De la misma familia que el brécol y la col, la coliflor es todo un ramillete saludable de vitaminas, minerales y oligoelementos. Encierra entre sus tallos poderosos nutrientes que la convierten en un superalimento muy estimable. Como todas las hortalizas crucíferas, desprende un olor característico durante su cocción pero el contrapunto son su sabor y textura suaves.

La coliflor está cargada de vitamina C y ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de esa sustancia. Su contenido en vitamina C es tal que una ración de 100 gramos de esta verdura cubriría el 100 por cien de la necesidad diaria de esta vitamina. Y además de ser una buena fuente de esa sustancia, también es rica la coliflor en ácido fólico, que es lo que toman las embarazadas como preventivo de malformaciones fetales.

Asimismo, esta verdura contiene cantidades interesantes de vitaminas del grupo B y de carotenos, sustancias antioxidantes que bloquean el efecto dañino sobre las células del organismo de los radicales libres.

No tan frecuente en los potajes como su pariente la col cerrada o repollo, la coliflor se caracteriza por su olor en la cocción (al igual que otras crucíferas), aunque luego su textura y sabor suaves, junto a su color blanquecino, ofrecen muchas posibilidades culinarias y múltiples resultados en la mesa.

Para escoger la mejor coliflor hay que fijarnos en que el tronco central parezca recién cortado de la planta. ShutterStock

Rica en minerales

Junto a sus cuantiosas vitaminas, esta hortaliza posee gran profusión de minerales. Sobre todo es rica en potasio. Pero también tiene, aunque en menores cantidades, calcio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.

Acompañan a esos nutrientes, asimismo, pequeñas cantidades de oligoelementos, como cromo, manganeso y selenio, que tienen funciones importantes como antioxidantes, protectoras y reguladoras.

Baja en calorías

La mayoría del peso de este alimento es agua, su principal componente, y tampoco es muy calórico. Tiene entre 22 y 30 calorías por 100 gramos, por lo que es ideal para incorporarlo a las dietas de control de peso.

A su escaso poder en hidratos de carbono se suma su mínima presencia de proteínas y de grasas, unas características que convierten a la coliflor en saludable para la dieta diaria. Por el contrario, esta verdura dispone de un contenido importante en fibra dietética.

Un delioso plato de coliflor.

Alta en gases

La coliflor es una hortaliza de fácil digestión, a pesar de que pueda producir cierta flatulencia.

Por eso no es una contradicción que se recomiende su ingesta en caso de gastritis, úlceras, estreñimiento y diverticulosis (zonas débiles en la pared del intestino).

Aunque pueda ser pesada a las personas que padecen de la vesícula, en el caso de los gases es la manifestación de un buen efecto en el organismo.

¿Producir gases y, al mismo tiempo, un buen efecto en el aparato digestivo es compatible?

Sí, porque el que se produzcan gases significa que hay una digestión intestinal de la fibra que comemos. Esa digestión produce en el interior del intestino ácidos grasos de cadena corta, que es un nutriente esencial para la protección de la mucosa interna intestinal. Eso le da propiedades preventivas frente al cáncer de colon.