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Crisis del coronavirus | La visión de los expertos

Los suicidios en adolescentes crecen un 5% a consecuencia de la pandemia

Los diagnósticos de trastornos mentales aumentan un 20% en los últimos dos años | La aparición de la variante ómicron refleja la desigualdad de la vacunación

El epidemiólogo Amós García Rojas, la viróloga Margarita del Val y el psiquiatra Celso Arango, junto a la periodista Pampa García.

Los suicidios en niños y adolescentes han crecido un 5% a consecuencia de la pandemia. Y es que el coronavirus ha sido, como vaticinaba la Organización Mundial de la Salud (OMS), «la tormenta perfecta para que se produzca una oleada de trastornos mentales». Los datos lo corroboran. Hoy los servicios sanitarios atienden a un 20% más de trastornos que hace dos años, tal y como señaló ayer el psiquiatra, Celso Arango.

Pese a lo que se pudiera esperar, los más jóvenes han sido los más perjudicados por el encierro y posterior pérdida de la vida social. «La pandemia ha hurtado la seña de identidad a los adolescentes», remarcó Arango. Son muchos los que han perdido el poco control que podían tener de su vida y creen que nada es reparable a corto plazo. «Muchas niñas, cada vez más jóvenes, están buscando en la restricción de ingesta alimenticia una fórmula para sentir que tienen el control sobre algo», advierte el experto. Ante este incremento de los trastornos de la conducta alimenticia (TCA), Arango es claro: «hay que abordarlo correctamente porque es una patología mental que no solo hace mucho daño, sino que mata».

Celso Arango. Delia Padrón

El experto expuso este asolador escenario en la primera sesión del foro Enciende la Tierra, organizado por Fundación CajaCanarias y en el que también participaron la viróloga Margarita del Val y el epidemiólogo, Amós García Rojas, y la periodista científica, Pampa García. «Pero no nos llevemos a engaño, la pandemia de la salud mental no es la de covid; antes teníamos muchísimos trastornos mentales y ahora tenemos unos cuantos más», afirmó Arango. Los tres expertos analizaron las consecuencias que el paso de la pandemia de coronavirus ha tenido en la sociedad española, así como sus implicaciones futuras en la salud mental, la ciencia y la sanidad.

En este sentido, García Rojas se mostró algo pesimista ante el escenario futuro y las lecciones aprendidas tras el paso de la covid. «Cuando estalló la pandemia el sistema sanitario estaba debilitado, y esperemos que con este golpe entendamos que hay que mimarlo y cuidarlo para garantizar el estado de bienestar», reclamó el epidemiólogo. Los recortes sucesivos ocasionaron que en muchos servicios «se desbordara el vaso» en la primera ola. «En este país hay un déficit estructural en atención primaria, salud mental, listas de espera y diagnóstico temprano», añadió Arango, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de dotar apropiadamente a todos los servicios sanitarios, aunque las previsiones no sean nada halagüeñas. «De los 140 millones que van a llegar de Europa, tan solo vamos a invertir un 2,5% en Sanidad», reseñó el psiquiatra.

Los suicidios en adolescentes crecen un 5% a consecuencia de la pandemia Verónica Pavés

Este discurso fue complementado con el de Margarita del Val, quien insistió en la importancia de la prevención a través de la ciencia. «Estar preparados también es investigación y disponer de un conocimiento previo nos puede ayudar a ello», expuso. En este sentido, ambos expertos apostaron por «reorganizar las prioridades» haciendo una apuesta definitoria en la ciencia española. «Hace falta establecer una estructura social que posibilite establecer un marco de investigación en este país, porque nos sobra talento, pero falta inversión», reclamó García Rojas.

La aparición de ómicron

Con la aparición de la variante ómicron, además, se ha puesto de relieve, una vez más, las desigualdades en el mundo. El menor acceso de los países del tercer mundo a las vacunas ha facilitado que el virus de la covid siga mutando y mostrando nuevas caras, con potencial suficiente como para desestabilizar de nuevo las economías de todo el mundo. De ahí que el mensaje de los expertos sea claro: no hay que dejar a nadie atrás. Vacunar a los más vulnerables en el planeta no es sólo perentorio desde un punto de vista de la solidaridad, «también tiene su punto egoísta», como insistió ayer la viróloga Margarita del Val. La investigadora hizo hincapié, asimismo, en que aunque hay que poner la tercera dosis como «medida de seguridad», no hay que caer en la «hipervacunación». «No hay que apagar fuegos donde no los hay», insistió, haciendo hincapié en que lo más importante ahora es conseguir que todos los países accedan a la vacuna. «Sudáfrica es el país más vacunado del continente africano y solo el 25% de su población ha recibido esta protección», advirtió, por su parte, García Rojas. «Son claramente insuficientes y solo aumenta la diferencia entre países ricos y pobres», sentenció.

Los suicidios en adolescentes crecen un 5% a consecuencia de la pandemia Verónica Pavés

Las próximas tres semanas serán fundamentales para conocer cómo podrá afectar la nueva variante al planeta. En este tiempo los científicos evaluarán el impacto de las vacunas sobre la variante así como su impacto potencial en la contagiosidad y su virulencia. «Yo pienso que las vacunas no van a estar desautorizadas ante la variante. Seguirán siendo potentes», afirmó García Rojas. En esta afirmación coincidió Del Val, quien destacó que con los niveles de vacunación que existen en Sudáfrica, «se podrá ver claramente con la experiencia la calidad protectora de las vacunas». La solución al problema del surgimiento de nuevas variantes o cepas en el mundo está justamente en África. «Con una estrategia de campaña masiva se solucionara este problema», aseguró García Rojas, quien sin embargo, puntualizó que para ello es necesario dotar a los países en desarrollo «de una estructura sanitaria» que permite llevar a cabo tal hito.

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