Las coladas 8 y 10, que la noche del pasado miércoles se unieron para pasar a ser solo una, arrasaron en cuestión de 24 horas con un total de 61 viviendas de uso residencial en el barrio llanense de La Laguna. Este frente norte ralentizó ayer su velocidad frente a la iglesia de San Isidro después de destruir el colegio, la farmacia, tiendas, una empaquetadora de plátanos, unas canchas de pádel, la gasolinera y parte de la sociedad, así como decenas de casas de este núcleo de 1.735 habitantes, el más importante de los afectados hasta ahora por el volcán de La Palma que ya ha enterrado parte de Las Manchas (1.558 habitantes) y la totalidad de Todoque (1.516).

La evolución de este frente sigue el deseado por técnicos y científicos que continúan monitorizando el proceso eruptivo. A mediodía de ayer, la colada se dirigía hacia el sur de la Montaña de La Laguna, quedándose muy cerca de unirse con la colada número 7, que desde hace ya cuatro días se encuentra prácticamente parada a unos 80 metros del cantil del mar. En el caso de que se produjera esa anexión, este último brazo volvería a recibir alimentación que le podría empujar para que, finalmente, alcance el océano.

La cifra de personas desalojadas durante el proceso eruptivo sube a 6.600 con la última evacuación

Esta posibilidad es la preferida por los servicios de emergencia en detrimento de que el material magmático solidificado se rebose al norte del citado monte, que generaría importantes daños sobre todo en las plantaciones de plataneras situadas en la zona de La Costa, dentro del municipio de Tazacorte. Ante esta posibilidad, la noche de antes de ayer se decidió evacuar a unos 150 habitantes de los pagos de Las Martelas en Los Llanos de Aridane y Marina Alta, Marina Baja, La Condesa y Cuesta Zapata en el de Tazacorte. El Cabildo de La Palma informó de que en caso de que se cumpla este escenario, los modelos apuntan a que la lava rodearía la montaña de La Laguna hasta unirse, también, con la colada 7 de camino al mar.

Estos desalojos han provocado un incremento en el número de afectados que duermen en establecimientos alojativos. El director técnico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, indicó durante la habitual rueda de prensa de las dos de la tarde que el número de personas albergadas asciende ahora a 416, lo que significa 47 más que le día anterior. De estos, 38 fueron trasladados al Hotel Teneguía Princess de Fuencaliente y otros 9 al Hotel Valle Aridane de Los Llanos. Morcuende declaró que varias de las personas censadas en estos núcleos ya se habían evacuado de motu proprio, refugiándose en casas de otros familiares o amigos. Con esta nueva evacuación, un total de 6.600 personas duermen fueran de sus viviendas por la crisis volcánica, a las que hay que añadir 400 turistas que fueron evacuados y trasladados a Tenerife el primer día de la erupción.

La actual ralentización se produce después de tres días de auténtica destrucción por el avance de los dos frentes de lava, el 8 -que afectó al Spar de La Laguna- y el 10 -que llegó hasta el colegio-, que han generado importantes daños en edificaciones. Así, el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, expuso que a día 20 de octubre se habían destruido un total de 1.194 edificaciones, 74 más que el día anterior, según la filtración realizada a través del Catastro. En lo que respecta a inmuebles de uso residencial, apuntó que ascendían a un total de 963, de las que 61 se habían producido en las últimas 24 horas. Y es que los destrozos en domicilios ocurridos el miércoles eran sensiblemente superiores al de edificaciones de uso agrícola, que aumentaba en nueve hasta 124; de uso industrial, que se incrementaba en uno hasta los 57; y de hostelería y ocio, que con dos nuevos edificios destruidos ascienden a 27. En estos datos también se incluye uno más de uso público hasta los 10. Además, en cuanto a la superficie afectada se situaba a mediodía del miércoles en 825 hectáreas; 17 más que el día anterior.

Dos personas, en una casa de Tajuya, observan la lava. | | SUSANA VERA / REUTERS

El Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea Copernicus, por su parte, publicó ayer los datos recogidos a través de sus satélites en el que se indica que hasta el pasado martes un total de 2.185 edificaciones destruidas -este sistema no difiere de viviendas, edificios industriales, cuartos de apero o aljibes-. Esta cifra supone una subida del 11,7% (226) en comparación con los registros del domingo. Asimismo, este sistema cifró en 866 las hectáreas afectadas por el proceso eruptivo iniciado el 19 de septiembre, que suponen un aumento del 6,8% con respecto a dos días antes.

María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, hizo hincapié en la posibilidad de que se puedan producir terremotos de intensidad VI en la Escala Macrosísmica Europea (EMS), que significa que es sentido por la mayoría de la población que se encuentra en los interiores de edificios y por mucho que están en los exteriores, además de producir la caída de pequeños objetos y daños ligeros en edificios. En cuanto a los datos registrados durante las últimas horas, Blanco apuntó que había disminuido el número de seísmos que se habían producido a una profundidad superior a los 20 kilómetros y que el más importante de los detectados el miércoles tuvo una magnitud de 4,3 a 37 kilómetros de profundidad y una intensidad de IV.

La calidad del aire mejoró durante la jornada de ayer con la disipación paulatina de la calima que ha estado presente en la Isla desde el pasado sábado. Así, excepto por este episodio, el director técnico definió la situación como «razonablemente buena», aunque aún hay zonas donde es «regular» por la presencia, ya menor, de la advección sahariana. En cualquier caso, Morcuende volvió a recomendar el uso de mascarillas FFP2 a todas aquellas personas que estén en el Valle de Aridane y tengan problemas respiratorios y de cardiopatías, así como a aquellas que se encuentren cerca de las coladas por la emisión de gases.

Asimismo, en la rueda de prensa se hizo referencia a las condiciones meteorológicas, que continúan mejorando gracias a los vientos alisios que incluso durante las jornadas de hoy y mañana se prevé que lleguen acompañados de ligeras lluvias. Morcuende explicó que las precipitaciones se producirán sobre todo en la cara norte y este de la Isla, por lo que no afectará al Valle de Aridane. En este sentido, recomendó retirar la ceniza de todas las cubiertas de los edificios antes de la llegada de las lluvias ya que el agua hace que la fina tierra volcánica aumente de peso y esto pueda provocar que los techos se derrumben. Ya los bomberos del Consorcio de Gran Canaria, de San Bartolomé de Tirajana y de La Palma limpiaron ayer la cubierta y los canalones del Hospital General de La Palma, situado en el municipio de Breña Alta, antes de la llegada de las precipitaciones. Este cambio significativo del tiempo también permitirá que el aeropuerto siga operando con normalidad durante los próximos días. Las previsiones por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) es que los alisios sean dominantes en la Isla al menos durante todo el fin de semana.

Las dos lenguas de lava del norte se unen, aminoran su paso por La Laguna y se dirigen al mar

El vicepresidente del Gobierno de Canarias, Antonio Olivera, apuntó después del Consejo de Gobierno celebrado en la tarde de ayer que ya se han recibido 195 solicitudes de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte), que afectan a 895 trabajadores por el volcán. Asimismo, señaló que los 14 trabajadores sociales que se encuentran en la Oficina de Atención Ciudadana situada en la Casa Massieu de Los Llanos de Aridane ya han atendido a un millar de afectado y han podido realizar 232 fichas sociales. Estos profesionales no sólo han recibido a los perjudicados por la erupción en la oficina, sino que también se han trasladado a hoteles, domicilios y residencia para así informar a quienes han perdido sus viviendas o se encuentran desalojados de las ayudas que pueden percibir.

Las coladas rodean una vivienda en La Palma. | | SUSANA VERA / REUTERS

Sobre las desaladoras, Olivera explicó que los trabajos para instalarlas y así abastecer de agua a las fincas de plataneras en las que no se pude regar al quedar dañadas las canalizaciones «siguen avanzando» al igual que ocurre con el buque cisterna Tomasso S cedido por el estado. El vicepresidente, sin embargo, no dio una fecha exacta sobre su entrada en funcionamiento y se limitó a apuntar que «en breve estarán en disposición de poner agua en los estanques».

Miguel Ángel Morcuende se mostró ayer especialmente molesto por lo ocurrido con el rescate de los cuatro perros podencos que se encontraban atrapados en el interior de un depósito de agua de la zona de Las Manchas. Sin bien había preparado un dispositivo para salvar a los animales a través de un dron que los iba a atrapar con una red, en la jornada del pasado miércoles los encargados de la operación constataron que los canes no se encontraban en el interior del estanque vacío y lleno de cenizas. Supuestamente, una o varias personas llegaron a pie hasta el punto en el que se encontraban los podencos para llevárselos después de atravesar la lava y dejar tras de sí un mensaje en una sábana indicando que se encuentran en buen estado. En este sentido, el director técnico del Pevolca calificó las actitudes de ciertas personas que se saltan los controles como «deleznables». «Las zonas de exclusión de las distintas coladas que tenemos en la Isla fundamentalmente están puestas por la salud de las personas, son lugares donde hay gases, se alcanzan temperaturas elevadas», dijo Morcuende, para añadir que, además, estas personas «atentan contra el primer deseo del Pevolca», que es «evitar la posibilidad de que haya víctimas en este evento».

825

Hectáreas afectadas

  • La superficie afectada volvió a incrementarse ayer en otras 17 hectáreas hasta las 825, según datos recogidos del Catastro. El programa europeo Copernicus lo cifra en 866.

1.194

Construcción derruidas

  • Las edificaciones destruidas por el volcán ascienden a 1.194. La gran mayoría, 963, son de uso residencial como primeras o segundas casas, seguido de agrícolas e industriales.