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Incidente

Una anciana denuncia a Aena y Vueling por abandonarla en El Prat

La familia de Seriana Tiddia, una mujer de 78 años con problemas de movilidad, critica que los asistentes del aeropuerto la dejaron a su suerte después de que Vueling le impidiera entrar en un avión que ya había pagado

Emmanuele Piras, con su madre Serianna Tiddia.

Había llegado a Barcelona el 30 de septiembre para ver a su hijo. Seriana Tiddia es una mujer italiana de 78 años, diabética y con problemas de movilidad por dolores en la rodilla. Según denuncia su hijo, la compañía Vueling le impidió embarcar en su avión de regreso a casa sin motivo aparente, y el servicio de asistencia contratado por Aena la abandonó en la terminal, y ni los Mossos ni la Guardia Civil la atendieron. "Es surrealista, han dejado a una señora mayor abandonada en la terminal durante dos horas", se queja el hijo Emanuele Piras a EL PERIÓDICO, diario perteneciente a Prensa Ibérica, mismo grupo de comunicación que este medio. Aena niega que la dejaran abandonada; Vueling, que ha abierto una investigación interna, ha acabado asumiendo la responsabilidad de lo ocurrido, que atribuye a "un error" suyo. La compañía ha ofrecido a la mujer con 250 euros pero la familia de la afectada los ha rechazado, ha indicado su hijo.

Desde que se mudó de París a Barcelona, Piras estuvo un año sin ver a su madre por la pandemia del coronavirus. El pasado 30 de octubre, Seriana Tiddia pudo por fin viajar a Barcelona por primera vez. "La ida fue genial, todo correcto: contratamos el servicio de asistencia en el aeropuerto, yo la fui a buscar... Todo fue bien", cuenta Piras. El drama ocurrió en la vuelta, el vuelo VY6166 que le tenía que llevar de regreso a Cagliari (Cerdeña) este jueves. "Han encerrado y abandonado a mi madre, una mujer mayor que necesita apoyo", se lamentaba el hijo.

A principios de la semana, Piras contrató un servicio de asistencia a personas con movilidad reducida. "Mi madre no entiende el español y no puede andar mucho, como yo no podía entrar en la terminal 1 por las restricciones pandémicas, pensé que con la asistencia quedaría resuelto", cuenta el hijo, que en todo momento estuvo en contacto telefónico con su madre en El Prat. "Los asistentes la llevaron a hacer el 'check in', consiguió su tarjeta de embarque, dejó la maleta y se fue para la puerta de embarque para coger el vuelo", prosigue. La familia dice que llegó a El Prat a las 12 horas, y el vuelo, operado por Vueling y en dirección a Cagliari salía a las 14 horas.

Tres horas por la terminal

Pero en la puerta de embarque la mujer no logró entrar en el avión. "Aún no entendemos el motivo: tenía el billete, toda la documentación en regla y estaba dos horas antes con el asistente", insiste el hijo. Fuentes de Aena confirman que la familia tenía contratado este servicio y que la mujer no logró entrar en el avión. "A partir de aquí los asistentes la llevaron al mostrador de Vueling para comprar otro billete para el día siguiente", explica el hijo, que dice haber estado en contacto con los asistentes. "Yo me negué a comprar otro billete, pero la asistenta me dijo que ella se iba, que tenía que atender otras personas, y me colgó", cuenta Piras.

"Durante todas esas tres horas mi madre estuvo vagando sola por el aeropuerto. Ni los policías (tanto Mossos como Guardia Civil) la ayudaron. Al fin, a las seis de la tarde otro asistente que acababa de entrar a trabajar le paró un taxi para que volviera conmigo a casa", prosigue Piras. "Ha estado sola, abandonada, nadie la ha atendido, estamos hablando de una persona diabética, mayor, con problemas para andar... ¿qué es esto, el tercer mundo?", se queja Piras, que está dispuesto a denunciar el trato recibido a los Mossos. Además, han tenido que abonar 62 euros del nuevo billete comprado por internet y 33 euros del taxi.

En cambio, desde el Aeropuerto del Prat niegan que no le prestaran la ayuda contratada. "La pasajera ha estado en todo momento con la persona de asistencia, que una vez arreglado el vuelo para mañana le han llevado hasta un taxi hasta casa de si hijo", cuentan desde Aena. "Esto es rotundamente falso", insiste Pari. Por su parte, Vueling dice "lamentar mucho lo ocurrido" y, un día después "sigue investigando" los hechos. Este viernes Tiddia logró embarcar en el vuelo de vuelta a casa, aunque la asistencia, asume el hijo, se presentó media hora tarde y no daba abasto. "Una chica con dos ancianos en silla de ruedas me pidió si le podía ayudar", se queja Piras. El hijo ya ha pedido una hoja de reclamaciones, está preparando una denuncia penal por abandono y no prestar socorro a su madre y ha comunicado al Consulado de Italia el trato recibido.

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