Sólo cuatro de cada diez niños menores de 3 años accede en España al primer ciclo de Educación Infantil, una etapa educativa determinante, pero marcada por la desigualdad y aún muy lejos de la universalización.

Las familias españolas asumen una buena parte del coste de esta educación (más del 40 %, cuando la media europea está en el 25 %), lo que penaliza a aquellas con menos recursos y hace que una mayoría de los pequeños escolarizados entre los 0 y los 3 años pertenezcan a clases medias y altas.

Así, se da la paradoja de que esta educación contribuye a eliminar desigualdades, a mejorar la salud y la trayectoria académica de los niños y facilita la participación de padres y sobre todo de madres en el mercado de trabajo, pero sus puertas aún están cerradas para las unidades familiares humildes. El acceso a plazas gratuitas sólo está asegurado para familias con niveles de renta muy mínimos.

Educación temprana

El Gobierno va a impulsar la creación de más de 65.000 plazas públicas y gratuitas, pero la inversión aún es insuficiente para garantizar que cualquier niño tenga acceso a una plaza asequible. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, ha realizado una radiografía de la educación de 0 a 3 en España en la que destaca cómo la inequidad define al sistema y lastra los beneficios que esta formación temprana tiene en los más pequeños.

"Somos uno de los países de Europa donde mayor gasto educativo recae sobre las familias. Actualmente quien está accediendo al primer ciclo de Educación Infantil en España son niños de clases medias y acomodadas. Es importante incidir en las desigualdades de renta. La educación infantil representa cosas muy distintas para los niños de hogares vulnerables que para los de clases acomodadas. Para los niños de hogares en riesgo de pobreza es clave para romper el ciclo de la pobreza y garantizarles un buen futuro profesional y vital", sostiene la economista y cofundadora de Knowledge Sharing Network Elena Costas.

"Hay que reconocer el derecho a la educación infantil de proximidad y que cualquier niño o niña que vive en España y que quiera acceder a la educación infantil no obligatoria pueda tener derecho a ella, a una plaza asequible y próxima a su domicilio. Hay que aumentar el gasto público, verlo como una inversión por todos los beneficios que tiene", reclama la experta.

Se trata de la "etapa educativa más igualadora", explica el especialista en equidad educativa de Save the Children Álvaro Ferrer, pero para que se materialicen ese papel igualador de oportunidades y el efecto positivo que tiene sobre el recorte del fracaso y el abandono escolar, los baremos de acceso a esta educación deben priorizar la renta y no la situación laboral de los progenitores. En Madrid, la mensualidad de una escuela infantil privada cuesta unos 500 euros.

"En los niveles de renta más bajos no todas las familias están cubiertas por las ayudas. Nuestro objetivo como organización, con respecto al debate de la gratuidad, es que el objetivo sean la universalidad y la asequibilidad, que las familias que puedan pagar, paguen, y las que no, tengan un acceso gratuito. Es más prioritario alcanzar la universalidad llegando a las familias que lo necesitan y mejorar la calidad que la gratuidad", añade el experto.

Un 36% de escolarización

En España, la tasa de escolarización en el primer ciclo de educación infantil era del 36 % en el curso 2020-2021, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional. La pandemia ha hecho que esa cifra disminuya más de cinco puntos en comparación con el año anterior, cuando la tasa estaba en el 41,1 % y había 79.333 alumnos más de 0 a 3 años. La cifra contrasta con la fotografía del segundo ciclo, de 3 a 6 años, donde más del 90 % de los niños acude y está garantizada la universalidad y la gratuidad.

El pasado curso, un total de 390.425 menores de 3 años estaban escolarizados, el 53 % en centros públicos y el 47 %, en privados. La asistencia a una educación formal en las edades más tempranas crece con la edad: el curso pasado, 37.318 menores de un año acudieron a estos centros, al igual que 137.522 pequeños de 1 año y 215.379 niños de 2 años.

El porcentaje de escolarización de 0 a 3 varía mucho entre las familias que tienen mayores niveles de renta (en las que la tasa supera el 60 %) y aquellas con menos recursos económicos (donde apenas pasa del 25 %). El 22 % de las familias no asume ningún coste, mientras que el 54,6 % paga el coste íntegro del servicio.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha elaborado una infografía con los datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional relativos a la escolarización del primer ciclo de Educación Infantil para el curso 2020-2021 y del censo de población del INE del año 2020. En ella se puede ver el porcentaje de niños que acuden a un centro de educación infantil 0-3 en cada comunidad autónoma y la distribución de alumnos en centros públicos y privados.

Costas destaca que el acceso ha aumentado mucho en la última década y que España tiene buenas tasas de acceso a la educación infantil en menores de 3 años, en el entorno del 40 %, una cifra superior a la media de la UE, aunque aún "lejos de los países nórdicos, como Dinamarca y Suecia, donde acceden entre el 50 y el 70 % de los niños". Pero Costas recalca que en España existen grandes diferencias regionales, con tasas de escolarización muy distintas.

Las diferencias en el acceso a la primera etapa educativa es, en efecto, muy dispar en función de los territorios. Las comunidades autónomas que superaron la media nacional de escolarización de 0 a 3 fueron el País Vasco, Madrid, Andalucía, Galicia y La Rioja. El resto estuvo por debajo y diez comunidades y las dos ciudades autónomas ni siquiera llegaron al 30 %. Murcia, Castilla y León y Ceuta ni siquiera alcanzan el 20 %.

También son destacadas las variaciones en la cobertura de los centros públicos y privados. Mientras en Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana y La Rioja la escolarización de los más pequeños en escuelas privadas supera a la ocupación de plazas públicas, en Cantabria, Extremadura, Navarra y Asturias el porcentaje de alumnos en centros públicos supera el 80 %.

65.000 nuevas plazas públicas

El Gobierno aprobaba esta semana en Consejo de Ministros la creación de 65.382 plazas públicas y gratuitas de aquí a 2023, para lo que destinará una inversión de 670 millones de euros.

Es un buen paso, pero insuficiente, según los expertos. Si se tienen en cuenta los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, alrededor de 600.000 niños no recibían ninguna enseñanza formal el pasado curso. Save the Children calculó en 2017 que serían necesarias más de 390.000 plazas nuevas. Aunque en este momento la cifra necesaria sería menor debido al descenso de la natalidad, "si el horizonte es la universalidad, siguen faltando muchas más" de 65.000, según Álvaro Ferrer, que sostiene que la falta de plazas es una de las barreras para acceder a este ciclo educativo.

La promoción de plazas públicas no gusta a la patronal de las escuelas infantiles privadas, la Federación Nacional de Centros de Educación Infantil, que prefiere que los fondos europeos se destinen a ayudas directas para las familias, en lugar de a la creación de nuevas plazas públicas.

La profesora de Economía Aplicada de la UNED Cristina Castellanos es responsable de una investigación que concluye que la educación gratuita universal de 0 a 3 años es una inversión rentable para el Estado: el coste supondría un aumento del gasto de entre 2.900 y 4.900 millones de euros y la medida revertiría en unos beneficios de casi 4.000 millones por la creación directa de empleo, a lo que habría que sumar el aumento de la equidad y de la igualdad de oportunidades y una mayor incorporación de la mujer al mercado laboral.

"Pensamos que es posible, factible y rentable", asegura Castellanos a este periódico. La economista lamenta que no se priorice esta educación ("lo que se invierte en los Presupuestos Generales del Estado en esto es muy poquito"): "En general se priorizan menos las políticas para las personas que tienen menos poder, los menores de 0 a 3 tienen un nivel de influencia muy bajito, al igual que sus madres. La igualdad de género todavía tiene poco impacto para priorizar políticas públicas", señala.

Amplios beneficios

Esta semana, la ministra de Educación, Pilar Alegría, aseguraba que la educación en las primeras etapas de la vida es fundamental para "poner en marcha el ascensor social" y para favorecer la igualdad y la conciliación. Son muchas las investigaciones que lo confirman.

En este sentido, Castellanos enfatiza que este primer ciclo educativo tiene impacto en el alumno (cuanto antes se involucra en la educación formal, mejores resultados educativos obtiene a medio y largo plazo y también desarrolla mejores habilidades sociales y emocionales), en la igualdad de género (facilita mayores tasas de empleo femenino) y en la igualdad de oportunidades (política del estado para garantizar el cuidado y que el sistema económico siga funcionando).

El papel de estos centros en la reducción de la pobreza es vital: por una parte, cubren ciertas necesidades básicas de los pequeños, como la alimentación y el acceso a juguetes; y por la otra, mientras el niño está en el centro, los padres pueden trabajar.

El experto de Save the Children incide en que el 87 % del cerebro se forma antes de los 3 años de vida: "No le damos la importancia educativa que tiene en el desarrollo de los niños y las niñas. De ahí la necesidad que la educación sea de calidad, nos lo tendríamos que tomar en serio, bajar las ratios, mejorar la formación y las condiciones laborales de los profesionales,..."

La economista Elena Costas precisa que esta educación tiene "ganancias para la sociedad en general": "Tener niños más sanos, más desarrollados y mejor educados nos hace ser más productivos", reflexiona.

Costas hace hincapié en que los niños que van antes a la escuela tendrán mejores empleos y salarios y esta escolarización es beneficiosa especialmente para sus madres -que pueden tener una mejor proyección en el mercado laboral- y para la conciliación.

"La educación 0-3 es la etapa formativa más importante, donde los impactos que podamos tener en el desarrollo de los niños y las niñas van a ser mayores", concluye la economista.