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Crisis del coronavirus | Situación sanitaria en Canarias

La juventud no inmuniza

Dos pacientes hospitalizados con covid, de 26 y 37 años, llaman a los jóvenes a extremar la precaución para evitar más contagios

Manuel Cano, de 26 años, ingresado en el Hospital Dr. Negrín.

Al inicio de la pandemia las personas mayores fueron la diana perfecta para el virus. Ahora, dieciséis meses después, los jóvenes están siendo los más afectados por la covid-19. Lo son, fundamentalmente, porque en los menores de 40 años todavía no ha penetrado la vacuna de forma mayoritaria y, además, son un colectivo con mayor movilidad social. Meses atrás, los jóvenes se concienciaron para no contagiar a sus abuelos o a sus padres y ahora, con unas restricciones más laxas, muchos salen a festejar prematuramente el fin de la crisis sanitaria, sin ser conscientes de que la transmisión del virus ahora es más rápida, debido a la aparición de la cepa Delta, y de que ellos también pueden padecer cuadros graves de la enfermedad, porque la juventud no inmuniza frente al SARS-CoV-2.

La media de edad de los hospitalizados con la covid-19 en Canarias ha bajado hasta los 49 años. Entre esas personas que, a pesar de su corta edad, han precisado hospitalización para hacer frente al virus están Manuel Cano, de 26 años, y Grimanesa Hernández, de 37 años. Estos dos jóvenes grancanarios contrajeron el virus lejos de fiestas y botellones; él en su entorno laboral y ella en un supermercado o centro comercial. «No tengo fuerzas, no puedo ni caminar solo y me bañan en la cama, como si fuera un anciano», explica Cano desde su habitación en el Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. Con dificultades para respirar y con voz tenue, el joven lamenta que la población no sea consciente de lo peligroso que es el virus. Pide que no se baje la guardia, que se respeten las normas y que se mantengan las medidas básicas para la contención de la covid: uso correcto de la mascarilla, higiene de manos y distancia interpersonal.

Recién llegada a su casa tras recibir el alta, Hernández relata que todavía le cuesta respirar con normalidad, porque le han quedado secuelas en el pulmón debido a la neumonía que le ocasionó el virus. «Me he quedado bastante mal, tengo que seguir las pautas que me dieron los especialistas, no tener mucho contacto con otras personas, guardar reposo, estar lo más tranquila posible y no hacer muchos esfuerzos», detalla. Si bien, respetar estas recomendaciones médicas puede ser complicado para una madre con tres hijos, de quince, diez y ocho años. Después de pasar seis días ingresada en el Hospital Universitario Insular, Hernández reconoce que está asustada ante el elevado número de contagios que se están notificando en Canarias. «La población no es consciente de que tiene que ser responsable con la situación que vivimos, se han relajado con el inicio de la vacunación y todavía hay que tener cuidado porque ahora el virus es más contagioso», afirma la joven. Quien considera que las administraciones públicas han levantado las restricciones demasiado rápido y «lo vamos a pagar todos».

La fortaleza de los sanitarios

Cano, que solo una semana antes de contagiarse había recibido la primera dosis de la vacuna contra la covid-19, comenzó a notar los síntomas de la enfermedad mientras estaba en su puesto de trabajo. Primero creyó que era una gripe común y al día siguiente, cuando le subió mucho la fiebre, le saltaron las alarmas. «El domingo me hicieron la PCR y di positivo, el lunes fui al Urgencias, donde había muchísima gente joven contagiada, pero me mandaron a casa. Ya el miércoles tuvieron que ingresarme porque estaba muy mal y tenía una neumonía», señala el joven, quien asegura que perdido el apetito porque tiene dificultades para tragar.

«Me dio una gripe fuerte, con un dolor intenso en el pecho y la espalda, fiebre y dolor de garganta. Al día siguiente ya no podía ni respirar», asegura Hernández. Después de saber que ella estaba contagiada, su pareja y sus hijos se realizaron la prueba y solo el más pequeño de la familia se salvó del contagio. «Lo aislamos en el salón, pero era imposible estar en casa sin tener contacto con él, solo tiene ocho años y había que hacerle de comer», recuerda. Gracias a las precauciones que tomaron en el hogar –usando guantes, mascarillas y desinfectando todas las superficies– lograron que el menor no contrajera el virus. «Después de cuatro días evitando acudir al hospital, porque no quería dejar a mi pareja con toda la carga de los niños, me vi obligada a ir, porque la situación ya era muy grave», rememora Hernández.

Ambos jóvenes destacan la inmensa labor que realizan los sanitarios en los hospitales canarios. A pesar de la carga laboral que han soportado durante más de un año de pandemia, estos profesionales «mantienen la moral alta y tratan de animar a los pacientes», afirma Cano, quien se cuestiona cómo sería su estado si tuviera que pasar la enfermedad en casa. Por su parte, Hernández alaba la fortaleza de los sanitarios, que hacen un esfuerzo sobrehumano para atender a los pacientes y son capaces de exponerse al virus en primera línea, aguantando durante horas los equipos de protección. «Yo no sé ni cómo lo he cogido, porque ni hemos ido a la playa o la piscina por miedo al virus, así que ni me imagino lo que supone ir a trabajar sabiendo que estás con personas contagiadas y, además, viendo que los ingresos no cesan», afirma la joven, que tenía cita para la vacuna días después de su contagio. Los dos pacientes coinciden en la necesidad de concienciar sobre las secuelas que tiene la enfermedad e insisten en que el hecho de ser joven no protege frente al virus.

La presión hospitalaria aumenta un 92% en un mes

A solo una semana de que arranque agosto, el vacacional por excelencia de los españoles, los contagios y la presión hospitalaria siguen al alza Canarias, a pesar del avance de la cobertura vacunal. La presión en los hospitales del Archipiéalgo ha subido en el último mes y eso se refleja en que el número de pacientes con la covid-19 que permanecen ingresados en los centros sanitarios de las Islas se ha incrementado un 92%. El 24 de junio había 25 personas con el SARS-CoV-2 en las unidades de cuidados intensivos (UCI), frente a las 63 que había ayer, según informó la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. Esto supone que la ocupación de las camas de críticos se ha elevado un 152% en los últimos 30 días. Otras 362 personas eran atendidas ayer en planta, mientras que hace un mes solo había 196, lo que se traduce en un incremento del 85% en el número de pacientes con la covid. La isla que soporta una mayor presión hospitalaria es Tenerife, donde hay 263 personas hospitalizadas en planta y 40 en críticos. Así, la ocupación de sus camas UCI es del 18,13%, con lo que este indicador epidemiológico se sitúa en riesgo alto. En Gran Canaria hay 97 personas ingresadas, de las que 17 permanecen en la UCI. En Lanzarote solo hay un paciente con covid hospitalizado y en Fuerteventura, tres, uno de ellos en críticos. La situación en La Palma también es preocupante, porque la ocupación de las UCI está en riesgo alto, con un 19,23%. En la isla hay cinco contagiados en críticos y ocho en planta. Por su parte, en La Gomera hay cinco hospitalizados y en El Hierro, tres. A esto hay que sumar la presión que el incremento de contagios ejerce sobre la Atención Primaria. I. D

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