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Volcán de La Palma

La Palma se hace canción en el Monumental

Concierto extraordinario en favor de los palmeros con producciones sinfónicas de largo aliento isleño

Los intérpretes, la noche del viernes, en el Monumental, junto a la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española. | | LA PROVINCIA/DLP

En el número 65 de la calle Atocha se encuentra ubicado el Teatro Monumental, diseñado por el arquitecto Teodoro Anasagasti en 1923, aunque hoy su exterior en nada recuerda a la imagen original. Comenzó su andadura llamándose Monumental Cinema y fue el primer proyecto constructivo del racionalismo madrileño en el que se empleó el hormigón armado; y allí fundó el Partido Comunista de España, el 2 de Junio de 1935, el que sería el Frente Popular. Después de la contienda civil su actividad principal fue la cinematográfica, aunque a partir de los años 70 del pasado siglo y durante dos décadas por su escenario pasaron grandes hitos del musical en España como Hair o la Evita de Paloma San Basilio. Tras unos años de declive, en 1988 se convierte en sede oficial de la Orquesta y Coro de la Radio Televisión Española.

Hace dos meses recibí la llamada de su director gerente, con el que ya habíamos tenido en el pasado algún contacto. Conocedor de producciones sinfónicas sobre canciones populares de Canarias que habíamos ideado en el pasado, y aprovechando que la Orquesta tenía una semana libre en su calendario, surgió la posibilidad de montar con parte de ese material un concierto benéfico por La Palma asolada por el volcán. A pesar del poco tiempo de que disponíamos para adelantar todos los preparativos, nos ofrecimos con gusto a ayudarlo y el resultado ha sido un concierto que creo extraordinario, no solo por la emotividad de su causa sino por los resultados artísticos del mismo. Aquí lo contamos a modo de pequeña crónica.

'Sinfonía de un volcán'

El programa se abrió con el segundo Movimiento de la Sinfonía de un volcán, escrita hace más de dos décadas por el compositor, desgraciadamente ya fallecido, Enrique Guimerá. Este Movimiento de su sinfonía –con una imaginativa paleta de colores instrumentales y un concepto melódico de carácter neo-romántico- fue propuesto con acierto como preludio por Ignacio García Vidal, quien ejerció de director musical. Y allí ya se comenzó a descubrir, para quienes no lo habíamos visto dirigir en directo, la capacidad de liderazgo de este Maestro alicantino avecindado en Canarias. Su perfecto conocimiento de cada particularidad escrita en las partituras, el manejo de los tempos, tanto en la dinámica como en la potencia, y el color y carácter del sonido que consigue de la masa orquestal hacen una suma de talentos que lo convierten en un conductor musical ideal, también para repertorios no habituales en las programaciones sinfónicas al uso.

El eco nacionalista ofrecido por las páginas de Guimerá, a propósito de sus referencias al tajaraste tinerfeño como leitmotiv principal, nos llevaron a concluir que nos encontrábamos ante una versión contemporánea, en el mejor de los sentidos, de los Cantos Canarios de Power. A ella le sucedió los Cantares de Lima, una recreación que compusimos hace diez años evocando melodías portuguesas y canarias y que esa noche sonó sutil bajo un delicado arreglo sinfónico para cuerdas de Peter Hope. Fue interpretada, en un emotivo dúo, por los cantantes palmeros Luis Morera y Yumara Luis.

Vino a continuación la Isa Canaria que Elfidio Alonso recreara, con su talentoso olfato, sobre la melodía de Teobaldo Power en sus populares Cantos. Yumara cantó la copla a su isla natal con el arrebato de la tradición y a ella le siguió la respuesta del coro titular que, a pesar de estar mermado en número por las normas sanitarias, se demostró valiente y certero en coloratura y peso vocal. El aplauso del respetable al cierre efectista de la pieza de Alonso, y resaltado aquí con un tutti orquestal que cierra el afortunado arreglo del madrileño Juan José Solana, fue el segundo cumplido cerrado de la noche.

Canciones de Molina y Guerra

A continuación se escuchó una de las más bellas canciones del repertorio del cantautor tinerfeño Andrés Molina, Donde nací, interpretada a dúo por Olga Cerpa y Yumara. La honda textura en registro de mezzo de Olga empastó naturalmente con la más ligera de la joven cantante palmera. Ambas voces fueron llevadas de la mano por el Maestro García Vidal a través de un fino arreglo del Maestro Alejandro Monroy. El prestigioso cantautor Pedro Guerra interpretó magistralmente su canción Siete puertas, una sentida y hermosa radiografía emocional -con versos de contundente calidad literaria- de sus recuerdos sobre las islas que le vieron nacer. El arreglo sinfónico del catalán Joan Albert Amargós para esta canción propone una artesanía sonora donde las variantes armónicas desarrolladas entre las familias instrumentales de la orquesta se superponen a la melodía y, junto a la participación del coro, hace que se acentúen sus resonancias modernas.

Olga y Luis Morera volvieron al escenario del Monumental para asombrar nuevamente con esa complicidad musical y personal que los une de vez en cuando para alegría del público que tiene la suerte de escucharlos. Lo hicieron primero con El punto, una recreación libre de Morera de este aire cubano ligado a la tradición canaria, y especialmente a la palmera a través de la histórica emigración a Cuba. Después se abordaría la interpretación de La Noche de Arguineguín, una de las páginas musicales imprescindible del cancionero de Néstor Álamo. Los adornos vocales - trémolos y falsetes, expresivos…- con los que construyen ambos esta versión inigualable, no tiene parangón. Ayudó en mucho el bello arreglo sinfónico que los acompañara, firmado por el experimentado compositor Juan José Solana, que fuera alumno y cómplice profesional del Maestro García Abril, proponiendo silencios oportunos en la instrumentación orquestal donde los cantantes retozan vocalmente para resolver el juego de ritmos entre la habanera y la isa.

El programa volvió otra vez al Caribe en la voz de Olga Cerpa gracias a la explosiva versión sinfónica que Jesús Gluck escribió para el Tata Mayarí de Álamo. Cualquier cosa que aborda Olga lo hace desde la entregada pasión de una voz y una personalidad artística irrepetible, llena de matices y texturas vocales aterciopeladas, con una elegancia –en la voz, en la gestualidad escénica y en el vestuario- que ya es marca de su exitosa carrera y que termina por empujar al oído y los ojos del espectador hacia la excelencia.

'A la Caldera' de Luis Morera

Cerró el concierto la legendaria A la Caldera, cantada por su autor. Setenta y cinco años y sigue Morera modulando fantasías sonoras en un registro vocal que salta de una octava a otra sin miramientos, asomándose al precipicio de sus argucias vocales sin miedo, haciendo volar su eterna voz sobre la memoria de Canarias; definitivamente entonces La Palma se hizo canción en el Monumental, con su público abrumado emocionalmente por la melodía final del coro que, con complacencia musical, dirigía el Maestro García Vidal.

El doble bis fue exigido por los espectadores, puestos en pie, que llenaron el Teatro. Todos cantaron a Valentina Hernández en un épico y metalero arreglo sinfónico realizado por Germán Arias sobre la canción que escribimos hace años para homenajear a la cantora herreña. Esa noche la Orquesta y coros de la Radio y televisión Pública de España hizo merecidísima cuenta de su vocación de servicio a la sociedad que la mantiene, especialmente a una pequeña parte de ella que ha quedado sepultada por la lava de un volcán. Al espíritu de esa hermosa velada la acompañará una recaudación de taquilla que se suma a las muchas iniciativas que se han organizado para ayudar a la necesaria reconstrucción de un paraíso de isla llamado La Palma.

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