El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 23 años y ocho meses de prisión para Lluís Gros Martí, gerente de varios cines en localidades de la comarca del Maresme, por abusos sexuales, corrupción y prostitución de menores, de entre 13 y 17 años, con las que contactaba con el pretexto de ofrecerles trabajo para repartir publicidad de una de las salas que regentaba en El Masnou. Entre 2007 y 2011, mantuvo con encuentros sexuales con niños a cambio de dinero, de 30 a 50 euros. Hay tres víctimas y una cuarta se apartó cuando intentó abusar de él. El pasado mes de julio, un exalumno de Gros denunció también que había padecido abusos cuando este era director de una escuela de Esplugues de Llobregat, tal y como desveló El Periódico de Catalunya.

El alto tribunal desestima de esta manera el recurso presentado por el imputado contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona de septiembre del 2019 en la que se le condenaba por tres delitos de abusos sexuales con penetración, otros dos delitos de prostitución y corrupción de menores. Además de la pena de cárcel, se le impuso el pago de una indemnización de 46.500 euros a las víctimas.

El Supremo sostiene que "hay prueba más que suficiente" para dar por probados los hechos tal y como refleja la sentencia de la Audiencia de Barcelona, a la vez que precisa que su valoración "responde a los criterios de racionabilidad y razonabilidad". Los magistrados estiman que la declaración de algunas de las víctimas "ha sido prueba básica para fundamentar la condena", ya que, en el caso de una de ellas, su testimonio fue "claro, estructurado y espontáneo".

La "precaria" situación laboral

En otro supuesto, el alto tribunal relata que la "evidente inmadurez sexual" de una de las víctimas de 13 años, "la notoria diferencia" de edad con la del acusado (47 años) y la "precaria" relación de dependencia laboral contribuyeron a que el menor "se prestara a la realización de la actividad sexual que se le demandaba, a cambio de un poco de dinero más". Esta niño, además, padecía un déficit cognitivo del 34%. El acusado, relata el Supremo, era consciente de que tenía "a su disposición una víctima fácil".

La sentencia ahora confirmada detalla que las andanzas de Gros empezaron en el 2007. En el 2005, contrató a un chico de 15 años para repartir publicidad y trabajar en el cine. Unos dos años después, cuando tenía 17 años, el gerente se lo llevó a cenar junto a un amigo del menor. "Tras la cena, Lluís contrató los servicios de una prostituta", señala la resolución. Los cuatro acudieron a la casa del condenado. Allí la prostituta mantuvo relaciones con los niños mientras el acusado se masturbaba e intentó hacer una felación con uno.

En 2007 el condenado contrató a chico de 13 años que padecía discapacidad. En los tres años siguientes, el condenado mantuvo unos 15 encuentros sexuales con él, la mayoría en el cine, y le pagó entre 30 y 50 euros cada uno. "Del mismo modo, Lluís solicitaba a la víctima que le presentara a otros menores para hacerles el mismo tipo de proposiciones sexuales". El tercer niño abusado entró en la vida del acusado en el 2010.