Desde esta pasada madrugada a las 00.00 horas, la mascarilla obligatoria es historia en España (salvo que un cambio de tendencia haga requerir su uso de nuevo). El Gobierno se ha sumado a otros países como Francia o Alemania y ha flexibilizado la utilización de este producto sanitario de tal forma que es probable que hoy veamos a muchas personas sin él, y no ocurra absolutamente nada. Ahora bien, lo vivido anoche en la Puerta del Sol, en Madrid, es digno de estudio.

Unas pocas decenas de personas se reunieron en esta céntrica plaza de la capital de España y lanzaron sus mascarillas al cielo clamando un patético "ya no hay mascarillas". Por fortuna, de estos 'cuatro gatos', menos aún mostraron esta inaceptable actitud, pero todos ellos deberían recordar que esta tarde, si pasean por la misma Puerta del Sol, tendrán que llevarla debido a que no se puede mantener la distancia social entre los viandantes.

Y es que a pesar de que se pueda ir por la calle sin portar mascarilla en la cara (sí en cualquier otro lugar donde se pueda guardar), seguirá siendo obligatoria si no se puede guardar 1,5 metros entre grupos no convivientes. Es decir, sobre la mesa, en cualquier centro de una ciudad mediana, este producto seguirá siendo un complemento esencial para luchar contra la pandemia, y más aún en transportes públicos o espacios cerrados, donde sigue siendo necesario utilizarla de forma obligada.