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Volcán de La Palma | Efectos en los ecosistemas

La furia del volcán de la Palma remueve con fuerza la tierra a 10 kilómetros

Crecen los movimientos sísmicos de mayor magnitud a profundidades medias

Surge una nueva boca y se producen desbordamientos de lava

Surge una nueva boca y se producen desbordamientos de lava Involcan

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Surge una nueva boca y se producen desbordamientos de lava Verónica Pavés

La furia del volcán de La Palma durante este fin de semana ha sido suficiente como para remover los cimientos de la isla a entre 10 y 15 kilómetros de distancia de la superficie. Durante el fin de semana se registró un aumento de la sismicidad más fuerte a esta profundidad, que los científicos relacionan con la propia actividad volcánica, dado que ocurrió tan solo unas horas antes de que aumentara el tremor volcánico, la lava emitida y hasta los niveles de dióxido de carbono.

En este tiempo se localizaron 274 terremotos cercanos al volcán, 24 de ellos fueron sentidos por la población, siendo la intensidad máxima de IV en 4 terremotos. Lo que ha cambiado con respecto a la sismicidad de los días anteriores es que, en esta ocasión, se han localizado solamente tres terremotos a profundidades alrededor de los 30 km, el resto de los hipocentros del periodo están localizados a menor profundidad, en el entorno de los 12 kilómetros.

Los científicos consideran que esta circunstancia es «normal» en lo que se refiere a la evolución de una erupción estromboliana como la que está afectando a la isla, y que, esta sismicidad es precursora de lo que ocurrió tan solo unas horas después. En este caso, que la actividad del volcán crezca de manera estrepitosa. «Hay que pensar que durante la tarde la actividad volcánica fue intensa y parece que fue precedida por esa sismicidad tan importante», recuerda Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Cabe recordar que desde la tarde del domingo hasta el día de ayer, el cono volcánico ha sufrido varias alteraciones como su colapso parcial hasta la apertura de nuevas bocas. Asimismo, ha perdido su punto de emisión de coladas preferente.

Se han producido 2.000 terremotos a esa profundidad desde que comenzó la crisis

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Las mayores magnitudes de estos seísmos –que en algunos casos llegó a ser de 4–, suponen que se libera una energía mayor de la normal y, por esta razón, la erupción adquiere mucha más fuerza de la habitual. Domínguez, además, recuerda que a esta profundidad «desde que comenzó la erupción se han producido más de 2.000 terremotos, frente a los 300 a más de 30 kilómetros».

Estos terremotos, pese a poner a la población en alarma por su fuerza, no parecen ser precursores de que pueda emerger una nueva boca eruptiva alejada del cono principal. Los científicos al menos, no lo ven probable por el momento porque «no se registra sismicidad superficial» ni ha habido una deformación del terreno. De hecho, el abombamiento del terreno muestra un patrón de estabilidad en las cercanías del cono eruptivo y una ligera deflación regional de origen profundo en las estaciones más alejadas. Los científicos consideran que la sismicidad está generada debido a que el volcán está engullendo el magma más profundo de la isla. Respecto a la sismicidad a 30 kilómetros de profundidad, los científicos creen que existe un reservorio magmático que llevaba miles de años fraguándose y que ahora el volcán está absorbiendo para poder mantenerse en activo. Con esta succión continua de magma, la cámara magmática se va vaciando y los huecos que deja caen por su propio peso, causando los terremotos de gran magnitud y sentidos por la práctica totalidad de la población palmera.

«Esto explicaría por qué es capaz de generar la suficiente energía como para provocar terremotos de gran magnitud a esas profundidades», reseña Itahiza Domínguez. Este es el lugar en el que se empezó a acumular magma y parte de este fluido plástico pasó a un siguiente escalón, ubicado a 15 kilómetros. La sismicidad a diez y quince kilómetros de profundidad fue la primera que se empezó a sentir cuando comenzó la actual crisis sísmica y volcánica –a mediados de septiembre–. Por tanto, es probable que el sistema volcánico se esté realimentando de manera continua de este reservorio magmático.

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