La Palma y su naturaleza volcánica ofrecieron ayer un espectáculo tan hermoso como temible. La erupción se pudo seguir prácticamente en directo: desde la explosión inicial hasta el humo imponente y el rojo de la lava tiñendo las laderas. Es la erupción número 18 en los registros oficiales del Archipiélago, que arrancan en 1585. Es también un recordatorio. Canarias es, por encima de todo, un territorio volcánico.

Canarias vivió ayer una jornada para la historia. En torno a las 15.13 horas de la tarde arrancó la que es la erupción número 18 de la historia del vulcanismo en las Islas, que se remonta a 1585 teniendo en cuenta solo los procesos de los que se conserva documentación. Esta erupción número 18, la cifra que marca la mayoría de edad, pasará a la historia por haberse podido vivir prácticamente en directo gracias a los numerosos medios de comunicación desplazados hasta La Palma alertados por el aumento de los temblores y por las previsiones de los científicos. La tierra se abrió en la zona de Cumbre Vieja –concretamente en Cabeza de Vaca– casi exactamente 50 años después de la última erupción en superficie: el Teneguía, en el municipio de Fuencaliente. Hace diez años, además, que el volcán Tagoro hizo su aparición debajo del Mar de las Calmas, en El Hierro.

El Archipiélago marca, por tanto, una nueva fecha para el recuerdo. La naturaleza ofrece una lección a los canarios al dar cuenta de que, pese a la habitual calma, las Islas serán siempre un territorio eminentemente volcánico, uno de los más interesantes del planeta. Sus volcanes han atraído a los científicos desde el pasado siglo XIX, desde Humboltl a George Hartung. Lo mismo ha pasado en el siglo XX. Sin duda el Archipiélago ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de esta disciplina. Pero la belleza de una explosión que sale directamente de las entrañas de la tierra lleva aparejada un gran riesgo para la población y, por este motivo, las Islas son sometidas a una constante vigilancia.

El Archipiélago es uno de los territorios volcánicos más interesantes del planeta

Según los primeros datos, todo apunta a que el nuevo fenómeno eruptivo palmero responde al perfil más frecuente en Canarias: fisural, basáltica y de tipo estromboliano. Es decir, será una erupción muy parecida a la del Teneguía. Según los registros, en aquella ocasión y después de seis días de sucesivos temblores, la tierra se abrió a las 16:25 horas del 26 de octubre de 1971 y duró hasta el 18 de noviembre de ese mismo año.

La del Teneguía pasó a la historia como la erupción más corta de las que se conservan datos en las Islas. Por contra, la más larga tuvo lugar en la isla de los volcanes por excelencia: Lanzarote. Fue en Timanfaya y se extendió durante seis años. Concretamente, desde el 1 de septiembre de 1730 hasta el 16 de abril de 1976.

En la memoria de los canarios, el fenómeno volcánico más reciente es el de El Hierro. Hace diez años que la población de la Isla del Meridiano vio interrumpida su calma habitual por el inicio de una serie constante de movimientos sísmicos que, de nuevo, hacían presagiar una erupción. El 10 de octubre de 2011 emergió frente a La Restinga el volcán submarino Tagoro y el medio millar de vecinos de la zona tuvieron que ser evacuados. La erupción se dio por finalizada, oficialmente, el 5 de marzo del año siguiente. No obstante, los datos registrados por la red de vigilancia volcánica durante los días anteriores no mostraban ya evidencia alguna de que continuara la emisión de magma. En erupciones en tierra, el cese de la emisión de magma suele poder determinarse por observación directa, mientras que en el caso de la erupción del Tagoro las mediciones fueron mucho más complicadas por los motivos evidentes.

Desde el siglo XIX, el estudio del terreno en Canarias ha contribuido al avance de la vulcanología

Las espectaculares imágenes que se pudieron ver ayer en La Palma no ocultan el drama y la preocupación de las personas que perdieron sus viviendas sepultadas bajo el brazo de lava. No es la primera vez que un volcán transforma para siempre la historia de los canarios. Un caso paradigmático es el de la erupción de Garachico en 1706, la más dañina de las que se han registrado nunca en el Archipiélago. La virulencia del que a la postre pasaría a llamarse volcán de Trevejo cambió para siempre el modelo económico y social de una villa que había ocupado un lugar prominente en la actividad de la Isla. Esa erupción, que duró 40 días, arrasó los campos de cultivos, las casas y templos más importantes y taponó el que había sido durante años el puerto principal de Tenerife. Garachico se vació, pasó de 1.600 habitantes hasta a solo 400 en apenas un año. Cambió para siempre.

El 19 de septiembre de 2021 quedará marcado como la fecha en la que nació un nuevo volcán en Canarias, aún sin nombre pero retransmitido minuto a minuto.