Empresarios turísticos de La Palma consideran que el sector será fundamental para la recuperación económica de la isla, con el volcán como reclamo, porque "deberá pagar el desastre que nos está ocasionando".
Jorge Miranda, gerente del Centro de Iniciativas y Turismo Insular Tedote La Palma, afirma que es preciso "mirar al futuro" y gestionar una situación, que, reconoce, "nos tiene noqueados".
Está convencido de que tras el daño ocasionado en el sector agrícola, el turismo será necesario para reflotar la economía palmera y al respecto propone aprovechar un turismo volcánico como han hecho, entre otros lugares, la isla de Lanzarote con el volcán de Timanfaya.
"Estamos pagando un alto precio por posicionarnos en el mundo" afirma Miranda, que opina que, ahora mismo, la situación "nos desborda, pero aprenderemos con el tiempo".
Para el gerente de este centro de iniciativas, que aglutina a empresas turísticas y relacionadas con este sector de la isla, el impacto del turismo que visita por ahora varía, y precisa que las excursiones de un día que se organizan para ver la erupción volcánica no dejan beneficios económicos importantes.
En ello coincide la dueña de un local de restauración situado en el valle de Aridane y que afirma que la situación "está baja" y que los turistas que vienen a pasar el día, no se acercan a todas las zonas.
Miranda indica que hay otro tipo de turismo, el que se aloja en la isla varios días, que sí deja beneficios y al respecto pide que cuando se organicen de nuevo lanzaderas para trasladar turistas de un punto a otro se permita que puedan parar en los tres municipios afectados: Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte.
Por último, Miranda insiste en la importancia del turismo en esta nueva etapa para la isla de La Palma y considera que se debe realizar sin mirar "colores políticos ni pertenecer a una asociación determinada o alguna federación". "Hay que remar en el mismo sentido. La naturaleza nos ha dicho paren y debemos plantearnos otras formas de gestión" afirma el experto, que opina que la emergencia social es lo primero pero debe ir coordinada de forma transversal con la necesidad de reflotar la economía insular.
