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Medioambiente

Doce años de agua limpia para l’Albufera

El enclave abre al público tras un año de obras

El Tancat de la Pipa reabre al público.

Veinticuatro hectómetros cúbicos de agua limpia para l’Albufera en los últimos doce años, con un cincuenta por ciento menos de fósforo y nitrógeno. Esa ha sido la aportación del Tancat de la Pipa, un filtro natural que frena la llegada de nutrientes culpables del exceso de clorofila y la falta de transparencia del lago.

Casi un año ha permanecido el enclave cerrado para obras de mejora acometidas por la Confederación Hidrográfica del Júcar aprovechando las restricciones sanitarias. En pleno corazón del parque natural, sus cuarenta hectáreas de arrozal reconvertido son refugio para la biodiversidad, con 300 especies de aves y 200 de macroinvertebrados.

La actuación del organismo de cuenca, que ha supuesto una inversión de 243.589 euros, se ha centrado en la restauración del edificio del motor. La infraestructura alberga la sala de bombas que permiten la recirculación de las aguas por las distintas lagunas, ya que el nivel en el interior del Tancat es inferior al de l’Albufera.

En las parcelas con vegetación típica como carrizo, eneas, juncos, lirios o masiega el agua se va oxigenando gracias a las raíces o el propio suelo que absorben los elementos contaminantes.

Un sistema elogiado y exportado a otros puntos del planeta como Filipinas o Sri Lanka por su eficacia y bajo coste. De hecho se convirtió en parada obligatoria para expertos de todo el mundo en el último congreso Living Lakes sobre humedales celebrado en València en 2019.

Aunque la Confederación del Júcar es la propietaria de los terrenos, la gestión ambiental la vienen desarrollando en la última década las entidades conservacionistas SEO-BirdLife y Acció Ecologista Agró. La custodia del territorio, una fórmula muy en auge en países como Estados Unidos o Canadá, cuenta con el apoyo de la Universitat de València, la Politècnica, el Ayuntamiento de València y el Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat mientras que Tragsa se encarga del mantenimiento. Papel no menos importante cumplen los arroceros, como destacaba Miguel Polo, presidente de la CHJ, «por las aportaciones de agua» procedentes de los ríos Túria y Xúquer.

Basadas en la naturaleza

Ubicado en la orilla norte del lago, el Tancat de la Pipa fue restaurado entre 2006 y 2008 pero su gestión no arrancó hasta octubre de 2009. Desde entonces, ha constituido un claro ejemplo de espacio que reproduce en miniatura lo que fue l’Albufera antes del colapso ambiental de la década de los años setenta por los vertidos incontrolados.

Este tipo de actuaciones constituye un claro ejemplo del empleo de soluciones basadas en la naturaleza. Un camino que los expertos y el propio Ministerio para la Transición Ecológica piden transitar para afrontar los efectos de la crisis climática. De ahí que la delegada del Gobierno, Gloria Calero, en su visita a las instalaciones hiciera énfasis en fomentar este tipo de iniciativas «por los innegables beneficios que reportan».

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