Tal y como habían avisado los científicos, las condiciones meteorológicas han provocado que la nube de cenizas del volcán de La Palma vuelva a dificultar los vuelos con la Isla Bonita.

El avión de Binter de las 13.00 horas de este miércoles que partía desde Tenerife tuvo que regresar, lo cual obligó a cancelar también el siguiente vuelo La Palma-Tenerife de la compañía, que ha anunciado que suspende sus operaciones con la Isla para este jueves. "La situación de la ceniza en suspensión ha empeorado considerablemente y está previsto que continúe así al menos el día de mañana", expuso la aerolínea.

Del mismo modo, Canaryfly ha suspendido sus vuelos con La Palma para este jueves.

La previsión meteorológica apuntaba a un descenso de la altura de la inversión térmica, pasando de 1.200 a 900 metros, un aumento de la estabilidad en niveles bajos de la atmósfera, y un régimen de brisas predominante en costa oeste, mienras que a niveles superiores, entre 1.500 y 5.000 metros, el viento gira a sur-suroeste durante el día de hoy.

Esta configuración del viento dispone la nube de cenizas y dióxido de azufre en dirección suroeste-nordeste desde el foco eruptivo, causando problemas a la operatividad del Aeropuerto de La Palma.

Ceniza en la navegación

Las aristas de las partículas volcánicas de mayor tamaño pueden erosionar fácilmente las piezas metálicas, de material compuesto e incluso el cristal del parabrisas, las luces estroboscópicas o las antenas de comunicaciones. La abrasión del parabrisas puede reducir significativamente la visión frontal del piloto, lo cual representaría un serio problema durante el aterrizaje. Por otra parte, la abrasión de las antenas puede conducir a la pérdida completa de las comunicaciones de alta y muy alta frecuencia (HF y VHF) y, como las cenizas pueden llevar una alta carga eléctrica estática, producida por la fricción entre ellas, pueden dañar componentes electrónicos, además de dificultar su eliminación posterior.

En el caso extremo, se puede reemplazar la electrónica y la aviónica ante la posibilidad de haber sufrido sobrecalentamiento debido al bloqueo/contaminación de sus sistemas de refrigeración, lo que implica un gasto de reparación considerable. Debido a su pequeño tamaño, menor ide 1 micra, la ceniza puede penetrar en todos los compartimentos del avión, bloqueando sondas y sistemas de aire, con el riesgo asociado de pérdida de presurización en cabina. Uno de los daños más importantes que se producen en la aeronave es la pérdida de esas sondas, lo que puede dejar sin información de velocidad de vuelo a la tripulación y perturbar el funcionamiento del piloto automático.