La colada de material magmático que emergió ayer de los dos nuevos centros emisores de lava que se abrieron a unos 600 metros del cono principal del volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, ha tomado hoy contacto con la primera de las coladas que formó esta erupción volcánica.

La registrada ayer no ha llegado hasta el mar y ha discurrido hacia el oeste y tenido contacto lateral con las coladas anteriores. Por el momento, no se puede confirmar si va a seguir discurriendo lateralmente o incluso puede unirse a la colada anterior, aseguró Carmen López, responsable de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional.

En relación a la colada anterior, que ha llegado al mar, el trazado de la misma sigue igual, el flujo es constante y parece que no hay cambios en su extensión. Solamente está creciendo la fajana en su extensión y, según la información de los buques oceanográficos, se está viendo que puede encaminarse dentro del mar y ocupar cotas inferiores, detalló López.

En su intervención volvió a recordar la necesidad de seguir siempre las indicaciones de las administraciones públicas y de las autoridades de Protección Civil para garantizar la seguridad de la población. En las zonas afectadas por la intensa caída de cenizas volcánicas se recomienda mantenerse en espacios interiores, así como el uso de las mascarillas FFP2 y gafas de protección si se encuentra al aire libre.

López y Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) han explicado la evolución de la erupción volcánica, que ha afectado ya a 1.005 edificaciones, de las que 885 han sido destruidas y 105 están dañadas o en riesgo de ser destruidas.

Morcuende ha señalado que la erupción ha dejado inutilizados 28,3 kilómetros de carretera y 201 personas, de las más de 5.500 evacuadas, están albergadas en un hotel de Fuencaliente, mientras que el resto lo ha hecho en casas de amigos o familiares.

Por otro lado, López informó de la detección de 12 terremotos en la zona sur de La Palma en lo que va de sábado a una profundidad de entre 10 y 14 kilómetros de una magnitud máxima de 3,5 grados en la escala Ritcher.

Asimismo, se ha detectado un aumento del tremor volcánico a la vez que una estabilidad en las deformaciones del suelo palmero.