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Volcán de La Palma | Análisis desde la distancia
Joan Martí

Joan Martí: “Creo que falta organización en torno al volcán de La Palma, no aprendimos nada de lo que ocurrió en El Hierro”

Joan Martí, director del Instituto Geociencias Barcelona, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. | | LP / DLP

El investigador catalán Joan Martí explica que una fisura y deslizamiento en La Palma es posible, pero muy poco probable. Y considera normal que aparezcan nuevas bocas de lava.

¿Cómo valora que, con el paso de los días, hayan aumentado las bocas por las que sale la lava en la erupción de La Palma y que la población tema que aparezca otra o un nuevo volcán por Fuencaliente?

La apertura de nuevas bocas para la salida de material magmático entra dentro de lo normal en este tipo de fenómenos y ya se ha observado en otras erupciones anteriores en el Archipiélago. Así ocurrió, por ejemplo, en el año 1705 en la zona Sureste de Tenerife, con los volcanes de Siete Fuentes, Fasnia y Arafo. Es decir, no es extraño que surja un volcán y, días, semanas o meses después, aparezca otro a una determinada distancia. Eso significa que el magma se desplaza por el interior de la isla para buscar un hueco por donde salir a la superficie. Y lo hemos visto con el nuevo volcán de La Palma, donde han aparecido diversas bocas. No resulta extraordinario en la explicación del fenómeno natural; otra cosa es lo que un nuevo volcán pueda suponer desde el punto de vista demográfico, social y económico para los ciudadanos que residan en las zonas próximas, pues eso genera incertidumbre y preocupación, en la medida en que la destrucción de sus bienes es real.

¿Qué elementos hay que tener en cuenta en estos casos?

Los científicos que trabajan sobre el terreno deben analizar aspectos como la sismicidad y la deformación del terreno, en base a las mediciones que se lleven a cabo en cada zona.

Además, la erupción del pasado 19 de septiembre ocurrió en un área donde ha habido episodios vulcanológicos similares, ¿no?

Sí, en una línea bien lógica, en la que se han registrado la mayoría de las seis o siete erupciones históricas que se han producido en La Palma; es decir, por el lado oeste de la Isla, en un eje paralelo a las viejas erupciones de Cumbre Vieja, que conforman la parte central del territorio insular, en sentido norte-sur. La mayoría de los fenómenos vulcanológicos en el periodo histórico se han producido por esa zona.

¿Observa alguna particularidad extraordinaria en la erupción aparecida en el municipio de El Paso hace casi dos semanas?

En base a lo que he podido observar por las imágenes que ofrecen los diferentes medios de comunicación sobre la salida de magma, las coladas, la velocidad de estas y su llegada al mar, no existe una particularidad extraordinaria respecto a otros episodios vulcanológicos registrados en Canarias en la etapa histórica. Y lo mismo cabe decir de la fase de preparación. De hecho, si se observan las imágenes que se conservan de las erupciones del volcán San Juan o del Teneguía, podemos ver que son muy parecidas a las de estas semanas, con el mismo tipo de lava e igual material piroclástico. No hay diferencias de importancia. De hecho, es una erupción de la misma categoría que casi todas las que ha habido hasta ahora en Canarias en el periodo histórico, con excepción del Timanfaya, en Lanzarote, que fue muy larga, pues duró seis años, y registró fases distintas. El resto han sido muy parecidas.

«Este episodio se parece mucho a las erupciones históricas en Canarias, excepto Timanfaya»

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Pero la forma de predecir no sería siempre tan precisa como ahora.

En el pasado, varios días, semanas o meses antes de la erupción, la gente detectaba anomalías y se percataba de que algo podía ocurrir. Ahora, con equipos de mayor precisión se ha podido anticipar el fenómeno de forma más adecuada. En 1971, cuando se registró la erupción del Teneguía, en La Palma no había estación sísmica.

Desde hace años, hemos oído hablar de la posibilidad de que en la zona Oeste de La Palma se produzca una fisura o rotura de la Isla, deslizamientos, tsunamis, entre otras cosas, ya sea por malas interpretaciones en la comunicación de estos fenómenos, exageraciones de un mensaje o sensacionalismos interesados. ¿Es factible una fisura o deslizamiento que cambie de forma radical la morfología de La Palma?

Los deslizamientos del terreno y los tsunamis son fenómenos que ya se han dado en Canarias hace muchos miles de años, y que se pueden volver a producir en el futuro geológico del Archipiélago. Pero yo diría que en el presente no es probable que ocurra. Podría ocurrir, pero no es probable. Para que se produzca una situación de esas características hace falta una sismicidad y una producción de energía mucho más fuerte e intensa de la que se ha registrado hasta ahora. En estos momentos, las condiciones no son las adecuadas para que tenga lugar una fisura, un deslizamiento o un tsunami.

Desde el comienzo de la salida de la lava en el nuevo volcán, una de las preguntas más frecuentes que se le hace a los expertos es cuánto tiempo va a durar la salida de lava. ¿Usted se atreve a dar algún pronóstico sobre la duración?

No me atrevo a aventurar una fecha acerca de cuándo va a terminar la erupción. La cantidad de lava que ya ha salido a la superficie no resulta indicativa de la que todavía hay en el interior del volcán. Existen métodos indirectos para predecir la finalización de la expulsión de material magmático, como puede ser la deformación que se produce en el terreno de la Isla, pero no son muy precisos. Desde mi punto de vista, lo más adecuado es fijarse en las erupciones anteriores que se han producido en el Archipiélago y en La Palma. Y, si tenemos en cuenta esos fenómenos, apreciamos que han durado desde dos semanas o dos semanas y algunos días, hasta dos meses o dos meses y un poco más.

¿Esta es la primera erupción en España que puede estudiarse de forma rigurosa?

La primera en superficie, porque hace diez años tuvimos oportunidad de estudiar la que se registró en el mar, frente a La Restiga, al Sur de El Hierro, gracias a las imágenes captadas por los barcos o los robots submarinos. Cuando se produjo la del Teneguía, fue analizada por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y una Universidad de Madrid. Había observadores, pero yo estaba aún por entrar en la Universidad. Pero, gracias a las imágenes que hoy ofrecen de forma constante las televisiones, tenemos la capacidad de observar las distintas fases del volcán y podemos aprender bastante, por ejemplo, sobre cómo fue el primer momento con la explosión, la salida de lava, cómo se paró por unas horas y cómo se reactivó después. Eso nos da indicaciones de cómo funciona, al verlo en directo, y permite recopilar información muy valiosa de cara al futuro.

¿Cómo valora la labor desarrollada por parte de los profesionales del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en los años, meses y días anteriores a la erupción?

El Instituto Geográfico Nacional es el organismo que tiene las competencias para el seguimiento y la vigilancia de los fenómenos volcánicos y los movimientos sísmicos. Cuenta con una veintena o más de personas trabajando en Canarias, que se ocupan de la instalación y seguimiento de la red de vigilancia volcánica, gracias a las estaciones sísmicas, los sistemas de localización a través de satélite (GPS), que son los que permiten determinar la deformación del terreno, así como de los análisis de muestras de agua y gases que proceden del subsuelo para determinar si ha habido algún tipo de cambio en sus composiciones y así confirmar o desmentir una futura erupción. Diez días antes de la erupción del 19 de septiembre, en el Instituto Geográfico Nacional se apreciaron algunos cambios significativos en los parámetros de sismicidad, deformación del terreno y los gases subterráneos.

«El Instituto Geográfico Nacional ha hecho un trabajo eficaz en el pronóstico»

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¿Y cómo valora el trabajo de este grupo de investigadores hasta el momento?

La labor del IGN ha sido eficaz y muy bien hecha en el pronóstico de la actual erupción.

¿Por los datos que usted maneja cree que en los próximos meses puede registrarse una erupción en islas como Tenerife o El Hierro?

No lo creo. En Tenerife se registró hace años una sismicidad significativa, pero a una gran profundidad. En el caso de La Palma, hace varios años que los movimientos sísmicos han tenido una periodicidad y constancia que no se aprecian en otros territorios insulares del Archipiélago.

¿Ha tenido la oportunidad de viajar a La Palma para ver de cerca la evolución del volcán desde el pasado 19 de septiembre?

No, estoy en Barcelona y no he viajado a La Palma. Si no te llaman los responsables científicos o técnicos de la emergencia para que aportes tus conocimientos, en esos casos es mejor quedarte en casa.

¿Considera que demasiados científicos u organismos científicos hablan en estos momentos en La Palma y que no existe una única voz para contar lo que ocurre?

Creo que hay una falta de organización. Pensé que habíamos aprendido de lo que ocurrió con la erupción ocurrida al Sur de El Hierro hace una década, pero veo que no ha sido así. A nivel personal, cada uno es libre de ir donde quiera y hacer lo que considere oportuno, pero desde un punto de vista colectivo, se deberían respetar las acciones del Comité Científico del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias), que tiene un grupo de asesores formado por representantes de diversos organismos. Son estas personas las que tienen que hacer el trabajo de análisis científico y recoger la información. Y, en el supuesto caso de que dichos asesores no alcancen a responder a las preguntas y fenómenos que están ocurriendo, deberían recurrir a otros expertos en la materia. Tampoco sé quiénes están ni quiénes colaboran con el comité científico del Pevolca, o bien aquellos que actúan de forma independiente. Yo mantengo mi colaboración con el Instituto Geográfico Nacional, pero nadie me ha requerido para que vaya a La Palma.

¿Debería existir un único portavoz científico en estas ocasiones?

Exacto. Así es como debería funcionar siempre. Tendría que haber un único portavoz del Comité Científico para ofrecer una información consensuada, unificada y válida ante los medios de comunicación y las distintas redes sociales.

¿Y ha escuchado en los medios de comunicación decir muchas barbaridades sobre el fenómeno que estamos viviendo?

Sí, muchas barbaridades y cosas extrañas que han ido saliendo y que no sé de donde parten. Hay mucha gente que tiene una gran capacidad para la invención. Lo que ocurre muchas veces en estos casos es que se realiza por parte de los medios de comunicación una mala interpretación. Es decir, de una información correcta que se ofrece por parte de los científicos o autoridades, los medios de comunicación o las redes sociales efectúan una interpretación que no es la más correcta en muchos casos. Por esa razón, estas situaciones se deberían evitar. La información por parte de los científicos debe transmitirse de la forma más clara posible, de forma muy concisa, que no exista posibilidad alguna de interpretación o variación del mensaje original.

«Si no te llaman los responsables científicos, en estos casos es mejor quedarte en casa»

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¿Ha habido algún bulo que le haya llamado la atención de forma especial?

Uno que hablaba de que una nube tóxica se desplazaba a la Península con una descripción apocalíptica. Eso no es verdad, pero genera una alarma considerable, de manera innecesaria a la población que recibe el mensaje. En otras ocasiones, se pueden leer informaciones o artículos bien realizados, pero en los que el titular es muy alarmista. Esta es una erupción normal, no se debe exagerar, puesto que no se trata del Krakatoa [volcán que el 27 de agosto de 1883 destruyó el 70 por ciento de la isla de Rakata en la que surgió y del archipiélago circundante, al colapsar una caldera, por el que se estima que murieron más de 36.000 personas).

¿Se puede calificar la nueva erupción como un proceso extraordinario o convencional?

Sus características son de las más comunes que pueden darse tanto a nivel mundial, como las que se han registrado en el periodo histórico en Canarias.

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