environment, ha sido realizado en el marco del convenio público-privado CanBIO, entre el Gobierno de Canarias y la Fundación Loro Parque, y forma parte de la Red de Observaciones del Sistema del Dióxido de Carbono y la Acidificación Oceánica (Carbocan), dentro del Sistema Integrado de Observaciones de Carbono (ICOS).

Las observaciones han sido posibles gracias a la colaboración con el buque Renate P (Nisa Marítima), y el estudio también abarca el área del Estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo. «Hemos publicado lo que hay desde Canarias hasta la entrada del Estrecho. Es el primer estudio que se hace en una región tan amplia y, sobre todo, con tan alta resolución. Ahora estamos recogiendo datos en el Estrecho y luego seguiremos hasta Barcelona, porque la línea de observación la hacemos a través de este barco portacontenedores que trabaja desde Canarias hasta la ciudad Condal. De esta forma podremos chequear tres sistemas totalmente distintos entre sí: el Atlántico, el Estrecho y el Mediterráneo. Dentro de dos o tres años publicaremos como ha sido la evolución y la tendencia», concluyó el investigador del Iocag.

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