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Una investigación canaria se convierte en un fenómeno viral

Un estudio del palmero Jesús Martín-Fernández vincula el reggaetón con una mayor actividad en ciertas regiones cerebrales

Jesús Martín-Fernández LP/DLP

Las conclusiones alcanzadas en la fase inicial de una investigación que forma parte de la tesis doctoral del neurocirujano y compositor palmero Jesús Martín- Fernández han corrido como la pólvora en pocos días. Medios de todo el planeta, desde México a Abu Dabi, desde Los Ángeles Times a la CCN, se han hecho eco de esos primeros resultados. Los estudios de Martín-Fernández, con la tutela de su director de tesis, el neurocirujano del Hospital Universitario de Canarias (HUC) Julio Plata Bello, concluyen que el reggaetón provoca más actividad cerebral que cualquier otro estilo musical en las regiones encargadas de procesar los sonidos y el movimiento. Además, lo hace por encima de otros géneros como la música clásica.

Hasta ahora la repercusión ha sido tal que el número de referencias en distintos medios de todo el planeta se puede cifrar en casi un millar. Y la cosa no para. El New York Times ha sido el último de los medios en ponerse en contacto con este trabajador del Hospital Universitario de Canarias Nuestra Señora de la Candelaria (Hunsc) que desarrolla sus investigaciones en el Instituto Médico Tinerfeño (Imetisa).

Jesús Martín-Fernández es un neurocirujano y neurocientífico palmero de solo 28 años que comparte su pasión por los misterios del cerebro con el amor por la música. «Primero fue la música, claro, porque era accesible con cuatro años, que fue cuando empecé. Siempre me gustó el cerebro y siempre quise ser neurocirujano, pero tardé un poquito más en conseguirlo», recordó.

«Es interesante que genere actividad en un sitio tan dañado en casos de parkinson»

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La investigación que ha colocado su nombre y el de sus compañeros en medio de este revuelo mediático forma parte de la primera parte de su tesis doctoral. «Cuando empecé la formación de neurocirujano siempre estuve investigando con Julio Plata, que es neurocirujano en el HUC. A la hora de pensar en hacer un doctorado y como él es profesor universitario pensé que sería mi director de tesis. Decidimos indagar a fondo en la música y el cerebro, que es una forma de mantener estas dos pasiones activas».

Juntos decidieron trabajar sobre un grupo de personas sin formación musical a los que les sometió a una resonancia magnética avanzada mientras escuchaban distintos tipos de música a la que se le eliminó la letra con el objetivo de que el procesamiento lingüístico no interfiriera en los resultados. Este grupo de personas, 28 individuos en total, fueron escogidos por no contar con formación musical, un aspecto que los acerca a la mayoría de la población, que no suele contar con este tipo de conocimientos. «Una vez los tuvimos los resultados, muchos de ellos muy curiosos, los mandamos a una revista científica de prestigio mundial como es Neuroscience y nos lo aceptaron. Lo publicaron en marzo». En artículo, titulado Music Style Not Only Modulates the Auditory Cortex, but Also Motor Related Areas pronto generó curiosidad entre los medios de comunicación de todo el mundo y, desde entonces, el interés por hablar con Martín-Fernández no ha parado de crecer.

«Se ha viralizado por el mundo entero, es la noticia en ciencia e investigación más posteada y comentada en medios de comunicación del mundo este año», comentó aún sorprendido por el alcance de su investigación. Sin embargo, no todo es positivo en el saldo de titulares arrojados por la prensa internacional. «Lo que pasa es que los periódicos lo han puesto como que el reggaetón actúa más en el cerebro que la música clásica. No es así exactamente y no hace justicia al estudio que es bastante riguroso», lamentó.

«En cuestión de una semana me llegaron 200 correos y recibía unas 50 llamadas diarias»

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Lo que sí que se puede extraer de esta investigación es que el reggaetón activa más «algunas áreas del cerebro muy concretas que el resto de estilos musicales». Los investigadores se centraron en las áreas que se encargan de procesar los sonidos y el movimiento. «Estas áreas las activa más que el reggaetón que el resto de estilos. Incluso más que la música electrónica, que tiene un ritmo bastante marcado y repetitivo», precisó.

Pero la importancia de este hallazgo va más allá de la anécdota y los titulares. «Lo que me llama la atención que es que hay una zona que se relaciona con el movimiento pero que también tiene otras funciones. Está en una área del cerebro bastante primitiva que compartimos con los reptiles, por ejemplo. Son los ganglios basales. Es un conjunto de neuronas que están en la base del cerebro y que están involucradas en el circuito del placer y de la recompensa pero que también participan en el movimiento», detalló. Pues bien, esta zona se ve significativamente activada por el reggaetón. Curiosamente es una región que se ve especialmente dañada en los pacientes que sufren la enfermedad de parkinson. «Vimos que era interesante que se generara tanta activación en un sitio que en los pacientes con parkinson está muy dañado. Ese es uno de los resultados más curiosos y que nos abre la puerta a seguir indagando».

De hecho, están a punto de publicar los resultados de la segunda parte del estudio. Esa vez, están realizando las resonancias magnéticas funcionales a personas con formación musical con el objetivo de ver si hay diferencias respecto al primer grupo. «Luego, probablemente, intentaremos probarlo en pacientes con parkinson y ver si produce esta misma activación», adelantó.

«Es un estudio de interés científico, no para decirle a la gente qué musica es mejor»

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Con todo, y en medio de una espiral de reportajes y peticiones de entrevistas que llegan desde todos los rincones del mundo, este neurocientífico recuerda que hay que ser prudente y cauteloso. «En la ciencia no valen las opiniones, valen los datos, y para eso hay que trabajar mucho». «Me parece un disparate. En cuestión de una semana me llegaron 200 correos electrónicos y recibía 50 llamadas al día de medios de todo el mundo para hablar conmigo», aseguró sobre la recepción de la noticia.

Es consciente de que las implicaciones de los resultados de su estudio y del hecho de que el reggaetón esté mal visto en ciertos sectores, y más si se lo contrapone con la música clásica. «Esto no es un estudio sociológico, no analizamos la conducta ni qué estilo es mejor que otro ni estamos para recomendar ninguno de ellos. Esto es un estudio de interés científico. Nuestro objetivo no es decirle a la gente qué música es mejor que otra, ni mucho menos», sentenció.

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