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Ignacio Morgado | neurocientífico
Ignacio Morgado Neurocientífico

“Usamos todo el cerebro, pero lo aprovechamos mal”

Ignacio Morgado. | | LP / DLP

El catedrático de psicobiología y divulgador considera que los principales retos de la investigación son curar las enfermedades mentales y neurodegenerativas y saber cómo este órgano crea la imaginación

¿Por qué se tardó tanrto en saber que el cerebro es el órgano de la mente? ¿Cómo se supo que los nervios funcionaban con electricidad? ¿Cómo empezaron a conocerse las grandes enfermedades neurológicas. A esta y otras preguntas responde el catedrático de psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona Ignacio Morgado en su libro Materia gris. La apasionante historia del conocimiento del cerebro (Ariel). El neurocientífico, uno de los más reputados de España.

Ardua tarea la suya para resumir la historia del conocimiento del cerebro y la mente humana en poco más de 300 páginas, ¿cómo se enfrentó a tal misión?

Es cierto que embutir 20 siglos no es una labor nada fácil, pero hemos conseguido algo que ha quedado bien. El editor me ha hecho dos grandes favores: tener un índice temático muy largo, de cuatro páginas, lo que le permite al lector ir a lo que le interesa, y, al final del libro, incluir un excelente índice onomástico, es decir, si quieres ver Ramón y Cajal, consultas en todas las páginas donde se habla de él. Existen enciclopedias muy gordas y resúmenes muy pequeños. Ninguna de esas dos cosas se podría dirigir a la audiencia que me dirijo, al gran público culto y al profesorado que trata con la psicología, la neurología y la neurociencia. Es una historia enriquecida con anécdotas.

¿El cerebro es la forma científica de llamar al alma?

El concepto de alma no es científico. Cuando no se conocía que el cerebro era la sede de la mente, todo lo que era la conciencia se ligó al alma. Sí podemos decir que los antiguos asociaban el alma a la introspección, al pensamiento interior y a la consciencia, cuya sede es el cerebro.

¿Es lo mismo que la mente?

La mente es una función del cerebro, igual que la rueda no es lo mismo que el movimiento. El movimiento lo hace la rueda, igual que la mente la hace el cerebro.

Si es cierto que la inteligencia reside en el cerebro, ¿qué diferencias hay entre cerebros de personas con diversas inteligencias?

Según como esté organizado el cerebro y las experiencias que hayamos vivido a lo largo de la vida, podemos ser más o menos inteligentes. Toda la inteligencia que tenemos no es heredada, una buena parte es adquirida.

¿El cerebro sigue siendo el gran desconocido?

Tengo encima de la mesa de mi despacho de la universidad un libro de neurociencia que casi no lo puedo abarcar con mi mano de lo gordo que es. Decirle a cualquier persona que sabemos poco es desconcertante. Es mucho lo que hemos aprendido, sobre todo después de que Ramón y Cajal hace más de un siglo haya explicado cómo están organizadas las neuronas en el cerebro. Podemos decir que sabemos muchísimo, pero no que lo sabemos todo.

¿Qué es lo más importante que nos queda por saber?

Fundamentalmente dos cosas. La asignatura pendiente, la que más preocupa a todo el mundo y sería más útil, es saber cómo manejar las neuronas para curar las enfermedades mentales y neurológicas. En segundo lugar, nos falta saber cómo el cerebro crea la imaginación y la consciencia y hace que seamos seres que nos damos cuenta de las cosas que pasan, quiénes somos, en qué mundo vimos, etc. Los animales también tienen cerebro y consciencia, probablemente lo que no tienen es auto conciencia o metaconsciencia, propiedad que de momento los neurocientíficos solo atribuimos al ser humano y que consiste en que somos conscientes de que somos conscientes.

«Hace tiempo que sabemos que las enfermedades como la depresión son del cerebro»

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¿Qué hay de cierto en la afirmación que asegura que solo usamos el diez por ciento de nuestro cerebro?

No es verdad. Hoy tenemos una técnica, la resonancia magnética funcional, que indica qué áreas del cerebro están funcionando en cada momento. No existe ninguna imagen en que se vea que solo trabaja una parte. La neuronas no paran nunca, a veces están más activas cuando dormimos que despiertos. Otra cuestión es si lo utilizamos mejor o peor. La neurociencia tiene mucho que decir en cómo debemos aprender ciertas cosas. Recientemente escribí un artículo en El País sobre la memoria y cómo activarla según lo que quieras aprender. Usamos todo el cerebro pero lo aprovechamos mal.

¿Cuáles han sido el mayor hallazgo y la hipótesis más descabellado en la investigación de ese órgano?

El más sorprendente fue cuando el investigador italiano Galvani descubre en el siglo XVIII que los espíritus de que hablaba incluso la medicina para llamar a lo que había dentro de los nervios eran, en realidad , electricidad. Se dio cuenta de ello al aplicar corrientes a las patas de las ranas y ver que se contraían. A partir de ahí se inauguró la ciencia de la neuroelectricidad o neurofisiología. Hoy en día tenemos claro que cada neurona es como una pequeña central eléctrica que produce pequeñas descargas que son para el cerebro y el procesamiento de la información cerebral lo que los puntos y rayas eran para el código morse del antiguo telégrafo. En cuanto a hipótesis descabelladas, ha habido miles. En principio así se consideraron las de Ramón y Cajal cuando, adelantándose a su tiempo y a muchos de sus colegas, dictaminó que el cerebro podría ser el órgano de la mente, gracias a esas actividades físico-químicas que tenia lugar en él. Eso para los dualistas -que piensan que somos cuerpo y alma- es inaceptable, porque consideran que el primero lo pone la naturaleza y el segundo, dios.

Si ya se sabe que las enfermedades psiquiátricas, entre las que se encuentran las emocionales, son patologías del cerebro, ¿por qué seguimos estigmatizando a quién las padece y no a una persona con diabetes, por ejemplo?

Bonita pregunta. Se tardó mucho tiempo en que la población en general y los médicos aceptaran que las enfermedades mentales son del cerebro. Si eres dualista, piensas que son cosas de Dios y no lo vas a solucionar dándole una inyección de serotonina a quien padece depresión, por ejemplo. ¿Por que se estigmatiza al que las padece? Tiene que ver con la cultura y educación que recibimos. Y con el desprecio a quienes se comportan de una manera rara. Los seres humanos estamos programados para rechazar al diferente, como si en el pasado ancestral la naturaleza le hubiera prevenido avisándole de que viene a quitarle su comida, por ejemplo. Y no sucede solo con las enfermedades mentales, sino también con algo tan natural como la orientación sexual del homosexual. Estamos llenos de prejuicios culturales y educativos.

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