No es una de tantas. O eso, al menos, es lo que sancionan los jurados. La pizzería Oro di Napoli, ubicada en el número 20 de la calle del Valle Menéndez, en pleno corazón del núcleo turístico de Los Cristianos –en el municipio tinerfeño de Arona–, está reconocida como una de las cinco mejores de España y entre las 50 mejores del continente, según el último ranquin de Top Pizza Europa, algo así como las estrellas Michelin. Y algo tendrá cuando así la bendicen.

Aquella masa que los pobres de Nápoles comían a todas horas se ha popularizado, en buena medida porque los napolitanos –siempre un pueblo emigrante– la han llevado por todo el mundo hasta convertirla en un concepto global. Antonio y Luigi, la pareja de socios que regenta Oro di Napoli, no tiene dudas acerca de que la pizza nació en aquella ciudad, al sur de Italia, lo que para ellos representa la primera verità (verdad).

Desde la marinara, con una base de salsa de tomate, orégano, ajo y aceite de oliva, a la margherita, cubierta con salsa de tomate, lonchas de mozzarella, albahaca fresca y aceite de oliva, las variantes se han ido multiplicando –en muchos casos hasta deformando–, pero siempre persiste la verdadera tradición artesanal en la elaboración de la pizza napolitana, porque si bien un pizzero se hace, el buen pizzero nace. Otra verità.

Y si bien se suele repetir aquello de que «el secreto está en la masa», que debe ser natural, sin conservantes ni grasas trans, hecha únicamente con harina, agua y sal, y fermentarse durante más de 30 horas, no cabe duda de que se necesitan buenos ingredientes: «La mayoría de nuestros productos proceden de Italia y además son naturales», afirma Antonio, quien reivindica la consideración de arte para los conocidos como maestros pizzaioli, los detentadores de esa práctica culinaria consistente en preparar en cuatro etapas la masa de una pizza y hornearla con fuego de leña, dándole vueltas. Una nueva veritá.

Los pizzaiolo

Lo cierto es que antes de ser pizzaiolo, aprendiz y maestro, hay que pasar por el oficio de fornaio, echando horas y horas junto al horno, conociendo los tipos de leña (unas van delante y otras deben colocarse detrás), dominar la intensidad de la llama, dando vueltas y vueltas pala en mano... «El horno de piedra representa un elemento fundamental para la preparación de cualquier tipo de pizza», tal y como reconoce Antonio. Una nueva verità.

El horneado se considera la piedra angular en la preparación de una pizza, de tal manera que ninguno de los ingredientes puede quedar crudo y la combinación de los sabores tienen que alcanzar ese punto «ideal al paladar», señala el maestro.

Además, por los bordes de una pizza puede llegar a reconocerse su nivel y calidad. Gracias a las burbujas negras y grandes de la orilla, que se carbonizan, el comensal podrá saber si esa masa, que mantiene un tono dorado, ha tenido una buena fermentación, con lo cual asegura haber pasado correctamente por la fase de caramelización.

Un buen equipo

Pero con ser importante la masa y su tiempo de fermentación, así como también la calidad y la frescura de los productos o la temperatura del horno y su buen manejo, nunca sería posible alcanzar el éxito «sin contar con un buen equipo detrás», afirma el maestro Antonio, quien sentencia: «Desde la pasión por el trabajo, la humildad y el esfuerzo, en Oro di Napoli ofrecemos el mejor servicio posible». Esa es, sin duda, la mayor de las veritàs.

Y es que, una vez alcanzado este reconocimiento nacional e internacional, habrá quien pueda llegar a considerar que a esta pizzería del sur de Tenerife el éxito le puede haber nublado el sentido. Nada más lejos de la realidad. Antonio y Luigi invitan a sentarse a la mesa de su establecimiento, compartir sus recetas y conocer su historia, que es tanto como un pedacito de Nápoles.