La erupción del volcán de Cumbre Vieja, en el oeste de La Palma, no deja de atraer curiosos desde el primer día en el que el magma empezó a salir al exterior, el pasado 19 de septiembre.

Residentes en La Palma y en otras islas del Archipiélago, así como de fuera de Canarias no han dudado en acercarse hasta la Isla Bonita para inmortalizar esta nuevo nuevo episodio vulcanológico en la naturaleza palmera. Incluso, los equipos de emergencias, técnicos, políticos y todos los profesionales que trabajan en los distintos frentes de la erupción, piden de forma reiterada a la gente que no se acerque a ver las coladas ni los destrozos que las mismas han causado y, mucho menos, colapse las carreteras de evacuación de la población y por las que transitan los efectivos que atienden la situación.

El monstruo, tal y como definen muchos palmeros la erupción, sigue avanzando incansable tras llegar al mar el pasado martes al mar por el municipio de Tazacorte. En la madrugada de este viernes dos nuevas bocas -ya son cuatro en total- se abrieron en el volcán de Cumbre Vieja y continúan su curso para unirse con la colada de lava inicial en su recorrido hasta el Océano Atlántico por el oeste de la isla.

“Todo un espectáculo”. Ese es uno de los comentarios más repetidos, pero para los palmeros desde luego que no lo es y así lo refleja un panel publicitario instalado en la Avenida Islas Canarias de El Paso, el municipio donde empezó todo.

Una empresaria, de nombre Natalia y propietaria de una imprenta y de una tienda de deportes, señalan desde el Ayuntamiento de El Paso, decidió publicar hace unos días el mensaje para concienciar a los que no sufren la vorágine del volcán que lo que está pasando en La Palma “no es una atracción turística ni un espectáculo”.

“No estamos contentos ni emocionados como dicen en las noticias. Estamos pasando miedo por nuestras familias, amistades y nuestros hogares. ¡¡Sea consciente de la situación!!, reclama.