Mukesh Arjandas Daryanani (Pune, India, 1958 - Las Palmas de Gran Canaria, 2021), para muchos conocido como Dani, mi suegro, hace 12 días que se marchó al cielo tras luchar como un campeón y hasta el último momento contra el cáncer que tantas vidas inocentes se ha llevado por delante.

Nos deja una buena persona que dejó huella en los que lo conocimos de cerca, por su fuerte presencia física, un hombre guapo con muy buena planta, una voz fuerte. No dejaba indiferente a nadie, por su generosidad, su carisma y por su positividad, también por su don de gentes y su manera de vivir la familia, siempre priorizando y haciendo piña.

Marcaste una época inigualable, suegro. Siempre considerabas España por encima de cualquier bandera. Fuiste un verdadero gentleman, siempre de punta en blanco, difícil de remplazar. Creciste entre la zona de Mesa y López y el Puerto de Las Palmas y eras hijo de inmigrante indio-sindhi. Tu visión y buen hacer te convirtió en pionero en el mundo de los negocios con tu familia gracias al comercio de la bisutería de Asia y muchos otros productos… siempre con pasión y detalle a lo largo de tu carrera.

Pero también fuiste pionero en el terreno personal, incluso entre los hindúes, por casarte con Estela por la iglesia. ¡Mi querida suegra canaria! Qué visión y acierto tuviste y qué familia con valores más bonita habéis creado juntos, respetando ambas culturas y religiones. Muchos te recordarán paseando por zona de la calle Triana con ese moreno inconfundible.

Suegro, en estos días la gente me recuerda los detalles y gestos que tuviste con ellos. Algunos te consideran su ídolo y comentan tu valentía a la hora de perseguir tus sueños empresariales. Y es que siempre conseguías lo que te proponías. Esos encuentros de corazón a diario con tus hermanos por todas las cafeterías de Las Palmas, tu pasión por los coches, los relojes y la buena comida, tus sabios consejos a quienes te lo pedían, tu habilidad con los números, tu esfuerzo y sinceridad en los negocios, tus veranos con la familia y amigos en el sur, por Jardín Dorado, tu buena actitud y tu habilidad para poner buena cara y utilizar el humor, incluso en tiempos difíciles. Sin olvidar tu lado deportista o lo organizado y disciplinado que eras, tu rechazo al alcohol y al tabaco, tus más de 100 viajes a Hong Kong y Chin y podría continuar con una larga lista de virtudes y recuerdos.

Eras igual con todo el mundo, respetabas a todos por igual y nunca hablabas a las espaldas de nadie, siempre directo. Esto decía mucho de ti, suegro. Tus amigos tienen muy buen recuerdo de vuestros encuentros en la calle Rafael Cabrera y de vuestras salidas al sur de jóvenes. Eso sí, nadie te va a quitar lo bailado. Una vida muy intensa y bella.

Mukesh, allá donde estés, tu esposa Estela; tus hijos: Virginia, Tanya, Vivek, Alejandra; tus nietos: Leo y Alessandro; tus hermanos: Deepu, Mahesh y Anita; tu yerno y demás familia, sabemos que nos vas a seguir apoyando con tus bendiciones, protegiendo y manteniendo la familia unida.

Desde aquí queremos además trasladar nuestro profundo cariño y agradecimiento a todos los profesionales que te acompañaron y asistieron hasta el último suspiro, en especial al equipo médico liderado por el doctor Avinash Ramchandani, del Hospital Insular de Gran Canaria, y al doctor Pedro Lara, del Hospital San Roque. Siempre, pese a todo, les mostraste tu apoyo y gratitud.

Estamos muy agradecidos de haber compartido una parte de nuestras vidas contigo y vamos a continuar con tu gran legado. Sí, señor Mukesh, ¡un gentleman hasta el final!