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Volcán en La Palma | Sonrisas de emergencia

Artistas hospitalarios llevan sonrisas a las escuelas de La Palma para hacerles olvidar el drama del volcán

Una iniciativa lleva intervenciones de artistas hospitalarios a las escuelas de La Palma para hacerles olvidar el drama del volcán | «La risa es un idioma universal», afirman

Actuación de los Doctores Sonrisa en un colegio de La Palma

Actuación de los Doctores Sonrisa en un colegio de La Palma Christian Afonso

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Actuación de los Doctores Sonrisa en un colegio de La Palma Christian Afonso

Daniel Mesa, doctor Yo!, y Wame Gutiérrez, doctor Mocito, llevan toda una vida dedicada a la labor más bonita de las que puedan existir: sacar sonrisas. Y lo hacen para destraumatizar y humanizar situaciones difíciles, como una erupción volcánica que lleva casi 50 días afectando a muchos niños y niñas en La Palma. Por ello, no dudaron en aportar su granito de arena llevando felicidad por las escuelas y el hospital.

Las carcajadas de medio centenar de niños y niñas inundan el centro cultural Los Canarios, en el municipio de Fuencaliente. Se filtran a través de las paredes y se escapan al exterior por las puertas abiertas del salón de actos. En su interior, los doctores Sonrisa de la Fundación Theodora, en colaboración con la Fundación Disa, hacen las delicias de los menores gracias a un idioma universal como la risa, que se entiende en cualquier parte del mundo. El objetivo es destraumatizar y humanizar la situación por la que están pasando, con un volcán que les ha cambiado sus rutinas, e incluso a algunos les ha hecho trasladarse de los centros en los que estudiaban. 

Daniel Mesa, doctor Yo!, y Wame Gutiérrez, doctor Mocito, son artistas hospitalarios con un gran bagaje profesional en el mundo de las intervenciones en este tipo de situación de acompañamiento en momentos traumáticos o difíciles. Son mucho más que payasos que hacen payasadas, porque también tocan música, hacen trucos de magia y, en definitiva, se adaptan a cualquier circunstancia personal que vivan las personas a las que visitan en su día a día. Y se dedican a ello de forma profesional, no como hobby. A La Palma acuden, desde hace unas semanas, cada jueves y viernes para desarrollar el programa Sonrisas de Emergencia con la población que peor lo está pasando por la crisis volcánica, tanto menores como adultos. 

Wame reconoció ayer, mientras se preparaba para las intervenciones en varias escuelas unitarias de Fuencaliente, que cuando su compañero Daniel le llamó para comentarle el proyecto se emocionó «desde el primer minuto». «Esto es algo que siempre he querido hacer: ir a un sitio que está viviendo una emergencia de cualquier tipo a ayudar, a ser solidario con su gente», explicó. Su primera vez en la isla fue algo caótica, ya que llegaron sin agenda, sin haber concertado ninguna cita ni conocer los colegios, hasta el punto que llegaron a realizar la actividad en los propios domicilios, algunos de ellos de familias que acababan de llegar tras haber perdido su vivienda por el volcán. «Vivimos en directo todo ese drama familiar, con las cajas dispuestas en cada habitación», recordó Mesa. 

La acogida que ha tenido la propuesta de Fundación Theodora, en colaboración con Fundación Disa, entre los palmeros ha sido muy positiva. De hecho, el Ayuntamiento de Fuencaliente les pidió que intervinieran en el municipio a raíz de verles en otro colegio de Los Llanos hace siete días. «La gente nos lo ha agradecido desde el minuto uno. Un hombre nos dijo el otro día, al vernos con los vestidos por la calle: ‘¡Por fin un poco de color entre tanta negrura!’, y para nosotros es mágico», señalaron ambos. Y es que ellos tienen claro que si están en La Palma no es para «agrandar nuestro ego», sino por la ciudadanía que lo está pasando mal, sobre todo los más pequeños de la casa. Y en ese sentido, ellos se muestran «muy receptivos», y se adaptan rápidamente a la intervención. «Al final lo que se ve es felicidad en sus caras», agregó Mesa. 

«La gente nos lo ha agradecido desde el primer minuto. Un hombre nos dijo, al vernos con los trajes: ¡Por fin un poco de color entre tanta negrura!», señalan Daniel Mesa y Wame Gutiérrez

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Después de abandonar el centro cultural de Los Canarios, se desplazaron a dos escuelas unitarias de Fuencaliente, el Ceip Cecilia González Alayón, popularmente conocido como Las Caletas, y el Ceip Las Indias. Y el resultado fue el mismo: risas que llenan de alegría y esperanza entre tanto amargor por las heridas, todavía sangrantes, del volcán de Cumbre Vieja. Y, ¿cómo se consigue este éxito entre los más pequeños? Daniel Mesa lo resumió en pocas palabras: «Defiendo mucho que la clave está en la simpleza de las cosas». Wame, añadió además que lo más importante, lo que suele funcionar, «es el aquí y el ahora». La improvisación, dicho en una palabra. De ahí que no hablaran en ningún momento de un espectáculo o un show, sino de una intervención en la que no hay absolutamente nada preparado de antemano. «Son totalmente personalizadas, se crean sobre la marcha gracias al bagaje profesional que tenemos», puntualizó Mesa, mientras que Gutiérrez aseveró: «Tenemos las batas cargadas de experiencia y de ilusión por lo que hacemos». 

La infancia vive el volcán con una mayor naturalidad

Wame y Daniel llevan la alegría allá por donde van, no es algo que solamente esté ligado a sus alter ego doctores. Son una constante algarabía y transmiten esa felicidad a quienes se encuentren por la calle. Al salir del Ceip Las Indias, sus guasas sacaron las sonrisas de unos vecinos que se afanaban en retirar la ceniza mojada por la lluvia que rocío ayer gran parte de La Palma de la entrada de su domicilio. También con las limpiadoras de uno de los colegios, con quienes bailaron y cantaron canciones populares. Y esto es, precisamente, lo que necesitan muchas de estas personas tras casi 50 días de agonía por el volcán, en situaciones de estrés que para el común de los mortales habrían acabado ya con sus nervios.

Quizás, la infancia no muestre tan abiertamente ese estrés que sus progenitores o gente allegada no esconden, pero ello no significa que no estén viviendo intensamente en su interior esta situación, pero tienen un poder de adaptación mucho mayor. Según Fernando, uno de los maestros de las escuelas unitarias que visitaron los doctores Sonrisa ayer, «se les está intentado dar toda la naturalidad posible» en medio de circunstancias tan atípicas como las que ha provocado la erupción volcánica. «El profesorado ha llevado a cabo actividades didácticas relacionadas con el volcán, pero sin monopolizar con el tema», comentó el docente, quien reconoció que su alumnado suele afrontar el día «con normalidad pese a los pequeños inconvenientes». 

Sobre la iniciativa Sonrisas de emergencia, aseguró que son actividades «convenientes» para dinamizar el día a día de los pequeños, «sobre todo por las limitaciones del espacio exterior impuestas por el volcán». «Siempre al margen de su situación personal, es necesario ponderar la labor de los payasos, que han conseguido sacar sonrisas en situaciones complicadas a lo largo de la historia», destacó Fernando, quien insistió en que en la labor de estos creadores de sonrisas «hay también algo de maestro». Al final, tal y como dijo Daniel Mesa, «un doctor Sonrisa es como un 4x4 todo equipado», un todoterreno con la misión complicada de hacer reír por encima de todo pese a las circunstancias desfavorables.

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Iniciativa 'Sonrisas de emergencia' en colegios de Fuencaliente, La Palma Arturo Rodríguez

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